EL PAíS
Lo que Pierini no desmiente
› Por Martín Granovsky
Como autor de las notas a las que alude la legisladora, aquí va una contestación en diez claves:
- Escribí que Alicia Pierini formaba parte de un acuerdo sigiloso en la Legislatura para elegir el o la nueva ombudsman. Es verdad, y Pierini no lo desmiente.
- Informé que Pierini acompañó a Carlos Menem en su presentación internacional ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Aporté el dato, sin calificarlo de “inconducta”. Ella confirma la exactitud de la información.
- Las notas decían que Pierini apoyó los indultos firmados por Menem. Lo confirma.
- Aclaré en notas sucesivas cada matiz de la información, con precisiones propias o aportadas por los legisladores Eduardo Peduto y Roque Bellomo, por el ombudsman adjunto Gustavo Lesbegueris y por el ex legislador César Torre. Dijeron que no formaban parte de un pacto secreto. Uno lo llamó “espúreo”. Otro, “enjuague”.
- Dije que la Defensoría porteña consiguió una medida cautelar de la Justicia impidiendo la tercerización del PAMI, que hubiera significado una pérdida superior a mil millones de dólares para el Estado. También informé que Pierini no criticó en su momento la gestión de Víctor Alderete en el PAMI a pesar de que dañaba a los vecinos más viejos, que ahora, entre otros, aspira a defender.
- Dice Pierini que ella fue una funcionaria “austera e incorruptible”. Ninguna de las notas alude a su gestión en términos de corrupción u honestidad. Solo describen el gobierno al que perteneció y al presidente a quien sirvió con absoluta fidelidad.
- Recuerda la legisladora que fue ella quien aplicó la política de reparación económica por los daños ocasionados por el Estado argentino a las víctimas y a los familiares del terrorismo de Estado. Es una redundancia, porque así fue consignado en la primera nota publicada. Otra confirmación. Más aún: se trató de una política correcta, que significó la asunción de su responsabilidad por parte del Estado como ente con continuidad jurídica. Lo mismo sucede, obviamente, con los aspectos de la restitución de identidad de los chicos robados en cautiverio en los que el gobierno colaboró a través de la Subsecretaría de Derechos Humanos, mientras obstruía otros.
- Pierini habla de “operación en serie”. Se equivoca: varias notas no conforman una operación. Y también se equivoca cuando dice que el diario no le dedicó el mismo centimetraje antes de su candidatura a ombudsman. Su participación en la defensa internacional de Menem, por ejemplo, salió aquí .
- En lugar de buscar presuntas operaciones es mejor repasar los hechos. La Legislatura porteña debió reunirse el 2 de octubre para elegir ombudsman. No lo hizo porque el acuerdo secreto no resistió la lupa del examen público. Pasó la decisión para el 16. Ese día se cruzarán varios debates. Uno, si es conveniente que los legisladores sean o no candidatos a ombudsman cuando a la vez se votan entre ellos. Otro, si la Legislatura vota un pacto tejido antes en secreto. Y el tercero, si haber compartido las políticas de los años ‘90 con disciplina y obediencia, sin revisarlas ahora ni distanciarse de Menem, es el mejor antecedente para defender a los porteños.
- Para los ciudadanos que creen en las garantías individuales, es tranquilizador que Pierini cite a Raúl Zaffaroni. En la lista de adhesiones a su candidatura para la Defensoría, junto a nobles militantes de los derechos humanos figura la Fundación Bicentenario. Es la misma que acaba de pagar una serie de solicitadas contra la designación del jurista en la Corte Suprema.