Desde hace doce años que lidera la Asociación Argentina de Aeronavegantes. Pero sus cuatro mandatos consecutivos a cargo del sindicato no podrán transformarse en cinco ya que Alicia Castro decidió no presentarse en las próximas elecciones de su gremio. Con la resistencia a la privatización de Aerolíneas y la integración de la mujer a los puestos más altos como referencias obligadas de su lucha, la azafata eligió “permitir la renovación, tras una etapa cumplida”.
–¿Por qué da un paso al costado en su candidatura del sindicato?
–Principalmente, creo que los dirigentes gremiales no nos tenemos que eternizar. Entre las metas sindicales a conseguir, yo promuevo también la renovación y lo hago con el ejemplo. De todos modos, yo voy a seguir colaborando con mi gremio en la planificación estratégica y voy a continuar en la actividad a nivel internacional. Yo soy vicepresidenta de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte y promuevo la mundialización de las experiencias sindicales.
–Usted dice que promueve la renovación, pero ¿por qué la decisión fue ahora y no, por ejemplo, en las anteriores elecciones de su sindicato?
–Es la hora de América latina, de un proceso de integración, y quiero abocarme a ello. Además siento que ya hay varios deberes cumplidos. Los nuestros fueron años muy duros, tiempos de vaciamiento, de pérdida de derechos. Mientras todos los argentinos perdían su estabilidad nosotros logramos una profesión para los tripulantes de cabina a través del licenciamiento. El salvataje de Aerolíneas y de Austral fue un logro importantísimo del gremio. Peleamos contra todos: el gobierno, los ministerios, la empresa y los buitres que querían quedarse con el resto de ella y de los trabajadores. Y contra algo muy fuerte, el desánimo.
–¿Es una etapa que termina?
–El gremio se consolidó y creció. Años atrás, las mujeres estábamos discriminadas y no podíamos ser comisarios de a bordo ni jefes de cabina. Años atrás, no teníamos vinculación con otros gremios. Nosotros logramos la vinculación con los sindicatos de transporte a nivel nacional e internacional. Así construimos el liderazgo y ganamos nuestras batallas. Es un momento en el que se han consolidado muchos de aquellos logros.
–¿Deja un sucesor?
–Sí, tengo un sucesor que es Ricardo Frecia y como adjunta quedaría una compañera que comenzó la lucha hace 25 años, Lili de la Riva. Ganaremos el sindicato como lo venimos haciendo desde hace 12 años, ya que hemos promovido muchos hechos positivos para los trabajadores.
–¿Por qué está participando de la Autoconvocatoria No al ALCA?
–El ALCA, tal como está, es un proyecto de anexión a los Estados Unidos que deja a los países de la región en el papel de exportadores de materias primas, mano de obra barata y consumidores cautivos de lo que produzcan. Creo que hay que darle una dimensión pedagógica a la política y esto requiere de la movilización. Por eso pondremos urnas en el sindicato, en Ezeiza y en Aeroparque. Nuestra propuesta alternativa, que trabajamos junto al presidente venezolano Hugo Chávez –ALBA, Alternativa Latinoamericana Bolivariana de las Américas– trabaja sobre la administración conjunta de los recursos naturales y alimentarios, nuevas formas de democracia participativa y la negociación de la deuda externa como bloque latinoamericano.
Reportaje: Martina Noailles.