EL PAíS
› LA AGENDA, NEGOCIACIONES Y TRIBULACIONES DE KIRCHNER EN NUEVA YORK
A la Asamblea con la maleta llena
El Presidente disertará en la Asamblea General de la ONU y tiene dos discursos preparados. El amor con México. La tensión con Brasil. El futuro de la ONU, la OMC. Hillary y Stiglitz.
› Por Sergio Moreno
La agenda del viaje de cinco días que emprenderá pasado mañana el presidente Néstor Kirchner a Nueva York aún no está cerrada, faltan acordar reuniones y actos, pero los ejes centrales de lo que dejará el periplo –cuya actividad principal será la participación del mandatario en la Asamblea General de las Naciones Unidas– ya están definidos a partir de los tres discursos que dará y de los cinco temas centrales que abordará. Kirchner hablará en la Asamblea General de la ONU el próximo jueves, en el Council of Foreign Relations y en la New School University (en este caso ante la mirada del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, ver página 4). Los asuntos más importantes que lleva en su portafolio son la institucionalidad de la ONU, la competencia de su Consejo de Seguridad para enviar tropas a Irak, la reformulación de la Organización Mundial del Comercio tras el fracaso de la cumbre de Cancún, la firma de un convenio con Brasil para co-administrar los próximos turnos que le tocan a ambos países en el Consejo de Seguridad y la discusión con el presidente Vicente Fox de un posible acuerdo argentino-mexicano de libre comercio que podría cerrarse en la segunda mitad de octubre próximo.
Vayamos por partes.
Va de suyo que habrá agendas paralelas. Sólo por nombrar las más importantes, la de la primera dama, Cristina Fernández, que se encontrará con Hillary Clinton, actualmente senadora por Nueva York; la del ministro de Salud, Ginés González García, que presentará ante la Asamblea los avances argentinos en la lucha contra el sida y firmará –junto con el Presidente– un convenio marco sobre control del tabaco, y la del canciller Rafael Bielsa, que se verá con sus pares de Sudáfrica, Malasia, China, México, Chile y Brasil.
Al cierre de esta edición, Kirchner tenía en su despacho dos versiones del discurso que dará ante la Asamblea General. Versión 1, si no llegase a haber acuerdo con el FMI: el Presidente hablará contra aquellos que destruyeron el mundo a través de las finanzas (léase los muchachos de Wall Street, los organismos financieros internacionales y los acreedores) y de la pobreza y marginación a que estos sujetos condenaron a la mayor parte del mundo. Versión 2, si hubiese acuerdo con el FMI: el Presidente hablará contra aquellos que destruyeron parte del mundo con las armas –la invasión a Irak–, dinamitaron el multilteralismo y debilitaron a las Naciones Unidas. ¿Puede caerse el acuerdo con el Fondo? Es muy, muy improbable. Hoy, sábado, el directorio del organismo, reunido en Dubai, dará a conocer la aprobación del acuerdo entre el FMI y la Argentina. Kirchner archivará la versión 1 del speach. Expondrá, entonces, sobre los dos temas de mayor peso específico en este viaje.
- La institucionalidad de la ONU: La decisión norteamericana de invadir Irak sin apoyatura jurídica del organismo y contra la voluntad mayoritaria de los miembros del Consejo de Seguridad, abrió un interrogante sobre su eficacia y hasta de su existencia. Producida la invasión, ganada la guerra y emitido el grito de ayuda para que terceros países tomen la posta de la ocupación a Irak, Estados Unidos parece volver sobre sus pasos. Existen, por ende, chances para reformular la ONU, a su Consejo de Seguridad y recauchutar las políticas de juridicidad y multilateralismo. El tema se entronca directamente con...
- ... La competencia del Consejo de Seguridad para enviar tropas a Irak: la Argentina no enviará a sus soldados. El último intercambio que existió entre los gobiernos norteamericano y argentino al respecto fue cuando Bielsa envió una carta a su par Colin Powell en la que el argentino explicó que los cascos azules criollos no hacen tareas de peace-building (faena riesgosa si las hay, que implica la entrada en combate de las tropas), y que sólo hacen labores de peace-keeping, esto es mantener la paz en sitios donde ya no se combate.
Quizás el Presidente incorpore a su discurso algún ítem sobre el fracaso de la reunión de Cancún y de la necesidad de reformular la Organización Mundial del Comercio (OMC). Si acaso no lo hiciese, el tema no desaparecerá de la agenda presidencial, ya que es uno de los principales asuntos en carpeta. Kirchner y Bielsa se reunirán con presidentes y cancilleres para avanzar sobre el tema, que saltó por los aires en México esta semana que pasó. El secretario de Comercio norteamericano, Robert Zoellick, tras fracasar las tratativas dijo el martes pasado que la posición latinoamericana había estado teñida por “la retórica de los ‘70”. En Cancún le había dicho a Bielsa: “Si no se aprovechan estos años (para llegar a un acuerdo en el comercio mundial) va a haber que esperar 200 años”. Esa reflexión-amenaza no turbó tanto al canciller argentino como la frase de los ‘70. El martes pasado, a las 17.45, el canciller llamó a Zoellick.
–Lo que usted dijo es injusto, duro y quiero transmitirle nuestro repudio y desacuerdo. No es justo porque a usted le consta los esfuerzos argentinos por llegar a acuerdos, cuando menos en algunos puntos –dijo Bielsa.
–Discúlpeme, esa frase me causó una “reaction backfires” (algo así como el tiro por la culata) –dijo, acusando recibo formalmente, el mandamás del comercio norteamericano.
