El interventor del PAMI, Juan González Gaviola, presentó ayer su primer informe de gestión en el que mostró los pasos dados en el mes que lleva en el cargo hacia la normalización de la obra social, saqueada luego de años de rapiña. González Gaviola dividió su rendición de cuentas en 100 puntos entre los que destacó el equilibrio operativo con el que hoy funciona el PAMI y la drástica reducción de la deuda que mantenía con sus prestadores. En cuanto a lo político, los ocho gerentes que habían ingresado a principios de año al comienzo de la gestión del duhaldista Horacio Pacheco fueron despedidos, cuatro de ellos con causa. También aportó datos que, a esta altura, ya pueden inscribirse dentro de lo folklórico: por ejemplo, que en el padrón de afiliados figuraban 25 mil muertos.
Tan sólo el saneamiento de estos empadronados muertos le permitirá a la obra social ahorrarse 8 millones de pesos mensuales en concepto de cápitas que no se seguirán pagando. Otros 10 millones anuales se ahorrarán al eliminar las horas extra, un rubro en el que se hizo uso y abuso: encontraron el caso de un médico que un mes cobró 195 horas extra, a razón de unas ocho por día.
Otro gasto importante que se evitará de ahora en más tendrá que ver con los sueldos: la intervención despidió a unos 120 empleados, incluyendo a los gerentes que venían de la anterior gestión. Se detectaron casos de gerentes –un cargo de obvia dedicación full time– que tenían otro empleo público. Antes que calificarla de duhaldista, el Gobierno prefiere destacar del período “normalizado” que se inició a principios de año el peso que tenían los sindicalistas Reynaldo Hermoso y Domingo Petrecca – delegados de la CGT y cercanos al gastronómico Luis Barrionuevo–, a quienes responsabiliza por todas las decisiones irregulares. Por ejemplo, de los 40 asesores del directorio con sueldos de 4 mil pesos.
El decreto de Néstor Kirchner del 8 de julio pasado con el que intervino la obra social por 180 días determinó que cada mes debían cumplirse determinados requisitos que terminarán, se presume, en el saneamiento total del organismo a principios del 2004. Ayer, González Gaviola cumplió con el primer paso. Fue a la Casa Rosada junto al subinterventor José Granero y le llevó el informe al Presidente. Luego se mostraron en una conferencia de prensa junto al jefe de Gabinete, Alberto Fernández. “Es imprescindible que se rinda cuentas de la tarea para que la gente vea de qué modo los objetivos se van cumpliendo”, los presentó Fernández.
Los interventores dejaron sobre el escritorio del Presidente la rendición de cuentas, de trece páginas, dividida en dos grandes temas: “continuidad prestacional” y “normalización administrativa”. Página/12 tuvo acceso al informe. Entre otras muchas cosas, detalla lo siguiente:
- Resolución: Se dio respuesta a las 437 demandas de beneficiarios que habían llevado su reclamo al defensor del pueblo y al de la Tercera Edad.
- Finanzas: El PAMI funciona hoy con equilibrio entre ingresos y gastos.
- Mora: Se redujo el monto de la deuda exigible con los prestadores en un 42 por ciento, de 259 a 149 millones de pesos.
- Contratos: La baja de asesores y de contratos innecesarios de personal realizados por el ex directorio, más los despidos por justa causa de empleados responsables de diversas irregularidades, han permitido un ahorro neto de 2 millones de pesos al año. Además, se detectó medio centenar de sueldos de entre 3 mil y 6 mil pesos correspondientes a funcionarios que ingresaron como jerárquicos y continúan cobrando el mismo salario a pesar de haber sido desplazados del cargo.
- Controles: Se detectaron dependencias donde el ausentismo supera el 50 por ciento. También se fortaleció el control interno del Instituto por vía de un nuevo plan de trabajo y asignación de recursos para la auditoría interna y la inclusión de la Sigen.
- Licitaciones: Además de las acciones tendientes a solucionar los atrasos en las diferentes áreas, mediante la puesta al día de contrataciones pendientes, se encararon procesos de licitación para la adquisición de insumos médicos como marcapasos o pañales para adultos.