En diciembre, Elisa Carrió dejará el Congreso, la tribuna desde la que lideró una serie de movidas, desde la Comisión de Lavado al juicio a la Corte, sobre las que fue construyendo su meteórica carrera. Al menos en parte, el enorme vacío político que deja la chaqueña será llenado por su amiga Marta Maffei, que el domingo fue elegida diputada. En diálogo con Página/12, la líder de CTERA dice estar contenta con el decoroso resultado del ARI en la provincia de Buenos Aires, donde obtuvo un 9,5 por ciento. Además, detalla sus planes para el Congreso y asegura que no funcionará como el reemplazo de Carrió. “Yo voy a trabajar, pero reemplazarla es algo que ni me propongo”, sostiene.
–¿Conforme?
–Desde luego, estoy muy contenta. Demostramos una fuerte presencia del ARI en la provincia. En general, en las elecciones provinciales las fuerzas pueden diluirse ante liderazgos nacionales, pero el ARI revalidó en la provincia, con cuatro diputados nacionales y cuatro municipios, además de legisladores provinciales y concejales.
–Usted encabezó la lista del ARI pero viene de la CTA. ¿Va a integrarse al bloque?
–Por supuesto, me voy a sumar al bloque. Eso más allá de que seguramente con otros diputados vamos a hacer un gran esfuerzo por integrarnos, trabajar y tratar de conformar un interbloque, un espacio para la confluencia de diferentes sectores. La idea es que el ARI tenga una fuerte apertura hacia los sectores sociales.
–¿Va a ocupar el lugar de Carrió?
–No. Voy a trabajar, pero reemplazarla es algo que ni me propongo.
–Pero su figura tiene una dimensión importante. Es inevitable que algo de eso ocurra.
–Puede ser, pero Lilita va seguir teniendo, dentro o fuera del Congreso, un espacio de liderazgo en el ARI. Lo que nosotros tenemos que hacer es construir una fuerza significativa dentro del Congreso para lograr los objetivos legislativos, que no son exactamente coincidentes con liderar el movimiento social.
–¿Va a ser jefa de bloque?
–No.
–¿Por qué?
–No sería prudente. Una jefatura de bloque exige una experiencia no sólo en lo social sino legislativa, de relaciones con otros dirigentes, de relación interbloque. Esto requiere un tiempo de pertenencia, no es una cosa que se improvise de la noche a la mañana. Y uno tiene que ir con toda la humildad, para aprender. Yo tengo claros los objetivos, pero los modos en que esos objetivos se concretan en determinados lugares tienen su propia dinámica, su propia estrategia. Yo quiero ser respetuosa de los compañeros que tienen una trayectoria importante.
–¿Cuáles son sus planes una vez que llegue al Congreso?
–Vamos a tratar de trabajar con los distintos bloques, con las mayorías y las minorías, porque todos los bloques tienen sus costados, para ir articulando una fuerza social en favor de nuestro pueblo. El objetivo básico es transformar en mayorías políticas las mayorías sociales. Está claro que hasta ahora el ARI ha acompañado este proceso de limpieza institucional que promueve el gobierno nacional, y ahora viene el tratamiento en el Congreso del Presupuesto. Ahí se juega el hambre de la gente en el próximo año, y tenemos que ser muy firmes.
–¿Qué pasó con la CTA? En la provincia, usted optó por sumarse al ARI, mientras que el piquetero Luis D’ Elía prefirió armar un partido propio y obtuvo un resultado insignificante.
–Yo siempre pensé que se trataba de construir una articulación entre las fuerzas sociales y políticas, y no por separado, crear una fuerza social y una fuerza política. La idea es que los sectores sociales tengamos representación en los intereses de la Nación. En este sentido, yo no comparto que para eso sea necesario fundar un nuevo partido. Hay muchos pequeños partidos. Nosotros tenemos que apuntar a articular y encontrar estrategias de unidad dentro de la multiplicidad que hoy existe. Tengo la sensación de que la tarea es otra, con mucha generosidad y amplitud, procurando construir liderazgos colectivos. Es complicado, porque los compañeros vienen de distintas procedencias, distintas historias, con una fuerte construcción de muchos años, de partidos con una fuerte tradición, y no quieren verse diluidos. Y yo eso lo entiendo. Pero también tenemos que hacer un esfuerzo para hacer compatible esta necesidad o esta decisión de no diluirse con la necesidad que tiene la gente de que construyamos mayorías para gobernar.
–D’Elía buscó una identificación fuerte con Kirchner, al punto que su alianza se llamó “Kambia Buenos Aires”. Usted optó por otro camino: ¿eso quizás influyó?
–No sé. Evidentemente, Luis tiene identificaciones variadas. Ha cambiado con el tiempo varias veces. Yo me identifico con la gente y con el pueblo.
–¿Y usted cómo se para frente a Kirchner?
–Si Kirchner tiene actitudes a favor de nuestro pueblo nos identificaremos. Pero hay algo que nosotros aprendimos de la experiencia: cheques en blanco no le extendemos a nadie.