Lun 28.10.2013

EL PAíS  › SE IMPUSO POR DOCE PUNTOS EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Massa ganó con amplitud y festejó pensando en 2015

El intendente de Tigre confirmó su favoritismo y amplió el resultado de las PASO. Martín Insaurralde casi repitió la elección de Néstor Kirchner en 2009. Mala elección de De Narváez, mientras que la izquierda consiguió un diputado.

› Por Fernando Cibeira

El candidato del Frente Renovador, Sergio Massa, consiguió ayer una impactante victoria en las elecciones a diputados en la provincia de Buenos Aires con el 44 por ciento de los votos, y superando por casi doce puntos al candidato del Frente para la Victoria, Martín Insaurralde, ganando en todas las secciones electorales. Massa fue el último de los candidatos en salir a hablar anoche. Pasadas las 22.30, apareció en el escenario en Tigre, mientras la gente gritaba: “Se siente, Ma-ssa presidente”, algo que él de-saprobó con un gesto. Pero luego habló de “hacer valer los millones de votos” obtenidos y llamó a “empezar a cruzar la frontera y recorrer la Argentina”, dando muestras de su intención de lanzar su partido a nivel nacional.

En líneas generales, Massa no se apartó de su línea habitual, aunque su mensaje fue esta vez un poco más largo. Mencionó muchas veces las palabras “futuro” y “consenso”, también nombró al papa Francisco. “Hoy habló la gente y dio un mensaje contundente”, subrayó. Hizo hincapié en la necesidad de “pensar el mañana y también el país a diez años”. Sobre el escenario lo acompañaban los integrantes de su lista. Gracias a la importante cosecha de ayer, el massismo sumó 16 diputados bonaerenses.

Conocido de antemano su triunfo –por su primer puesto en las primarias y por lo que venían diciendo las encuestas–, la expectativa se había colocado en la diferencia que obtendría Massa sobre su seguidor. En ese sentido, no defraudó y estiró considerablemente la ventaja de cinco puntos de las PASO de agosto. En un análisis rápido, el Frente Renovador sumó las adhesiones que ayer perdió Francisco de Narváez y seguramente también de quienes habían elegido a fuerzas que no superaron el filtro de las primarias.

En tanto, pese a los cambios que le imprimió a su campaña –con un mayor protagonismo personal y sus visitas a programas de chimentos–, Insaurralde no ganó demasiadas adhesiones y quedó casi igual que la elección realizada por Néstor Kirchner en 2009 luego de la pelea con el campo, renovando los mismos 12 diputados. El cuadro viene a confirmar que el kirchnerismo cuenta con un piso de un importante núcleo de votantes propios pero le resulta complicado mantener al electorado independiente que, por ejemplo, acompaó la candidatura presidencial de Cristina Kirchner dos años atrás.

Al ingresar al céntrico bunker del Frente para la Victoria, el gobernador bonaerense Daniel Scioli admitió la “diferencia importante” obtenida por el Frente Renovador. “Ha hecho un gran trabajo”, reconoció, pero advirtió que no iba a cambiar “por una coyuntura electoral”, que se debían cuidar “todos los logros obtenidos” en los últimos años y resaltó en varias oportunidades que se trataba sólo de una elección parlamentaria. En buena medida Scioli se puso la campaña bonaerense al hombro, sobre todo ante la ausencia forzada de la presidenta Cristina Kirchner. Aunque sus aspiraciones presidenciales no se jugaban en esta elección en la que no tuvo injerencia en el armado de las listas, la amplia diferencia conseguida ayer por Massa también lo dejó tocado.

Polarización

La fuerte polarización entre los dos principales candidatos conspiró contra la cosecha del resto. El Frente Progresista Cívico y Social de Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín apenas si empardó su pobre performance de las PASO al conseguir alrededor de 12 por ciento, lo que permitirá colocar cuatro diputados. Nada que ver con lo que la misma fuerza obtuvo en 2009 –con el nombre de Acuerdo Cívico–, cuando superó los 21 puntos y obtuvo 8 escaños. “Hemos conservado los votos y el tercer lugar”, se consoló anoche Stolbizer, quien prefirió destacar a su fuerza como “la segunda a nivel nacional”.

Pero, sin duda, la principal víctima de las PASO fue el frente Unidos por la Libertad y el Trabajo de De Narváez, que perdió en estos dos meses la mitad de sus votos. Ayer consiguió el 5,5 por ciento, lo que le otorgaba apenas dos bancas, para De Narváez y el moyanista Omar Plaíni. Cuatro años atrás, el empresario emergía como la gran nueva figura de la política argentina al imponerse a Kirchner. “Tengo que hacer una autocrítica”, reconoció ayer De Narváez, quien salió rápidamente a superar el mal trago.

A muy poca distancia se ubicó el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), que replicó en la provincia de Buenos Aires la muy buena elección que realizó en otros distritos del país. Los cinco puntos obtenidos en la elección para diputados llevará al Congreso a partir de diciembre a Néstor Pitrola. También conseguía ubicar a un representante en la Legislatura bonaerense.

Por último, la boleta de Unión con Fe, del sindicalista de los peones rurales Gerónimo “Momo” Venegas, obtenía alrededor del 1,6 por ciento, lejos de los cargos.

Distritos

Con esa diferencia, es lógico que Massa se impusiera en todas las secciones electorales de la provincia. En las más favorables, como la Primera Sección, sacó casi 14 puntos, pero también ganó en la populosa Tercera Sección por unos dos puntos. En este último caso resultó significativo que estuviera muy parejo con el kirchnerismo en el bastión de La Matanza, el distrito más habitado de la provincia. Al cierre de esta edición, el intendente Fernando Espinoza, en cambio, se imponía por unos puntitos en la contienda municipal.

El “fantasma del corte” –que algunos intendentes reservadamente estimularan el corte de boleta a favor de Massa para no perder la elección local– era destacado en voz baja por dirigentes kirchneristas en algunos municipios como General Las Heras y Marcos Paz, donde se veía una notoria diferencia en la cosecha del Frente para la Victoria en los diferentes rubros.

Los candidatos revalidaron títulos en sus intendencias, aunque con diferente amplitud. En Tigre, Massa ganó 66,4 a 19,1 por ciento, mientras que Insaurralde se impuso en Lomas de Zamora por 48,2 a 32,5 por ciento.

Obviamente, ganó los lugares que gestionan intendentes que participan de su armado, como Almirante Brown, San Martín, Hurlingham –aunque con buena elección del candidato kirchnerista Juan Zabaleta–, Junín y Olavarría. Pero, además, triunfó en varios municipios gobernados por el kirchnerismo, como Merlo, Moreno, Ituzaingó, Morón, Ezeiza, Avellaneda, José C. Paz, Quilmes, San Vicente y Tres de Febrero, entre otros.

No todas las secciones elegían diputados y senadores provinciales, de ahí la diferente cosecha que conseguían para la Legislatura bonaerense, estratégica en la pelea que se viene, que tendrá a la provincia como epicentro. En senadores provinciales, el Frente Renovador ganaba por 45,3 (13 bancas) a 29,3 por ciento (7 bancas) del Frente para la Victoria. En cambio, para diputados provinciales el FpV se imponía por unas décimas –37,8 a 37,3– y se llevaba 18 diputaciones, frente a 16 del massismo.

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