EL PAíS
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El aumento no alcanza
Por Simón Bestani *
La retracción del consumo confirma que el proceso de recuperación está mostrando síntomas de debilitamiento. Frente a la caída de los índices, el gobierno nacional se limita a dictar un aumento salarial general. A nuestro juicio, creer que el incremento de los sueldos reactivará la economía es esperar demasiado de una sola propuesta microeconómica. Más aún si se la concibe con independencia del tratamiento de las tarifas de las empresas privatizadas, la negociación de la deuda pública, el acuerdo con el FMI o la recomposición del sistema financiero y tributario.
El verdadero problema reside en que el Gobierno no toma resoluciones que modifiquen los problemas de fondo. Actúa según las demandas electorales que no afecten la imagen presidencial, tal es el caso de la baja en el precio de las garrafas. Si no se establecen claras reglas de juego que reduzcan la incertidumbre, estas noticias de desaceleración del crecimiento y caída en la actividad industrial se volverán recurrentes. Postergar la resolución de estos temas conlleva a un escenario de bajas tasas de crecimiento para los próximos años.
En este sentido, el Gobierno se encuentra ante un dilema, por un lado la necesidad de construir un espacio de poder genuino y, por otro lado, la necesidad de tomar decisiones que impliquen reformas estructurales, muchas de ellas impopulares pero necesarias para encauzar a la economía en un sendero de crecimiento sostenido. Cada uno de estos aspectos se contradicen, el Gobierno deberá poner en la balanza los temas a resolver. Hasta el momento ponderó con mayor fuerza la toma de medidas de carácter popular que legitimen la imagen presidencial.
Durante el mes pasado, el comportamiento del consumo fue irregular. Las ventas por cantidades en los supermercados cayeron 5 por ciento en junio respecto de igual mes del año pasado y crecieron 1,1 por ciento si se compara con mayo. Por su parte, en los shopping centers se vendió 10 por ciento más que doce meses atrás, pero 3,3 por ciento menos que en mayo. El Gobierno espera que las ventas de supermercados reaccionen favorablemente pero tranquilamente a la nueva política salarial. Pero, al mismo tiempo, no se tuvo en cuenta que la baja del dólar encareció los bienes para los turistas (que fueron los mayores impulsores de operaciones el año anterior) que se seguiría reflejando en los centros comerciales. A su vez y paradójicamente, en términos políticos el aumento salarial no produjo el efecto que esperaba el presidente Kirchner.
* Economista.