Dom 09.11.2014

EL PAíS  › LUIS CABRAL CONSIGUIO APOYO PARA SEGUIR EN LA CASACION

Aferrado a su cargo

La continuidad de la subrogancia que Cabral tiene desde hace más de tres años volvió a dividir a la Cámara de Casación. Cuatro jueces votaron a favor de que siga y tres en contra.

› Por Irina Hauser

El juez Luis María Cabral, titular de la tradicional Asociación de Magistrados e inminente integrante del Consejo de la Magistratura, no quiere irse del cargo que –además– tiene como subrogante en la Cámara de Casación Penal desde hace algo más de tres años y consiguió respaldo para perpetuarse. Uno de sus colegas, Juan Gemignani, había presentado una nota que alertaba sobre la incompatibilidad de su papel de consejero con el de camarista del máximo tribunal penal, combinación de tareas que –según advertía– amenaza con paralizar la sala que ambos integran. La designación y permanencia de Cabral en Casación han sido tema de controversias desde el primer momento, cuando fue nombrado sin sorteo. La última reunión del tribunal dividió a los casadores, que quedaron cuatro a favor del subrogante y tres en contra.

Cabral es suplente en la Casación desde el 20 de septiembre de 2011. Su llegada fue una semana antes de que desembarcaran allí los últimos cuatro jueces designados por el actual gobierno (Alejandro Slokar, Ana María Figueroa, Juan Gemignani y Mariano Borinsky) y fue leída como el anclaje de la Corte Suprema y de lo más tradicional de la corporación judicial dentro del tribunal penal más importante, que comenzaba a oxigenarse luego de casi veinte años de existencia.

Cabral no obtuvo el cargo por sorteo, como estipula la ley vigente que debe hacerse entre jueces de tribunales orales, sino porque se lo propuso el ex juez Raúl Madueño. Desde entonces ahí está, sin moverse. Participó en causas resonantes, como el sobreseimiento de Fernando de la Rúa por los asesinatos del 19 y 20 de diciembre de 2001 y revocó la absolución de Carlos Menem por la venta ilegal de armas. Ultimamente, dicen en su entorno, tiene centenares de causas acumuladas en su despacho.

En una presentación que había hecho Gemignani ante la presidencia de la Cámara, dijo que quería “poner de resalto la especial obstrucción al desarrollo de la función jurisdiccional de la Sala I y la grave lesión a los derechos de los justiciables que imponen las funciones como consejero en el Consejo de la Magistratura del subrogante Dr. Cabral”. Gemignani hizo esa presentación porque dijo que debió suspender 25 audiencias de causas en trámite previstas entre el 4 y 11 de diciembre porque los días de la citación coincidían con los del plenario del Consejo de la Magistratura, adonde asistirá Cabral después de que asuma el 17 de este mes.

Para doblar la apuesta, Cabral dijo que negoció cambiar los días de plenario del Consejo, que históricamente se hacen los jueves.

La reunión de Casación del jueves pasado duró toda la mañana. Los jueces se la pasaron discutiendo, desde asuntos burocráticos (sí tenían que esperar para resolver el tema a sus colegas de licencia, Gustavo Hornos y Pedro David) hasta el tema de fondo. Cabral dijo que por el momento no vislumbra dificultad en combinar ambos cargos, aunque se verá, y sugirió que a la larga se dedicará al Consejo. Gemignani le recordó que en su primer mandato como consejero, años atrás, había pedido licencia en el tribunal oral que integra como juez titular.

Liliana Catucci, que el año pasado le había inventado la categoría de “subrogante permanente” para justificar su continuidad, volvió a defenderlo junto con Eduardo Riggi. Ambos dijeron que la Corte ya lo había respaldado en una resolución, cuando lo denunciaron el fiscal Jorge Auat y el Centro de Estudios Legales y Sociales. Lo que resolvió el máximo tribunal era que los jueces de Casación son los que deciden sobre la permanencia de sus pares.

En la votación del jueves, además de Catucci y Riggi apoyaron la continuidad de Cabral, Figueroa y Mariano Borinsky. Este último fue el que terminó moviendo la balanza cuando todavía había empate, con el argumento de que se guardaba la posibilidad de cambiar de opinión en unas semanas. En disidencia quedaron Slokar, Ledesma y Gemignani.

Cabral es una figura histórica en la familia judicial, de la lista Bordó de la Asociación de Magistrados, suele funcionar como árbitro entre sectores judiciales y es hábil negociador. Su acercamiento, este año, al Gobierno, hizo que jueces federales le quitaran apoyo. Pero sabe que tanto desde su cargo en la Asociación como en el Consejo, puede ofrecer beneficios a sus colegas.

Días atrás quedó implicado en una causa que impulsa el fiscal Federico Delgado, por la designación sin título habilitante del administrador general Germán Krieguer cuando Cabral comandaba la Magistratura. Los tribunales, como está a la vista, son un campo de batallas político judiciales en estos días. Son cuatro los cargos vacantes en Casación y no escapan a las disputas.

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