Conocido por sus investigaciones sobre la catástrofe económica del menemismo, el economista Claudio Lozano –encabeza la lista de diputados nacionales de Aníbal Ibarra– funciona en la campaña como el contrapunto de Mauricio Macri. “El Grupo tenía siete empresas al comienzo de la dictadura y 46 al final”, señala Lozano en una entrevista con Página/12, en la que también habla sobre la gestión de Ibarra, el rol que piensa jugar en el Congreso y la decisión de lanzarse a la política luego de años de militancia sindical y trabajo académico.
–¿Por qué es candidato?
–A partir del 2001 la Argentina ingresó en una etapa política nueva, que tiene que ver con la derrota del neoliberalismo como agenda de organización de la sociedad, y de las expresiones político-institucionales que le dieron sostén, fundamentalmente el PJ y la UCR. En ese marco, en este nuevo tiempo, se abre la posibilidad de construir una nueva sociedad. Y hacer verdad esa nueva sociedad requiere la configuración de una nueva experiencia política
–¿Cómo es la relación de la CTA con la política electoral?
–La Central no define la intervención electoral. Ninguno de los que participamos lo hacemos sobre la base de una discusión orgánica de la Central. En todo caso cada uno toma estas definiciones en el marco de los agrupamientos con los que tiene mayor relación, pero no es una definición orgánica. La Central no levanta candidaturas ni apoya candidatos.
–Pero hay competencia.
–Sí, esto tiene que ver con la ausencia de una unidad política del campo popular. Lo que sí entendemos es que la construcción de esa unidad es indispensable para transitar este nuevo tiempo. No depende sólo de nosotros traducir en el terreno institucional el nivel de unidad que tenemos en la Central. Hay otros actores y son otros tiempos. Pero es importante destacar que en la ciudad sí hay un salto de mayor calidad.
–¿Por qué en la Ciudad hay más unidad que en otros distritos?
–En parte por la amenaza de una coalición conformada por los herederos culturales y políticos del menemismo y la dictadura.
–Es una unidad por reacción.
–Bueno, hemos conformado una coalición que busca mantener en manos democráticas el destino de la sociedad porteña y brindar condiciones para una nueva experiencia política. Aquí se da con mayor claridad por la situación de la coalición que aparece enfrente, integrada por Grosso, Menem, De la Rúa y un representante directo de la cúpula empresarial que ha lucrado con el país en los últimos 25 años.
–¿Qué opina de Ibarra?
–Le tocó gestionar en un momento muy difícil. Comenzó a mediados del 2000, en el marco un proceso de recesión económica que se fue descarrilando hasta llegar al colapso, acompañado por un colapso general del sistema político, que incluyó la propia fuerza que lo había colocado allí. Y en ese marco mostró signos de una estrategia de inclusión social. Logró mantener una infraestructura en educación pública y salud, contener la deserción educativa, amplió la infraestructura, con signos importantes en otras gestiones, como el desarrollo económico. Entonces, en el marco de una crisis muy profunda hay signos de que se privilegió el mantenimiento de la cuestión pública como prioridad. Y considero que esto se puede profundizar en el marco de una coalición nueva, que implica también sacarse de encima algunos límites de sus aliados anteriores.
–¿Ibarra estuvo condicionado por su alianza con la UCR?
–El aparato del radicalismo puso límites en la gestión. Ahora hay un nuevo tiempo a nivel nacional, y una nueva coalición en la Ciudad que tiene la posibilidad de asumir una agenda pendiente. Hay capacidad de profundizar un rumbo.
–¿Qué bloque piensa integrar si ingresa al Congreso?
–Voy a tratar de traducir en la Cámara la unidad que estamos produciendo en Fuerza Porteña.
–Pero en el Congreso los bloques se dividen según los partidos.
–Es cierto, pero yo voy a trabajar en la construcción de un interbloque entre las diferentes expresiones populares, un interbloque programático con el objetivo de lograr la redistribución del ingreso, la autonomía nacional y la democratización.
–¿Cómo definiría la coalición que lidera Macri?
–Allí se dan cita los responsables de la crisis. Involucro en primer lugar al poder económico que creció al amparo de la dictadura, y en este caso el Grupo Macri es un ejemplo paradigmático: tenía siete empresas al comienzo de la dictadura y 47 al final. Y en segundo lugar a aquellas expresiones institucionales que, tanto desde el PJ como de la UCR, fueron permeables a estos intereses y dieron lugar a un proceso de desaparición de la cuestión pública y subordinación del poder económico. Están los sectores del PJ que estuvieron con Grosso, el menemismo y el delarruismo, es decir los responsables de la decadencia de la Argentina.