“Algo huele a podrido en Dinamarca”, reflexionó –parafraseando a William Shakespeare– uno de los diputados kirchneristas del PJ cuando finalizó la extensa reunión del bloque. La frase de Hamlet sirvió para graficar la actitud asumida por un importante grupo de legisladores que responden directamente a Eduardo Duhalde, cuando junto al menemismo se opusieron a la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. El mal olor, podría decirse, se extendió aún más cuando el radicalismo declaró su oposición a la iniciativa oficialista. Así las cosas, se complica la intención del Gobierno de que el Parlamento disponga la nulidad de las leyes de impunidad.
Estas normas hicieron salir a la superficie el costado más oscuro de los bloques mayoritarios. En el oficialismo todo se complicó cuando a la oposición menemista se sumó sorpresivamente el duhaldismo dejando solo y haciendo un difícil equilibrio al presidente de la bancada, el bonaerense José María Díaz Bancalari.
Bancalari, de innegable extracción duhaldista, abrió la reunión asegurando que el PJ debía dar el debate y discutir políticamente la necesidad de anular las polémicas normas. La postergación de la discusión en la Corte sobre la constitucionalidad de las leyes formó parte del discurso del jefe de la bancada. “Hoy estamos frente a una nueva extorsión de la Corte, algo que ya vivimos el año pasado”, dijo Bancalari con su acostumbrada voz cascada. No hubo aplausos sino todo lo contrario, silencio. Para apoyar la posición hablaron luego el salteño y presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Juan Urtubey, la titular de la de Justicia, María del Carmen Falbo, y el presidente de la Comisión de Juicio Político, Ricardo Falú. Los tres se armaron de argumentos jurídicos para avalar la nulidad de las leyes. La oposición estaba en silencio, como agazapada a la espera de su turno.
Ese momento le correspondió a la menemista Alejandra Oviedo, verdadera soldada de las causas que tengan que ver con la impunidad. La riojana rechazó cualquier tipo de medida que signifique anular las leyes. Se escudó en la necesidad de que sea la Justicia, es decir la Corte que ella defiende a capa y espada, la que defina la suerte de las normas. Pidió además que el presidente Néstor Kirchner presente un proyecto y que no caiga en la Cámara la responsabilidad de presentar uno. El apoyo bonaerense vino del lado del duhalde-ruckaufista Jorge Casanova. También con argumentos jurídicos mostró su oposición y para finalizar les auguró a todos los diputados que apoyan la anulación y que son abogados “una pronta devolución de sus títulos”.
“No podemos remover estos temas que tanto dolor le provocaron a la sociedad. Además el Congreso no tiene facultades para anular leyes que ya derogó”, aportó el presidente de la Comisión de Defensa y duhaldista, Jorge Villaverde. El también duhaldista Daniel Basile prefirió ver el lado económico del tema: “Si los juicios avanzan y se condena a los militares, ¿alguien sabe cuánto le va a costar al Estado cuando lleguen los juicios civiles por indemnización?” Nadie le respondió.
A esa altura, Díaz Bancalari intentaba mantener la compostura.
La tucumana menemista Olijela del Valle Rivas aportó lo suyo al considerar que una anulación perjudicaba “sólo a uno de los bandos”. Falú fue el encargado de responderle: “Suponiendo que hubiera habido dos bandos, entonces lo que estamos intentando hacer es terminar con la impunidad que beneficia al bando al que usted hace referencia”.
Las horas transcurrían y cuando la discusión parecía que subiría mucho más que un tono, el puntano Oraldo Britos pidió la palabra. Se paró y, mirándolos a todos, solicitó “un minuto de silencio por los compañeros desaparecidos”. Los que apoyan la anulación se pararon sin dudar. Al resto no les quedó otra alternativa que acompañar. Luego la reunión pasó a un cuarto intermedio para las 14 de hoy donde Bancalari intentará conseguir un mayor apoyo. Para eso, anoche, Urtubey, Falú y Falbo redactaban un proyecto con el cual quitarle adherentes a los opositores.
Los radicales también alcanzaron ayer una definición. Decidieron bajar el próximo martes al recinto a dar el debate y votar en contra de la anulación. “Las leyes son nulas, pero su nulidad la debe dictar la Justicia. Es por eso que nosotros no queremos más desarreglos institucionales”, indicó a Página/12 Horacio Pernasetti.