Nicolás Caputo se quedó con casi un cuarto del presupuesto para mantenimiento de escuelas del gobierno porteño de 2015. Como informó este diario, antes de abandonar el gobierno de la ciudad, Mauricio Macri firmó un decreto para concederle a una empresa de Nicolás Caputo una serie de obras por 94 millones de pesos. Ese dinero, según un informe de La Fábrica porteña, representa el 22 por ciento de todo lo presupuestado para el arreglo de escuelas. El think tank del kirchnerismo porteño indicó además que la licitación que culminó con el decreto de Macri se inició con un procedimiento de urgencia en marzo de este año, pero recién se aprobó el 9 de diciembre –último día de Macri como jefe de Gobierno–, lo que relativiza la urgencia que permitió saltearse tiempos de la licitación.

Como es sabido, el Presidente negó que durante su gestión porteña la empresa de su amigo haya ganado licitaciones en la Ciudad. “Caputo S.A. no licitó una sola obra en mi gestión, porque yo se lo pedí”, sostuvo Macri, quien indicó que todas las obras a cargo de esa empresa provenían de la gestión anterior, de Jorge Telerman (hoy funcionario del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta). Sin embargo, otra empresa, SES S.A., participó y ganó licitaciones por 1400 millones de pesos durante el gobierno de Macri: Caputo S.A. controla el 50 por ciento de SES S.A. y comparten el mismo presidente.

Este diario informó que uno de los últimos decretos que firmó Macri fue el que le adjudicó a SES S.A. y a otra empresa la refacción y pintura de escuelas de las comunas 4 y 8. También reveló que el precio de la licitación aumentó dos veces a lo largo del año y pasó de los 77 millones iniciales a los 94 millones de la adjudicación. Todavía, durante la ejecución, es probable que surjan otras redeterminaciones de precios.

El informe de La Fábrica porteña analiza el proceso que siguió la licitación: “La decisión sobre la preadjucación la toma la Subsecretaría de Gestión Económico Financiera del Ministerio de Educación, a cargo de Carlos Regazzoni, y la decisión final del decreto la toma Macri”. En marzo de 2015, el entonces ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, firmó el llamado a licitación. “Invocó la urgencia propia del comienzo de clases para violar el artículo 10 de la Ley de Obras Públicas que establece que una licitación mayor a 260 mil pesos debe publicarse con al menos 20 días de anticipación”, indica La Fábrica.

En el decreto se establecieron 10 días y se presentaron tres empresas, entre ellas, la de Caputo. A partir de allí, pareció terminarse la urgencia: la preadjudicación fue recién en junio y el decreto de adjudicación en diciembre de este año. “El presupuesto para el mantenimiento de escuelas, de la Dirección General de Mantenimiento, fue en 2015 de 429 millones de pesos. La licitación a favor de Caputo representó el 22 por ciento de los recursos totales.” Macri le otorgó casi un cuarto de los recursos en su último día.

El informe de La Fábrica porteña también recuerda otro negocio de la empresa SES S.A.: el barrio Donado-Holmberg, al que el Estado porteño le dio una importante ayuda. SES declaró ante la Comisión Nacional de Valores que posee el 60 por ciento de los certificados del fideicomiso de participación en ese barrio. Además de un terreno de 1789 metros cuadrados, que compró en una subasta pública en diciembre de 2010 a 1789 pesos el metro cuadrado. “El precio promedio de la propia Dirección de Planeamiento del Ministerio de Desarrollo Urbano era 1459 dólares el metro cuadrado”, indica el informe. Es decir que, aún sin un aumento del dólar, el precio promedio de esos terrenos era de 5836 pesos, no 1789. “Los terrenos fueron subastados a un valor tres veces menor al del promedio de la Ciudad en una zona altamente valorizada por el mercado inmobiliario”, concluye.

El gobierno porteño también hizo lo suyo para valorizar esa zona. Como informó este diario en 2013, el gobierno de Macri le recortó casi 3 millones a los fondos de las villas de la zona del Riachuelo para un Road Show del barrio Donado-Holmberg. A esto hay que sumarle la construcción de dos pasos a nivel, una escuela primaria, otra escuela infantil, un instituto de profesorado y la nueva sede del CGP, todo en esa zona, que luego fue loteada y vendida a desarrolladores privados. “Es una operación de mercado similar a lo que fue Puerto Madero en los noventa”, sostuvo, en su momento, el entonces secretario de Planeamiento porteño, Héctor Lostri. Uno de los inversionistas beneficiados era Nicolás Caputo.