EL PAíS › LA REUNION DEL JEFE DE GABINETE Y MINISTROS CON REPRESENTANTES SINDICALES DE LA CGT Y LA CTA
El Gobierno planteó como objetivos en materia laboral la creación de 300 mil nuevos empleos y la reducción del trabajo en negro. Capitanich dijo que confía en “la capacidad regulatoria del Estado” para neutralizar “cualquier expectativa alcista en el nivel de precios”.
› Por Nicolás Lantos
La creación de 300 mil nuevos puestos de trabajo y la reducción del empleo en negro serán los principales objetivos del Gobierno en materia laboral para los próximos dos años, según surgió de la extensa reunión que mantuvieron ayer por la mañana unos cuarenta representantes del movimiento obrero con el nuevo jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien presentó una agenda productiva que apunta a un incremento en la competitividad de la industria a través de mejoras en “logística, innovación tecnológica y capacitación de los trabajadores” y confía en “la capacidad regulatoria del Estado para establecer un acuerdo” que neutralice “cualquier expectativa alcista en el nivel de precios”. El encuentro, planteado como la continuación del “diálogo social” iniciado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en agosto, se extendió durante más de dos horas y media y participó casi la mitad del gabinete.
“Esta agenda de competitividad representa para ustedes desafíos”, señaló Capitanich, en sintonía con lo que planteó, en horas de la tarde, a los representantes del empresariado que recibió en el mismo Salón de las Mujeres de la Casa Rosada. La semana que viene se retomarán las reuniones tripartitas para avanzar en los principales puntos del acuerdo. También se llevarán a cabo reuniones sectoriales donde se van a “abordar las particularidades de cada una de las actividades” para trabajar en medidas concretas rama por rama. Durante la reunión, el jefe de Gabinete destacó la importancia de lograr “horizontes de previsibilidad” y propuso que la inversión pública funcione como herramienta para “reducir costos sistémicos” y así lograr “precios más competitivos para bienes exportables y para el mercado interno”. También propuso que esa competitividad se traduzca en más fuentes de empleo a partir de una mayor reinversión de las ganancias empresarias.
El clima fue distendido y primó la buena predisposición de todas las partes, coincidieron en su relato varios de los participantes. El sindicalismo estuvo representado por dirigentes de las centrales obreras que mantienen diálogo con el Gobierno, encabezados por Hugo Yasky (CTA) y Antonio Caló (CGT). También fueron de la partida los secretarios generales de UPCN, Andrés Rodríguez; Uocra, Gerardo Martínez; Obras Sanitarias, José Luis Lingeri; y Sutna, Pedro Wasiejko. Por parte del Gobierno, además de Capitanich, participaron del encuentro los ministros de Economía, Axel Kicillof; de Interior, Florencio Randazzo; de Planificación, Julio De Vido; de Industria, Débora Giorgi; de Trabajo, Carlos Tomada; y de Agricultura, Carlos Casamiquela. También el nuevo presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, y el flamante secretario de Comercio Interior, Augusto Costa.
Uno de los tópicos que llevaron los gremialistas a la Casa Rosada como prioritarios tenía que ver con la reducción del empleo informal, que hoy alcanza al 35 por ciento de los asalariados. En ese sentido, Capitanich señaló que los principales esfuerzos estarán orientados al sector rural, donde revista la mayor cantidad de trabajadores en negro en el país, además de registrarse otras irregularidades como trabajo infantil, explotación y trata. También se confirmó la conveniencia de continuar con el sistema de paritarias libres sin techo como forma de mantener el poder adquisitivo del salario ante el aumento sostenido de precios.
Luego del encuentro compartieron conferencia de prensa Tomada, Yasky y Martínez. Allí, el ministro consignó que el temario giró en torno de “la mejora en la generación de empleo, el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios y la necesidad de una mejora de la competitividad en logística, innovación tecnológica y capacitación de los trabajadores”. También anunció la continuidad de esta instancia de diálogo a partir de la semana que viene. “Habrá reuniones con la presencia del sector empleador, reuniones conjuntas y sectoriales para abordar cada una de las actividades”, dijo.
Por su parte, Martínez sostuvo que esta “nueva etapa” inaugurada por la llegada de Capitanich a la Jefatura de Gabinete tendrá un “sentido más pragmático” y celebró la reapertura de una “relación bilateral” con el Gobierno así como el diálogo con “el sector empleador y el financiero, que tienen mucho que ofrecer para que el PBI se transforme en una mejora en la calidad del ingreso y en la capacidad adquisitiva del salario”. Además destacó que “el gobierno nacional está al tanto de los problemas e inquietudes” de los trabajadores. En tanto, Yasky también manifestó su optimismo respecto de la nueva instancia de negociación y destacó el planteo acerca de “la necesidad de adelantar algunas discusiones salariales, especialmente en el caso de los docentes, ya que las clases empiezan en marzo o febrero” para evitar que esas negociaciones afecten el comienzo el ciclo lectivo.
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