EL PAíS › OPINIóN
› Por Mario Wainfeld
El peronista “federal” Juan Schiaretti será el próximo gobernador de Córdoba. Sucederá a su jefe político y actual mandatario José Manuel de la Sota, precandidato a presidente en la coalición UNA, que también integra el diputado Sergio Massa. Los dirigentes cordobeses prolongan una primacía ininterrumpida desde 1999.
Sergio Casas ganó la gobernación de La Rioja, con los colores del Frente para la Victoria (FpV). Es el candidato del gobernador Luis Beder Herrera.
Horacio Rodríguez Larreta sacó gran ventaja en la primera vuelta para designar jefe de Gobierno porteño. Aspira a ser el delfín del actual mandatario, precandidato a presidente y líder del PRO Mauricio Macri. Rodríguez Larreta debe ir a segunda vuelta contra Martín Lousteau (ECO).
Al cierre de esta edición no se tienen datos completos de varios distritos, aunque las tendencias son irreversibles. Se habla de cifras aproximadas y se esboza un primer análisis, que se ampliará en los próximos días.
Capital e intereses: Rodríguez Larreta se impuso con holgura a Lousteau (ECO), aunque no le es suficiente para evitar la segunda vuelta. “Horacio” no es Macri (el referente del centroderecha nacional) ni resalta por su carisma. De cualquier forma, el apoyo que obtuvo se asemeja bastante al que arropó a Macri en las primeras rondas de 2007 y 2011. La distancia con el segundo (alrededor de 20 puntos porcentuales) también.
Queda como amplio favorito para primar en el ballottage, que de todas formas debe disputarse. Hubo festejos, con la clásica córeo PRO. Bailaron, soltaron globos y se abrazaron sonrientes. Los macristas lucieron más contenidos que en otras ocasiones. Quizá soñaron con ganar “del todo” ayer, pero deberán esperar al domingo 19 para ver si cantan victoria definitiva.
ECO desafía: Lousteau también celebró con buenos motivos. Como apuntó con euforia, la coalición que encabeza quedó como segunda fuerza en la CABA. Agregó algo más de 3 puntos porcentuales al total que sumaron todas las listas en la interna de las PASO.
Lanzó su nueva campaña con presteza, pidiendo debates y prometiendo propuestas. Añadió críticas llamativas a quienes son sus aliados en lo nacional, los macristas. Dijo que quiere poner en debate “los principios éticos para administrar”. Raro planteo en quien compone una entente nacional con su adversario porteño.
Mariano Recalde, aspirante del FpV, reconoció la derrota. Anunció que llamaría a Rodríguez Larreta y Lousteau para felicitarlos. Saludó al electorado porteño y deploró no haber dispuesto de más tiempo para instalar sus propuestas. Fue un discurso breve, sensato y desprovisto de los manierismos o reproches al electorado más incómodos del kirchnerismo.
El FpV realizó una interna con demasiadas listas. Ayer mejoró el acumulado total en alrededor de tres puntos.
Todo el territorio: Como sabe hacer, el PRO se impuso en las 15 comunas: son apoyos pluriclasistas diseminados en la totalidad del territorio de la Ciudad. El FpV mejoró mucho su desempeño y guarismos promedio en algunas comunas en las que salió segundo.
El macrismo manda en la CABA ininterrumpidamente desde 2007. Por primera vez Macri se lanza en pos de la presidencia. Sería letal para él perder el dominio de su bastión que más que principal tiene pinta de seguir siendo el único. Se le escapó Santa Fe: nada indica que pueda añadir otra provincia a su lista.
Aun si venciera en la CABA, un solo gobierno provincial del “palo” es una representación federal muy pobre para quien aspira a llegar a la Casa Rosada.
Nada es imposible pero...: Como el macrismo atravesó trances parecidos dos veces, este cronista pesquisó entonces ejemplos comparados de elecciones con tanta diferencia que se dieron vuelta. Topó con dos: una en Lituania y otra en Portugal, en una elección nacional de 1988. El dirigente socialdemócrata Mario Soares salió segundo en la primera vuelta, con el 25,4 por ciento contra el 46,6 por ciento de su rival. Soares revirtió la ventaja y se impuso en la segunda vuelta. Este escriba citó esas rarezas entonces y las refresca ahora. Las contadas y específicas referencias valen para demostrar que el afán de ECO no es imposible, pero sí muy difícil.
La apuesta o fantasía de las huestes de Lousteau se basa en la política local y no en la europea. Se ilusionan con un desplazamiento masivo de los ciudadanos que se inclinaron ayer por Recalde. Sumados, el ECO y el FpV empardan o superan por centésimas al PRO.
