Las excesivas exportaciones de gas autorizadas por la Secretaría de Energía de la Nación serían las causantes de la crisis de abastecimiento de la demanda interna. Así lo estableció una investigación realizada por la Defensoría del Pueblo de la Nación a raíz de la denuncia de particulares por la negativa de las empresas proveedoras a incorporarlos como clientes. La razón es sencilla, el precio internacional del transporte que reciben las distribuidoras está dolarizado y es mejor que el que reciben fronteras adentro.
La falta de capacidad de los grandes gasoductos argumentada por las empresas distribuidoras no sería la razón de la demanda insatisfecha que afecta a usuarios residenciales, comerciales e industriales de 15 provincias. Así lo señaló el defensor del Pueblo, Eduardo Mondino, tras una investigación ordenada para determinar el estado de situación del mercado interno de gas. Del análisis de la información aportada por entidades relacionadas al sector surge que la ventas de gas al exterior, que en 1999 fueron de 1100 millones de metros cúbicos, a fines de 2003 serán de 7000 millones. Esto es, las exportaciones se multiplicaron por más de seis. De este total, el 56 por ciento es transportado por las mismas redes troncales de distribución que abastecen al mercado local.
En un contexto de incumplimiento de la política de integración regional, el ombudsman consideró como “altamente cuestionables” las autorizaciones otorgadas para las mayores exportaciones y sugirió a la Secretaría de Energía que “reordene su política”. Asimismo, solicitó que se revise el nivel de cumplimiento de las obligaciones asumidas por el concesionario Refinoir S. A., y en caso de que se detecten incumplimientos, “ordene la inmediata restauración del nivel operativo de las instalaciones concesionadas (el tramo Pocitos-Campo Durán). El gas natural se exporta a Chile, Brasil y Uruguay a un nivel de hasta 27,2 millones de metros cúbicos diarios, nivel que fue suficiente para afectar el abastecimiento interno. Del total de la producción local la cuenca neuquina aporta un 60 por ciento, la noroeste un 26 y la austral un 14 por ciento.