Mié 26.11.2014

EL PAíS  › KICILLOF DEFENDIó LA INTERVENCIóN DEL ESTADO PARA IMPULSAR LA ECONOMíA

“Aunque no le guste al mercado”

El ministro de Economía advirtió por la gravedad de la crisis internacional y manifestó que el Gobierno seguirá apostando a la inversión pública por más críticas que reciba del establishment financiero. “Sin inclusión no hay actividad”, agregó.

“Aunque esas políticas les obliguen a los bancos a prestar al sector productivo y digan que eso genera incertidumbre, son las que permiten una estabilidad en términos de creación y sostenimiento del empleo, aun en momentos de enorme adversidad internacional”, afirmó el ministro de Economía, Axel Kicillof, en la 62ª Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción. Agregó que “para seguir creciendo, el Estado tiene que seguir invirtiendo en infraestructura, vialidad, puertos y obra pública, porque falta mucho para devolverle la deuda social de los que se quedaron sin empleo, sin vivienda, sin perspectivas y sin futuro”. Defendió que se tomen medidas que “generan incertidumbre y no les gusten a los mercados en pos de sostener el modelo de crecimiento económico con inclusión social y la estabilidad del empleo. Si no está cubierta la situación social, en la Argentina no hay actividad”, recalcó.

Al iniciar la exposición, Kicillof prometió noticias frescas de lo que ocurre en otras partes del mundo a partir de su participación en Australia de la reunión del G-20. Según dijo, allí mantuvo reuniones “reservadas, privadas y confidenciales” con los mandatarios que representan el 85 por ciento del PBI del mundo. “Existe una diferencia sustancial con el modo en que se nos informa a los argentinos. Nos enteramos de lo que pasa de una manera sucinta e incompleta”, sostuvo, y advirtió que la información que llega al país está “distorsionada”. “Lo que pasa en otras partes del planeta es indiscutible, es un hecho de la realidad, lo que les pasa a los ciudadanos del mundo es que el planeta está transcurriendo una crisis económica que para unos es la primera y para otros es la segunda más importante del capitalismo. De eso se habló en el G-20”, aseveró.

Kicillof justificó luego su respaldo al sector de la construcción: “Quienes saben, porque conocen cómo se mueve la rueda, entienden que no es para privilegiar empresas, sectores o sindicatos, sino porque tenemos una preocupación por la actividad económica”. El ministro contrastó los niveles de inversión pública y privada de los últimos años con los del último decenio del siglo anterior, cuando esa variable “caía al 3 por ciento anual acumulativo porque no había actividad económica”. En ese marco subrayó que “los permisos de construcción, aun en años de no tanto crecimiento, están un 43 por ciento por encima de los mejores años de la convertibilidad”. Señaló que el Estado es consciente de que tiene que dar señales y direccionar el proceso de inversión hacia la construcción, y “por eso batimos records en cemento y acero, porque sabemos de la importancia del sector”.

Respecto del impacto de la crisis internacional en el nivel de actividad local, mencionó que cuando se cae la exportación, porque desde afuera no compran, la inversión en ladrillos, cemento, fierros, rutas “es un instrumento de corto plazo porque la demanda es la que genera empleo y no es una producción de corto plazo, es durable y genera mayor potencialidad de crecimiento e inserción en la economía mundial”, resaltó.

El ministro insistió en que hay dos concepciones que guían la actitud del Estado hacia el sector y contrapuso las políticas gubernamentales con las concepciones neoliberales, que preferirían la ausencia estatal no sólo en la economía, sino también en la salud, la educación y otras áreas.

Remarcó luego las dificultades que vive el mundo y citó al Fondo Monetario Internacional, según el cual la economía global atraviesa un período de “mediocridad”. “La crisis no terminó, pese al salvataje de los bancos, mediante la compra de títulos basura por parte de los Estados y una emisión monetaria que cuadruplicó la base monetaria en los últimos años en Estados Unidos y la quintuplicó en Inglaterra”, explicó.

“El mundo no salió de la crisis, hubo un extraordinario salvataje de los bancos”, afirmó y describió que el Estado absorbió los activos o títulos tóxicos y los reemplazó por dólares. “Fue el plan de emisión monetaria más extraordinario de la historia y estuvo destinado a los bancos, que recibieron dinero fresco, títulos públicos. En la crisis de 1930 quebraron mas de 30.000 bancos, pero en esta crisis hubo emisión y más emisión para salvarlos.”

Lo novedoso, añadió, es que en la reciente reunión del G-20 se empezó a hablar de la necesidad de inversión en infraestructura, ya que “hubo un baño de dinero, la tasa de interés a la que prestan los bancos es muy baja, pero el hecho de que haya mucho ahorro y baja tasa no asegura que aparezca la inversión”. “Muchas veces el sector privado no invierte por situaciones climáticas, la confianza y las expectativas. ¿Quién sabe lo que pasará el año que viene, dentro de dos años o dentro de diez años? El desfallecimiento de la inversión privada mantiene al mundo en un estado de recesión”, alertó. En este marco, el ministro aseguró que las recetas planteadas hace cinco años fracasaron y por primera vez en el G-20 se habló de estímulo a la demanda privada: “Keynes dice que los Estados deben entrar en déficit fiscal para generar mayor oferta. El Estado tiene que ser el que movilice los recursos para que la actividad económica siga funcionando, que es lo mejor que puede pasar para el futuro”, explicó.

“Esta es la posición argentina desde 2008. No es que convencimos a estos importantes referentes de la economía internacional, sino que las recetas que se aplicaron fracasaron. Y ahora se habla de estímulos a la demanda agregada”, afirmó el ministro. Tras recordar las salidas keynesianas a la crisis de 1930, Kicillof dijo que se ve “un punto de inflexión respecto del tratamiento de la crisis: no es sólo la política monetaria y el salvataje financiero lo que va a sacar al mundo de la recesión, sino Estados más activos a través de inversión en infraestructura”.

“La crisis mundial muestra que si no se aplican las políticas adecuadas, una depresión no tiene fondo, y la economía va a seguir cayendo”, se lamentó y destacó las políticas anticíclicas del Gobierno aplicadas en los últimos años, como el Pro.Cre.Ar.

“Si no está cubierto el frente interno, la inclusión social cubierta, en la Argentina no hay actividad económica. Aunque las políticas públicas sean heterodoxas, no les gusten a los mercados, obliguen a los bancos a prestarle al sector productivo porque no tiene esa vocación, o no les dé rentabilidad, o digan que va a generar más incertidumbre, la economía no puede perder la estabilidad en términos de la capacidad de creación, generación y sostenibilidad de empleo, aun en momentos de enorme adversidad de la economía internacional”, insistió.

Antes de finalizar, destinó un mensaje a los empresarios por las elecciones de 2015 y los exhortó a mantener las actuales políticas. “El año que viene vamos a tener que decidir entre un modelo, que fue atacado muchas veces, pero que se sabe que pone a rodar una rueda que no favorece a determinados sectores o sindicatos, sino que tiene una preocupación en toda la actividad económica”, alegó.

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