Una larga mesa dispuesta en forma rectangular. De un lado, dirigentes de la CGT opositora en busca de sumar volumen político antes de sentarse a discutir paritarias. Del otro, referentes del Frente Amplio Progresista en busca de dar una imagen de gobernabilidad mostrándose con un sector del sindicalismo. Y en la cabecera, los dos protagonistas centrales: el líder camionero Hugo Moyano y el diputado socialista y precandidato presidencial del FAP, Hermes Binner. Al concluir la reunión, ambos explicaron que el encuentro no tuvo “fines electoralistas”, sino que la intención fue “seguir trabajando y contribuyendo para buscar soluciones a los problemas” de la Argentina. De todas maneras, Moyano no descartó un acuerdo al afirmar que su sector apoyará a quien le “garantice que puede cambiar la situación del país”. Por el momento, dijeron que hubo una “coincidencia total” y acordaron conformar una mesa de diálogo permanente, compuesta por 2 o 3 miembros de cada lado.

Binner y Moyano se habían reunido por última vez en 2011, cuando el entonces gobernador de Santa Fe era candidato a presidente. Moyano lo recibió junto a otros sindicalistas en el histórico edificio de la CGT, en la calle Azopardo. Esta vez, Binner estuvo más acompañado y jugó de local. Recibió a los gremialistas en la sede del Cemupro, el centro de estudios del socialismo. “Debemos trabajar firmes en concertar una política común que integre a los distintos sectores del trabajo, empleadores y trabajadores, y que pueda defender los derechos de los trabajadores”, sostuvo Binner durante la reunión, en la que no faltaron críticas al gobierno nacional.

“Esto es una muestra clara de la necesidad que está presente en la mayoría de la sociedad. La necesidad de dialogar, de intercambiar opiniones, de compartir o no ideas, pero de que se exprese en una convivencia política capaz de poder salir adelante”, completó a su turno Moyano, flanqueado por Carlos Acuña, referente de la CGT Azul y Blanca que comanda Luis Barrionuevo. El gastronómico no pudo estar presente por dificultades para viajar desde Mar del Plata. Escuchaban atentos Julio Piumato, Juan Carlos Schmidt y Omar Plaini, que luego hicieron uso de la palabra. Los dirigentes afirmaron que hubo una “coincidencia total” sobre los análisis relacionados con “la inflación, la devaluación, la desocupación” la falta de diálogo y “el trabajo precario”, entre otros temas.

Antes de ingresar, Moyano ya había enviado un mensaje sobre la negociación salarial: “Nosotros discutimos por un año, vamos a respetar ese año, pero en junio, en el caso de los camioneros, nos sentaremos a discutir por un año más”, detalló el camionero, que rechazó la idea de establecer límites en las paritarias. “Los topes que se los pongan ellos. A noso-tros nadie nos pone topes”, aseguró, en referencia a la central sindical que conduce el metalúrgico Antonio Caló.

Tanto Binner como Moyano respondieron a las críticas de la diputada de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que cuestionó la decisión del socialista de reunirse con Moyano, a quien había calificado como “monstruo político” y asegurado que debería estar preso. “A lo mejor tiene razón y yo tendría que estar preso”, bromeó ayer Moyano y luego, replicó: “Si fuera por la señora Carrió, el 98 por ciento de los argentinos debería estar preso porque denunció a todo el mundo. Pero, más allá de esto, yo creo que hay cosas más importantes que hablar que lo que dijo la señora diputada”. Sin confrontar con la chaqueña, Binner prefirió decir que el encuentro va a ser motivo de “un gran beneplácito por parte de la sociedad en su conjunto y en el interior de nuestras instituciones, también”. Todos los partidos que integran el FAP habían enviado sus representantes: Margarita Stolbizer, del GEN, Humberto Tumini, de Libres del Sur, Luis Juez, del Frente Cívico y los socialistas.

Fuentes que participaron de la reunión la calificaron como positiva, aunque la foto con Moyano tenga “sus bemoles”. “Sirve para posicionarlo a Binner como el candidato más fuerte de este espacio. Y también es un mensaje hacia sectores del peronismo porque marca que ésta no es una alianza antiperonista”, explicó un dirigente del FAP.