Prácticamente a dos semanas de la elección porteña Aníbal Ibarra y Mauricio Macri registran un empate en la primera vuelta. Pero el jefe de Gobierno ganaría por siete puntos en el ballottage. Luis Zamora se ubica en tercer lugar y Patricia Bullrich está cuarta. En las últimas horas se lanzó una dura guerra de encuestas y, por primera vez en mucho tiempo, la discrepancia en los datos es notoria. El pronóstico de un consultor puede diferir de otro en diez puntos (ver aparte), un abismo que resulta inexplicable. En la elección para diputados nacionales está ubicado en primer lugar Claudio Lozano (de la lista de Ibarra), con Nito Artaza segundo (UCR) y en la carrera hacia la legislatura porteña, la ventaja es para Norberto La Porta (va con Ibarra).
Las conclusiones surgen de una encuesta de envergadura realizada por la consultora Opinión Pública Servicios y Mercados (OPSM), que lidera Enrique Zuleta Puceiro. Se trata de 800 personas entrevistadas –un número elevado– con metodología domiciliaria, es decir que el encuestador entrevista al encuestado en su casa, cara a cara. En el estudio se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico social. El informe completo al que tuvo acceso Página/12 ocupa 40 páginas.
Zuleta viene marcando que existe una paridad total entre Macri e Ibarra desde hace un mes y medio. Ninguno de los dos se distanciaba del otro y la máxima ventaja en este tiempo fue de menos de un punto. La semana pasada estaba arriba Macri por seis décimas, que en la última medición llegaron a 1,8, una diferencia que entra dentro del margen de error de esta encuesta, que llega al 2,5 por ciento. Hace tres meses, el presidente Boca le sacaba gran diferencia a Ibarra, pero luego, la llegada a la Casa Rosada de Néstor Kirchner cambió los aires políticos y, además, se bajaron de la carrera Gustavo Beliz y Rafael Bielsa, designados como ministros. Por eso, todo se emparejó.
En lo único que hay unanimidad entre los consultores es en un punto: la elección porteña va camino al ballottage, o sea que ninguno de los dos candidatos con mayores posibilidades puede alcanzar el 50 por ciento de los votos. Eso traslada las definiciones a la segunda vuelta. Por supuesto que se trata de un escenario muy difícil de prever, pero según los datos de Zuleta, Ibarra ganaría con cierta holgura (siete puntos) el ballottage.
Para OPSM existe una notoria tendencia a la polarización, o sea que los terceros candidatos –Zamora y Bullrich– pierden una porción de sus votos ya en la primera vuelta, provocando una especie de ballottage anticipado. Otros consultores –por ejemplo Artemio López– ven que quien baja es Bullrich, pero consideran más estable el respaldo a Zamora.
“Yo veo una campaña bipolar –afirma Zuleta–, el único que resiste es Zamora. Y creo que él aún puede subir, en la medida que continúe la campaña negativa de acusaciones entre Macri e Ibarra. Bullrich perdió buena parte de sus votos y eso se produce porque no aparece Recrear como partido ni López Murphy tiene un papel activo. Por ello, el centroderecha se vuelca más bien a Macri.”
“Ibarra se asentó por la aparición en escena de Néstor Kirchner”, agregó. “Hay un electorado que habitualmente se opone a los partidos mayoritarios, pero ahora no quiere cortar con la corriente de optimismo que trajo el Presidente. Y eso le ha permitido mucho levantar al jefe de Gobierno que, por otra parte, se ha vuelto más activo, está más a la ofensiva”, explicó el consultor.
Según Zuleta, la ventaja de Ibarra sobre Macri en la segunda vuelta se debe a que los votos de Bullrich se dividen en el ballottage, la mitad va a Macri, pero la otra mitad queda para Ibarra “porque hay un electorado de centroderecha que no quiere a Macri”. En cambio, el voto de Zamora va en gran proporción a Ibarra, otra parte se queda en el voto en blanco o laabstención y una ínfima minoría va para Macri. Eso explica –para OPSM-que existan siete puntos de ventaja de Ibarra sobre Macri en el ballottage.
“La campaña es ahora esencialmente negativa –razona Zuleta–: se vota a Ibarra en primer lugar contra Macri y la idea del empresariado y, en segundo lugar, para acompañar el proceso de Néstor Kirchner, que no es propio solo del Presidente pero tiene que ver con una corriente de optimismo que trajo el santacruceño. El voto a Macri es también negativo: es un voto contra Ibarra, reclamando más gestión, eficiencia, menos parálisis, más trabajo. Llama la atención que entre los jóvenes de entre los 18 y los 25 años Macri tiene una considerable ventaja.”
“Desde ya que no hay gran admiración ni para Macri ni para Ibarra -concluye el consultor–. Ninguno es un líder carismático. Por eso el voto negativo y un cada vez mayor peso ideológico, derecha versus izquierda, aparecen en el escenario de la elección.”