EL PAíS › RODRíGUEZ LARRETA VENCIó POR 20 PUNTOS DE DIFERENCIA A MARTíN LOUSTEAU, PERO DEBERá IR AL BALLOTTAGE
El candidato del PRO alcanzó el 45,6 por ciento y deberá superar el 50 en la segunda vuelta del 19 de julio. En Córdoba ganó la gobernación el delasotista Juan Schiaretti. El kirchnerismo, en tanto, festejó en La Rioja.
› Por Fernando Cibeira
El denominador común de las elecciones de ayer fue el triunfo de los oficialismos. El PRO ratificó su hegemonía en la Ciudad de Buenos Aires con un amplio triunfo de Horacio Rodríguez Larreta, quien, con el 45,6 por ciento de los votos, no pudo evitar el ballottage por la Jefatura de Gobierno con el candidato de ECO, Martín Lousteau, que cosechó el 25,6 por ciento. No está dicha la última palabra, aunque una remontada de casi 20 puntos en dos semanas parece complicada. En el habitual festejo con globos, Mauricio Macri aseguró que el resultado era la muestra de “algo mucho más grande que está pasando en toda la Argentina”, en referencia a su postulación presidencial. Sin embargo, a la misma hora, en Córdoba, el delasotismo ratificaba la hegemonía que mantiene desde hace 16 años con el triunfo de Juan Schiaretti, quien superaba anoche por cinco puntos al radical Oscar Aguad, que encabezó un armado opositor que incluyó al PRO. En tanto, la fórmula presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli y Carlos Zannini, se trasladó por la tarde a La Rioja para celebrar junto al candidato Sergio Casas un nuevo triunfo del justicialismo en la provincia al derrotar al radical Julio Martínez, también apoyado por varios partidos, incluyendo al PRO y al Frente Renovador. La presidenta Cristina Kirchner llamó tanto a Schiaretti como a Casas para felicitarlos.
Pese a las dudas que había generado por su escasa difusión, el debut del voto electrónico porteño puede considerarse exitoso. Durante la votación no hubo más demoras de lo habitual –la gente de más edad fue la que mostró mayores problemas para adaptarse al nuevo sistema– y el recuento resultó veloz. Tanto que a las 20.40 Rodríguez Larreta pudo aparecer en el bunker de Costa Salguero para anunciar su triunfo con la mayoría de las mesas escrutadas.
“Es una emoción enorme, un gran orgullo”, dijo el candidato macrista junto a su compañero de fórmula, Diego Santilli, y el resto de funcionarios y candidatos del PRO. Macri se reservó para una aparición estelar poco después. “Mauricio presidente, Horacio en la ciudad”, se cantaba en el bunker. También el “se siente, se siente, Mauricio presidente”. Los cantitos no derrocharon imaginación. Si bien en la semana previa tanto Rodríguez Larreta como Macri habían dado por hecho que se iría a segunda vuelta, sin embargo, durante la jornada, desde el macrismo se hablaba de un boca de urna que ponía a su candidato por encima del 49 por ciento, al borde del triunfo directo. Finalmente, Rodríguez Larreta obtuvo el 45,5 por ciento, menos que lo que había conseguido el PRO en las PASO.
La acción se trasladó luego al bunker del Frente para la Victoria, donde el clima fue de conformidad. Si bien no se cumplió con el objetivo de que Mariano Recalde llegara al ballottage, el 21,7 por ciento obtenido –tres puntos más que en las primarias– sirvió para exhibir una mejoría. “Demuestra que esta fuerza política sigue creciendo en la ciudad de Buenos Aires”, sostuvo Recalde en el escenario del hotel NH Tango, junto a varios dirigentes del kirchnerismo. En un discurso breve, lamentó que no pudiera realizarse una segunda vuelta “real” –en referencia a la alianza que a nivel nacional mantiene el PRO con las principales fuerzas de ECO– pero adelantó que enseguida llamaría a Rodríguez Larreta y Lousteau para felicitarlos.
“Los porteños decidieron que va a haber ballottage”, apareció Lousteau en tono celebratorio. “Con el ballottage ganamos todos”, repitió uno de sus lemas de campaña. Remarcó que en los 15 días que quedan hasta la elección final buscará discutir con el PRO “en todas las áreas” para que “el porteño vuelva a decidir”. No hubo referentes nacionales sobre el escenario del Palais Rouge y sí se celebró que ECO “es la segunda fuerza” en el distrito porteño.
