La UCR realizará la asamblea de la Convención Nacional a mediados de marzo del año próximo. La convocatoria se concretará hoy, cuando se reúna la mesa de conducción del máximo órgano partidario, el único con facultades para definir la política de alianzas del radicalismo. De esta manera, la danza de declaraciones y los conflictos alrededor de los acuerdos con Sergio Massa y/o Mauricio Macri se prolongarán al menos otros tres meses. Si bien todavía no está definido el lugar, los organizadores barajan dos opciones: Mendoza, tierra de los dos precandidatos presidenciales de la UCR, Julio Cobos y Ernesto Sanz; o Buenos Aires, donde el radicalismo retiene aún algunas intendencias. La titular de la Convención, Lilia Puig de Stubrin, terminó de consensuar la fecha ayer con otros sectores internos.

Actualmente conviven en el radicalismo tres posturas distintas e incompatibles. Por un lado, Julio Cobos y Ricardo Alfonsín encabezan el sector que pretende mantener el FA-Unen como está y competir en la primaria con el socialista Hermes Binner. Pero a pesar de ser el candidato con mayor intención de voto, Cobos no logra concitar un apoyo mayoritario en la estructura radical. Tampoco Alfonsín, que tras su derrota de 2011 se replegó en Buenos Aires. El otro espacio lo lideran Ernesto Sanz y Oscar Aguad, impulsores de una primaria entre el FA-Unen y el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Con menos margen de maniobra por su rol como titular del Comité Nacional, Sanz manifestó que le gustaría competir con el líder del PRO. Aguad, en cambio, no tiene reparos en reclamar una alianza para enfrentar a las distintas expresiones del PJ. Por último se encuentra la liga del norte, un grupo de dirigentes con aspiraciones a la gobernación de sus provincias, encabezados por el jujeño Gerardo Morales y el tucumano José Cano. Estos referentes proponen una gran primaria entre el FA-Unen, el PRO y el Frente Renovador.

“La Convención nunca ha pegado un volantazo. Lo más probable es que ratifique los pasos que se vienen tomando respecto de la política de alianzas”, relata un dirigente del Comité Nacional. Hasta ahora, la única forma de contener a los tres sectores ha sido otorgar libertad de acción en los distritos y la ratificación del FA-Unen. El antecedente más importante de la Convención es la de Rosario en 2006, cuando se pronunciaron en contra de los Radicales K que lideraba Cobos. La UCR finalmente se encolumnó detrás de Roberto Lavagna y se produjo también la salida de Margarita Stolbizer, hoy una aliada con partido propio.

Con meses de intensas pujas internas por delante, el radicalismo podría tener una nueva ruptura si no logra conciliar sus posiciones. “Igual ojo, la Convención de marzo no necesariamente tiene que ser la última. Si pasa algo puede haber otra en junio”, se ataja un radical involucrado en la cocina del partido.