Las matemáticas no son lineales en política. Los votantes manejan sus preferencias con criterios propios. No parece que la dirigencia kirchnerista vaya a proponer a sus adherentes direccionar el voto. Primero, porque es arduo conseguir obediencia en esos casos. Y segundo porque una parte sustantiva de su campaña se fundó en decir que Larreta y Lousteau expresan un mismo proyecto, antagónico al oficialismo nacional.
De cualquier modo, es imaginable que existan adherentes al FpV a quien atraiga más la idea de debilitar al PRO (adversario en las presidenciales) que a la entente vecinal de Lousteau.
Los encuestadores tendrán laburo vinculado con esa hipótesis en estas semanas. Correrán contra reloj y facturarán lindo.
Otro aspecto a estudiar es cómo pueden influir los votos en blanco o el ausentismo de votantes no interpelados por las dos alternativas que se enfrentarán en dos semanas. La mitad más uno que se precisa para ganar se computa sobre los votos válidos emitidos. Una merma de participantes o un incremento de los votos en blanco determinarían que PRO precisara menos sufragios en números absolutos para llegar a la meta. Obviamente los votantes en blanco o remisos “nuevos” podrían provenir de los partidos de izquierda que quedaron afuera o del kirchnerismo. Ponderar cuál podría ser su gravitación será una labor rentada para los consultores. O gratuita para el gran Adrián Paenza o para el bloguero Andy Tow, un eximio combinador de política y datos duros.
Es una hipótesis que calentará cabezas. Por ahora, Larreta y Lousteau siguen en la brega, con posibilidades bien distintas, aunque ninguno quedó afuera. El FpV volvió a caer, resignó el segundo lugar al que accediera en 2007 y 2011 y bajó un poco su puntaje desde entonces.
Una alquimia que no funciona: Schiaretti será gobernador por segunda vez. Dejó atrás a la coalición Cambiemos casi enterita: radicales, PRO y el partido del senador Luis Juez. El kirchnerismo quedó tercero, como en 2007 y 2011, aunque mejoró su floja cosecha de entonces. Con guarismos definitivos se ponderará mejor el avance.
Revalidar es un impulso para De la Sota para las PASO contra Massa. Y un bajón para la alianza anti K de radicales y macristas. Esa alquimia, que se imaginó vencedora por doquier, se muestra falible en casi todas las provincias que se van pronunciando.
Los radicales daban por hecha una victoria en Córdoba seis meses atrás. La profecía falló: en una primera mirada el todo fue menor que la suma previa de las partes. La fórmula Oscar Aguad-Héctor Baldassi superaba al cierre de esta nota el 33 por ciento de los votos emitidos. En 2011 Luis Juez salió detrás del Gallego De la Sota con más del 29 por ciento. Los boinas blancas hicieron mala votación pero rozaron el 23 por ciento. Una sumatoria rústica dice que ahora se coaligaron y convocaron bastante menos que cuatro años ha separados.
Schiaretti fue ecuménico en sus saludos, que abarcaron a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (quien lo llamó para felicitarlo, rara y llamativa avis), al gobernador Daniel Scioli, al intendente de la capital provincial Ramón Mestre, quien detesta al “milico” Aguad.
Massa estaba en el palco, para festejar en segunda línea. De la Sota lo hizo a lo grande, con su discurso de pastor electrónico que maneja bien.
Paralelismos: Los radicales se ilusionaban con poner fin a la hegemonía peronista en La Rioja que viene desde 1983. Tampoco sucedió. Su candidato Julio Martínez fue batido con comodidad. Le quedará como nimio consuelo que esta vez cayó por alrededor de 13 puntos y en 2011 Beder Herrera estuvo a un tris de sacarle cincuenta puntos.
Referencias: El peronismo tradicional y disidente pampeano superó con la fusta bajo el brazo al FpV en la interna para candidato a gobernador. El senador Carlos Verna fue el favorito y excepcionó la regla de la preeminencia de los oficialismos.
La jornada fue pacífica, buenos los porcentajes de participación. Los resultados confirmaron, en grandes rasgos, a las encuestas y los números muy predictivos de las PASO.
Las competencias se asemejan bastante, con algunas variantes que se apuntaron, a las de cuatro años atrás. Los oficialismos prevalecen, los sistemas provinciales lucen estables. El FpV en general contiene o mejora sus apoyos locales. La coalición UCR-PRO la pasa fatal. El radicalismo conquistó una sola provincia. El FR ninguna. El PRO solito defiende su feudo, lo asedia una fuerza que tiene su contenido radical, esta historia continuará y la seguiremos rondando mañana.
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