EL PAíS
En Junín, Kirchner y Solá se apoyaron mutuamente
En un acto que compartieron en Junín, el gobernador bonaerense calificó a Kirchner de “huracán” y exhortó a apoyarlo. A su vez, el Presidente expresó su respaldo a Solá para las elecciones. En un clima de distensión, disiparon versiones de distanciamiento.
› Por Fernando Cibeira
Hay candidatos a los que el presidente Néstor Kirchner acompaña mucho, hay otros a los que acompaña poco y hay a quienes sólo ve para la foto de rigor. Al gobernador Felipe Solá es a uno de los que acompaña mucho, aunque el bonaerense asegure por ahí que puede ganar sin la ayuda del Presidente. “Ahora vas a ver lo que digo de vos”, bromeó Kirchner cuando se abrazaron en el aeródromo de Junín, en donde encabezaron un acto. No cumplió la amenaza. Pero si bien no habló mal de Solá, con quienes sí la emprendió fue con “algunos sectores” que lo critican, aseguró, porque no atiende sus intereses. “Se ponen nerviosos al darse cuenta de que no tienen de empleado al Presidente”, sostuvo. Al emprender la vuelta a la Casa Rosada, Kirchner batió su propio record: saludó una por una a todas las personas que fueron a despedirlo al pie del avión.
El mensaje del Presidente en el Teatro de la Ranchería se convirtió en un atípico ida y vuelta con el público. Comenzó cuando Kirchner describía “uno de los genocidios más grandes”, que fue la manera como denominó el levantamiento de ramales del ferrocarril llevado a cabo en los ‘90, que en su momento afectó la región tanto como lo hacen ahora las inundaciones. Contó que iban a volver a poner en marcha los trenes, aunque los ramales arrastren años de desinversión.
“Se están robando muchas cosas”, lo advirtió una señora del público. “No tengo dudas, y está bien que me lo digan”, aceptó la intervención. A la señora le siguieron otras, apoyando lo que decía el Presidente. Kirchner, lejos de fastidiarse, se entusiasmó. “Prefiero que me peguen las cámaras pero tener los oídos en el pueblo que en otro lado”, sostuvo, en referencia a las dos heridas con cámaras fotográficas en la frente que sufrió por mezclarse con el público. Terminó diciendo que si en algún momento algún sector le intenta torcer el brazo no le costará nada agarrar un micrófono para informarle a la gente y denunciarlo públicamente.
Kirchner hizo una visita relámpago junto a sus ministros del Interior, Aníbal Fernández, y de Planificación, Julio De Vido, y al vocero Miguel Núñez. El acto era para anunciar obras para el control de las inundaciones que comenzarán en “cinco días”, según prometió Solá. Fue la primera vez que un presidente de la Nación visitó Junín, un municipio que desde el retorno de la democracia maneja el radical Abel Miguel. Curiosamente, Miguel ahora no será candidato porque perdió la interna.
Kirchner y Solá tienen una relación de amistad y desconfianza. En el trato personal sintonizan muy bien, pero saben que en un punto sus deseos pueden llegar a colisionar. Las declaraciones del gobernador en las que aseguró que “se repuede” ganar en la provincia de Buenos Aires sin la colaboración del Presidente, no hacen más que agregar un condimento más a ese vínculo de tenso cariño.
Ayer bromearon bastante sobre el tema. “Bajaste al 48,3 por ciento de intención de voto”, fue el chiste que le hizo Kirchner a Solá. Después que el Presidente dijo su discurso y volvió a sentarse a su lado, le cuchicheó: “Ahora subiste al 52,8 por ciento”.
En un principio, Kirchner había imaginado a Solá –como al jefe de gobierno Aníbal Ibarra o al intendente de Rosario, Hermes Binner– como posibles integrantes de la fuerza transversal que acompañaría su gestión y que imaginaba como instancia superadora de los partidos políticos. Por una razón o por otra, ahora esa idea asoma un poco utópica, lo mismo que considerar al gobernador bonaerense tropa propia del Presidente.
Lo cierto es que ahora, en medio de una campaña en la que no está en duda el triunfo, Kirchner y Solá mantienen la buena sintonía. Solá, que había viajado en el avión de la gobernación, volvió junto al Presidente en la primera fila del Fokker en el que se trasladó la comitiva. “Un huracán”, elogió el gobernador al calificar los 100 días de la nueva gestión. “Kirchner trabaja para la reconquista de los valores y la dignidad”, agregó. También dijo que “había que apoyarlo, especialmente ahora”, en referencia a las negociaciones con el FMI.