Cuando terminaron los mensajes de los candidatos, salió Macri en medio del habitual paisaje de papelitos, globos y Tan Biónica. “Gracias”, “equipo” y “cambio”, las palabras fetiche del discurso macrista repetidas en cada frase. “El cambio es posible”, insistió, y lo definió como “mucho más profundo que un cambio económico”, el de “una manera de vivir”. “El Gobierno está apurado por instalar que ya ganaron. No es verdad. El poder lo tenemos cada uno de nosotros con nuestro voto. No nos tenemos que resignar”, lanzó antes de que arrancara el baile.
Macri esperaba este comicio para relanzar su precandidatura presidencial que, según los encuestadores, se muestra estancada. Un triunfo en primera vuelta hubiera sido un espaldarazo, ahora deberá esperar otras dos semanas para completar el festejo y ver si “el cambio que crece”, que asegura ver en todo el país en su apoyo, tiene algún asidero.
Los dos candidatos de izquierda que completaban la grilla repartieron votos. Luis Zamora, de Autodeterminación y Libertad, arañó el 4 por ciento mientras que Myriam Bregman, del FIT, sacó el 3,1 por ciento. Consiguieron ingresar un representante cada uno a la Legislatura de la Ciudad.
La ola de cambio que sostiene Macri que se está dando en todo el país no se verificó ayer en Córdoba, donde el gobernador y precandidato presidencial José Manuel de la Sota volvió a ratificar su poderío al consagrar a su habitual ladero, Juan Schiaretti. El radicalismo, el PRO y el partido de Luis Juez armaron una alianza en la provincia que prometía amenazar la hegemonía delasotista con la fórmula del diputado radical Oscar Aguad y el ex árbitro macrista Héctor “La Coneja” Baldassi, pero con el correr de la campaña fue quedando en claro que el frente no cosechaba lo mismo que la suma de las partes por separado y la ilusión del primer triunfo resonante de lo que a nivel nacional es Cambiemos se fue diluyendo.
Al cierre de esta edición, Schiaretti, con Unión por Córdoba, conseguía el 38,2 por ciento y Aguad, de Juntos por Córdoba, alcanzaba el 33,6 por ciento. En tanto, el candidato kirchnerista Eduardo Accastello, de Córdoba Podemos, sumaba un poco menos de lo que indicaban las encuestas previas y quedaba en un lejano tercer lugar con el 18,5 por ciento.
Schiaretti recibió felicitaciones de todos lados. Para empezar, Sergio Massa estuvo junto a De la Sota en Córdoba siguiendo el recuento y se sumó a los festejos junto a otros dirigentes del Frente Renovador. También lo llamaron Daniel Scioli y Mauricio Macri. Con Cristina Kirchner se comunicó pasadas las 20 y mantuvo un diálogo “cordial y amable” según detallaron.
Pasadas las 19, llegaron a La Rioja los integrantes de la fórmula presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli y Carlos Zannini; el jefe de Gabinete y precandidato a la gobernación bonaerense, Aníbal Fernández; el secretario general de la Presidencia, Eduardo “Wado” de Pedro, y el primer candidato al Parlasur, el ex canciller Jorge Taiana. Los recibió en su residencia el gobernador Luis Beder Herrera, quien proponía como sucesor a su vicegobernador, Sergio Casas. Los bocas de urna les habían asegurado que habría festejo. Con el 62 por ciento de las mesas escrutadas, Casas se adjudicaba la gobernación con el 57 por ciento de los votos contra el 42,8 por ciento del radical Martínez.
“Estamos orgullosos de llevar adelante este proyecto nacional y popular, que le devolvió la alegría al país, que lo inició Néstor y lo continuó la presidenta Cristina Kirchner”, celebró Casas. Su adversario, Martínez, había hecho campaña con los candidatos nacionales del radicalismo, con Macri y con Massa, quien colocó su compañero de fórmula, el intendente de Famatina, Ismael Bordagaray. Pero tampoco en este caso la suma de fuerzas opositoras consiguió armar una alianza ganadora.
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