“La gente tiene que estar convencida de que se le presta al tema una singular atención porque la transnacionalización del conflicto terrorista amplía el escenario y obliga a estar atentos”, tranquilizó ayer el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. A partir de la advertencia que realizaron el martes agencias de inteligencia internacionales acerca de que la Argentina podría volver a ser blanco de un atentado terrorista, el gobierno nacional aseguró a la población que ya se ordenó reforzar los controles en las fronteras y en las sedes de las embajadas.
A días de los sangrientos atentados en la ciudad turca de Estambul, reivindicados por Al-Qaida, Buenos Aires y Hong Kong aparecieron en boca de las agencias de inteligencia extranjeras como los nuevos blancos que probablemente estarían en la mira de los terroristas. La información fue confirmada ayer por el gobierno nacional a través de sus ministros de Defensa, Seguridad e Interior, quienes tranquilizaron a la población y aseguraron que Migraciones, la Policía Federal y la Aeronáutica ya están alertas y, por lo tanto, con su vigilancia reforzada.
Si bien la alerta dirigida a la Argentina provendría de algunas escuchas telefónicas que realizó la CIA en Turquía, forma parte de una advertencia mundial producto de la finalización del Ramadán, el mes sagrado de la comunidad islámica, que tradicionalmente se ha convertido en una época en la que se cometen mayor cantidad de atentados.
El ministro de Defensa, José Pampuro, fue el funcionario que se encargó de admitir que los servicios de Inteligencia del Estado y de las Fuerzas Armadas recibieron “una presunción de distintos organismos y agencias de inteligencia internacionales sobre la posibilidad de que la Argentina tuviera algún tipo de problemas”, en referencia a un posible atentado terrorista. Según las informaciones recibidas, “los blancos podrían ser algún objetivo de Estados Unidos, británicos o España”, tres de los países que se aliaron para atacar Irak en marzo pasado.
“Hace aproximadamente cuatro o cinco meses” el Gobierno recibió un alerta similar y “también se tomaron más o menos los mismos recaudos”, aunque aquella vez, detalló Pampuro, la advertencia había llegado por otros canales. Sobre el origen del alerta, sólo informó, por razones de seguridad, que “nos llegó por el servicio de inteligencia del Estado y por dos servicios internacionales”.
La Argentina no apoyó en ningún momento los ataques y la ocupación de Irak. Sin embargo, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, aclaró que la postura que adoptó el país en contra de la invasión sin la autorización de las Naciones Unidas se ubica “al unísono con otros países de Latinoamérica”, pero que no debe considerarse “que esa posición nos aleja de ser blanco del terrorismo internacional”.
Desde la comunidad judía, el titular de la AMIA, Abraham Kaul, pidió al Ejecutivo que arbitre los medios necesarios “para evitar que vuelva a ocurrir un hecho de esta naturaleza en el país”. Sin embargo, señaló que la vigilancia en la Mutual sigue siendo la misma que la instrumentada en el ‘94, cuando un coche bomba hizo volar el edificio.
En cuanto a las medidas de seguridad anunciadas desde el Gobierno, Aníbal Fernández instruyó al director nacional de Migraciones, Ricardo Eusebio Rodríguez, para reforzar los controles en los pasos fronterizos.
Para evitar que se altere el normal tránsito entre países, el personal de la Dirección de Migraciones realiza un análisis más exhaustivo que el habitual cuando, a juicio de las autoridades, la documentación exhibida presenta “motivos de duda”.
La Policía Federal también redobló la vigilancia en las sedes de las embajadas extranjeras en Buenos Aires e intensificó el patrullaje, mientras que la Policía Aeronáutica Nacional (PAN) está realizando controles más estrictos en todos los aeropuertos del país y en los vuelos de cabotaje. El Ministerio de Seguridad bonaerense también dispuso el refuerzo de la vigilancia en cementerios, colegios y centros deportivos de la comunidad judía y estadounidenses ubicados en territorio de laprovincia. Por su parte, el Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, se comunicó con el gobierno nacional para coordinar las medidas de seguridad necesarias para la ciudad, pero recomendó “no caer en el alarmismo”.