El intendente de Escobar, Luis Patti, quiso usar a su favor el hecho de que el juez federal Claudio Bonadío lo encontrara amparando a represores prófugos. Intentó aprovechar su exposición para posicionarse en la campaña a la gobernación bonaerense, pero sus declaraciones sonaron a amenaza. “Yo no quiero que vuelva a haber golpes como el de De la Rúa, pero cuidado, lo van a tener, ocúpense de las cosas diarias de la gente, no se ocupen de las cosas del pasado”, advirtió en declaraciones a distintas radios. El ministro de Interior, Aníbal Fernández, le contestó que los hombres como Patti “no entienden un carajo lo que pasa en este país” y le advirtió que “está jugando con el dolor de muchísimos argentinos”.
El candidato a gobernador por el Partido Unidad Federalista (Paufe) reclamó que el Gobierno empiece a “construir el futuro, porque nadie lo está construyendo, si no, los van a sacar a patadas a todos los funcionarios legalmente constituidos en el país y va a comenzar la anarquía, que ya comenzó”. Fernández fue quien le contestó en nombre del Gobierno y replicó que el ex policía cometió “una aberración”, una “estupidez” y que “no entiende” de justicia.
Patti tuvo que declarar el jueves ante Bonadío en una causa en la que se investiga la desaparición de veinte personas en 1980. El juzgado descubrió que el intendente de Escobar amparaba al menos a uno de los acusados prófugos, el teniente coronel retirado Jorge Granada, con quien mantuvo conversaciones telefónicas mientras el represor era buscado por la Justicia. “Si hubiera sabido que estaba prófugo, hubiera hecho lo posible para que se entregue”, se defendió Patti ante el magistrado. Pero la investigación del juzgado demuestra que el intendente conocía la situación de Granada, a quien ayudaba con dinero ya que si el acusado iba a cobrar su pensión, quedaba detenido.
Para defenderse, Patti sacó a relucir sus habituales argumentos acerca de la guerra, los excesos y los dos demonios: “Todo el mundo sabe que hubo excesos de ambos lados y barbaridades de todos”, dijo respecto al período de la última dictadura, en el que él está acusado de haber participado en el asesinato de los militantes montoneros. “La mayoría sabe que no puede ser” que se reabran los juicios a los militares que violaron los derechos humanos, opinó. Y agregó que “además, hay que meter preso a la izquierda, pero yo no soy partidario de eso, si no, volvemos a abrir heridas”.
El ministro del Interior afirmó que “a De la Rúa no lo destituyó un golpe: lo echó la propia gente que lo votó, por incapacidad, no por otra razón”. Fernández dijo que “ordenar el tema de la justicia” es una de las tareas a las que está abocado el presidente Néstor Kirchner, pero acotó que “por supuesto que Patti de estas cosas no entiende”.
Los candidatos a gobernadores por el Polo Social para la Victoria, Francisco “Barba” Gutiérrez y por la coalición del Partido SocialistaIzquierda Unida, Jorge Rivas y el diputado provincial Alejandro Mosquera también le contestaron al intendente de Escobar. Gutiérrez aseguró que “lo que le ocurre a Patti es que le tiene miedo a la gente porque está acusado de ser un torturador, un hombre que aplicó el terrorismo de Estado en todas sus formas”. Rivas manifestó que “se trata de un pequeño comisario fascista con mucho miedo de que la Justicia ilumine las zonas más oscuras de su propio pasado. Nada de lo que pudiera decir merecería una respuesta si no se empecinara en llamar excesos a los crímenes del terrorismo de Estado y revancha a la justicia”. Para Mosquera, “si Patti hubiera sido condenado por la cantidad de delitos que protagonizó los últimos veinte años, no presenciaríamos hoy cómo una persona que pretende ocupar la gobernación de la provincia aparece protegiendo a delincuentes y actuando con los mismos códigos mafiosos que alguna vez lo ampararon a él”.