El quórum propio que tendrá el PJ en la Cámara baja a partir del 10 de diciembre despertó más de una sonrisa entre sus integrantes. Sin embargo, esa alegría rápidamente mudó en ceños fruncidos. La multitud de legisladores que llegan y los porcentajes obtenidos en sus distritos abrieron la discusión por el reparto de los cargos de la bancada, de las comisiones y, por qué no, de la conducción del cuerpo. A esta discusión hay que sumarles los problemas internos entre legisladores de una misma provincia. Este es el caso del duhaldismo, que ahora controla la Cámara y el bloque. Un detalle que despertó una sorda pelea por los puestos con que se quedarán. En tanto, los reutemistas se aprestan a dar pelea.
La presencia de duhaldistas en la presidencia del bloque y de la Cámara, José María Díaz Bancalari y Eduardo Camaño respectivamente, rompió una vieja tradición parlamentaria que sostenía que la provincia de Buenos Aires controlaba el cuerpo y un diputado de otra provincia conducía el bloque. Esta excepción debía caducar el próximo diciembre, pero no será tan fácil como se pensaba.
De los dos duhaldistas el que mejor relación tiene con Néstor Kirchner es Bancalari. Tiene línea directa con la Rosada. Camaño, en cambio, debió remar bastante para mejorar el trato con el patagónico. Ahora bien, a diferencia del jefe del bloque, el diputado quilmeño es un duhaldista paladar negro. Un dato que no es menor a la hora de que el ex presidente dirija su preferencia a favor de alguno de los dos. Potestad que Eduardo Duhalde tiene por el hecho de ser el patrón del PJ bonaerense y controlar a los 40 legisladores que tendrá el bloque a partir de diciembre.
A Bancalari sus colegas bonaerenses le critican el exceso de identificación con Kirchner y esto provocó que le restaran apoyo frente a una probable reelección. Es más, algunos ya hablan de retomar la vieja tradición y que Camaño se quede como presidente de la Cámara. Esta es una verdad a medias. Al actual titular del cuerpo no le gusta la buena relación que existe entre Díaz Bancalari con la vicegobernadora electa, Graciela Giannettasio y el ministro del Interior, Aníbal Fernández. Este último, a la sazón, enemigo territorial de Camaño. El trío, según confesaron algunos camañistas, estaría trabajando junto a Felipe Solá en la formación de un espacio político que abriría un brecha en el poder duhaldista. De acuerdo a este análisis, Bancalari no debería quedarse con la conducción del bloque.
El hombre fuerte de San Nicolás está informado de lo que sucede. Por ahora, y a pesar de que él lo niegue, ha comenzado a gestarse un grupo en su apoyo. Diputados de las provincias del norte más algunos de la Patagonia están cerrando filas detrás de Bancalari: “El Mono (así lo llaman) es el único que tiene capacidad de contener un bloque heterogéneo como será el nuestro. Y si bien es bonaerense no es del conurbano”, aseguró un diputado norteño.
El respaldo no es ingenuo. Busca frenar la embestida santafesina. Los diputados que responden a Carlos Reutemann ya anunciaron su decisión de pelear el sillón de Bancalari. A muchos de los legisladores que comulgan con Kirchner, paladares negros y de la última hora, no les provocó mucha gracia el anuncio. Recuerdan que Lole jugó con Carlos Menem en la presidencial, lo que implica un estigma indeleble para este sector.
Los reutemistas, en tanto, juran que el hecho de lanzar el nombre de Oscar Lamberto para ocupar la jefatura de la bancada no es la típica jugada de redoblar la apuesta para quedarse con cargos importantes. Dicen que ya están cerrando un acuerdo con los diputados cordobeses. “Nos corresponde el cargo”, sostuvo un legislador de diálogo directo con el ex piloto de Fórmula Uno. Es más, señaló que todas las operaciones y acuerdos que se están tejiendo no tendrán efecto porque “acá los que definen los cargos son Duhalde y el Lole. Nadie más”. Sin dudarlo considera queKirchner no tendrá injerencia en este debate por el simple hecho de que “no cuenta con gente en la Cámara”.
Esta no será la única pelea que se vivirá en el oficialismo. Todavía falta el reparto de las comisiones. En este momento funcionan 45, pero Camaño impulsa una reducción drástica para dejarlas en 20. Un número escaso teniendo en cuenta la cantidad de diputados que llegarán. “La mejor forma de resolver este problema es suspender la modificación. Darles una comisión a varios aliviará las tensiones y podremos funcionar”, sostuvo un integrante de la mesa de conducción del oficialismo.
En esta disputa vuelve a surgir el nombre de Lamberto. Por más que los reutemistas digan que no, la candidatura del diputado electo no es un hecho aislado. Saben que es un claro aspirante a quedarse con la estratégica Comisión de Presupuesto y Hacienda. Un despacho también apetecido por el duhaldismo que tiene al ex funcionario del Ministerio de Economía durante la presidencia del bonaerense, Jorge Sarghini.
Así las cosas, la pelea por los cargos se anuncia complicada.