¿Socio estratégico?
La disputa en tierra mexicana no sólo dejó heridos entre los grandes contendientes, EE.UU. y Europa versus resto del mundo, sino entre quienes deberían ser socios inseparables para enfrentar a estos gigantes. La Argentina y Brasil salieron de Cancún más separados de lo que entraron a las tratativas, finalmente fallidas. No sólo difirieron las posiciones en cuanto a cómo acordar o no reglas más justas para comerciar entre los países del mundo, sino que, además, en ese momento el gobierno argentino negociaba contrarreloj con el Fondo un acuerdo que no llegaba. Luiz Inácio Lula da Silva fue uno de los presidentes amigos que brilló por su ausencia: no levantó el teléfono para presionar a Washington a favor de un rápido acuerdo con la Argentina. Tal faltazo se acrecentó ante las intensas gestiones que hicieron otros dos mandatarios, el de México, Vicente Fox, y el de Chile, Ricardo Lagos, a favor el acuerdo.
–¿Todavía no firmaron? –le preguntó el canciller brasileño, Celso Amorim a Bielsa, en un pasillo de la reunión de Cancún.
–No, aún no. Pero con ayudas como las que nos dio recién el presidente Fox seguro que vamos a arreglar –replicó el canciller argentino.
Fox, anfitrión del meeting de la OMC, acababa de realizar un encendido discurso a favor del cierre de las tratativas entre el Fondo y Buenos Aires.
La bronca con Brasil se instaló en la Casa Rosada. Fue el propio Kirchner quien le dijo al gobernador pampeano Rubén Marín, el martes pasado, que “Brasil siempre es así; en los momentos más importantes nos juega en contra”. La fiebre con los vecinos aún no se apagó en la Casa Rosada. Lula visitará la Argentina entre el 16 y el 17 de octubre próximos. Para el 17, día peronista si los hay, el patagónico había pergeñado un discurso conjunto de ambos presidentes progresistas, en un estadio que podría ser el de Ferro Carril Oeste, para constituir un símbolo en favor de la justicia social. “Abort”, ordenó Lupo –así llaman a Kirchner–: sólo hablará él; que Lula la mire desde abajo del palco.
“Brasil quiere sacarse una foto con el Grupo de los 7 –países más poderosos del mundo–. No nos parece mal que lo haga, pero para eso no debería atentar contra los intereses argentinos”, dijo ayer mismo a Página/12 un importante miembro del gobierno argentino.
Las cosas con quien antes de la asunción de Kirchner iba a ser nuestro aliado-socio estratégico están mal. Muy, muy mal. Kirchner se verá con Lula el martes, en la cena que George Bush ofrecerá en Nueva York a todos los presidentes y cancilleres que hayan llegado para la Asamblea de la ONU. No es un buen lugar para limar la rebaba que está dejando esta colada.
Tristeza tem fim
Con Brasil no todo es amargura. Ambos países ocuparán el sillón rotativo y temporario en el Consejo de Seguridad de la ONU entre el período 2005 y 2006. Les correspondería un año a cada uno. La Argentina le propondrá a Brasil armar una bancada diplomática única y, de esa manera, obtener un período doble para ambos países. Es muy posible que este acuerdo llegue a buen puerto.
No obstante, la interpretación puede ser diferente para cada uno de los dos actores de este sainete malhabido.
Históricamente ambos países han coincidido en que el Consejo de Seguridad debe democratizarse y ampliar sus escaños a otros países. Brasil pretende que uno de esos curules, uno permanente, sea para sí. Argentina siempre se negó pero nunca hizo una contrapropuesta. Ahora, la administración Kirchner definió que la posición del país será la de solicitar que la banca sea fija para la región, pero rotativa para los países que la integran: ejemplo, que sea para el Mercosur más dos (Chile y Bolivia) y que roten entre los seis países.
El acuerdo que impulsará Kirchner en Nueva York al respecto será leído por la Argentina como un paso hacia la posición antes citada. Brasil, en cambio, lo entenderá como un apoyo virtual a su pretensión de adueñarse de la banca.
Las cosas no están bien.
Un nuevo amor
México, nuevo amor de los pingüinos. Kirchner almorzará con Vicente Fox y los cancilleres de ambas repúblicas. Tratarán el próximo viaje del argentino a México, a realizarse en la segunda quincena de octubre. “Nosotros no vamos a ir al DF a hacer turismo –dicen en la Casa Rosada–; vamos a ir si firmamos un acuerdo de libre comercio entre los dos países.”
De eso hablarán Fox y Kirchner, del acuerdo bilateral. Altas, altísimas chances de que haya final feliz, en este nuevo romance hemisférico.
Para Lula que la mira por TV.
Kirchner aprovechará el almuerzo con el mandatario azteca para recomponer el desplante que se mandó anteayer en Buenos Aires. En la ocasión, la embajadora mexicana en Buenos Aires y ex canciller de su país, Rosario Green, organizó una cena en el hotel Caesar Park, donde Kirchner agradecería a todos los embajadores latinoamericanos acreditados en esta capital por los esfuerzos que hicieron sus países para que la Argentina llegase a firmar un acuerdo con el FMI. La excitación por el encuentro se extinguió cuando los comensales supieron que el Presidente no iba a participar de la cena.
Tal vez Lupo pida las debidas disculpas a Fox, quizás el martes, en la comida que ofrezca Bush.
Todo esto –y algunas cosas más, ver recuadro en página 4– ocurrirá en Nueva York, en medio de la Asamblea donde coinciden casi todos los presidentes del mundo por una semana.