“La participación es la única manera de construir. Y queremos, debemos, necesitamos, construir un país distinto. Un país para todos. Un país con trabajo, salud, educación y vivienda. Un país donde la equidad sea la norma y la injusticia la excepción. Un país en el que el derecho a la vida sea sagrado. Un país independiente, con proyecto de liberación. El país por el que vivieron y lucharon nuestros 30 mil desaparecidos.” El final de la lectura del documento de Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Hermanos, HIJOS y Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora marcó la culminación de la 23 Marcha de la Resistencia tras 24 horas de caminar alrededor de la Pirámide de Mayo.
“La lluvia nos hizo cambiar de planes pero no impidió que estuviéramos en la Plaza. Si pasamos las malas, la lluvia no nos iba a ganar”, anunció desde el escenario montado en un costado de Plaza de Mayo Taty Almeida, de Madres. El agua había empezado a caer a las doce de la noche y no paró hasta las cuatro de la tarde, dos horas antes del cierre de la manifestación. Durante la noche, muchos se refugiaron bajo la galería del Cabildo y unos pocos hicieron frente a las condiciones climáticas para garantizar que la marcha no se interrumpiera.
En la tarde de ayer la Plaza comenzó a poblarse nuevamente. Los actores Daniel Aráoz, Coco Silly y Andy Kusnetzoff se sumaron a la radio abierta que funcionó en la plaza. “Siempre vengo con mis hijos porque recorriendo la plaza con las Madres es la mejor manera de que conozcan la historia del país”, dijo Silly. Tras el escenario, una tela blanca mostraba la consigna de este año: “A veinte años sin dictaduras militares construyamos una verdadera democracia sin hambre y sin impunidad”. La acompañaban otras banderas, colgadas en distintos sectores de la plaza. Una del MTD, otra de la CTA –que señalaba que “luchando por un trabajo digno reivindicamos a los compañeros desaparecidos”– y varias de los organismos de derechos humanos que convocaron a la marcha. No al ALCA y la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y los Indultos eran las principales consignas.
Entre vuelta y vuelta a la Pirámide se comentaban las anécdotas de la entrevista que los integrantes de los organismos de derechos humanos habían mantenido el miércoles por la noche con el presidente Néstor Kirchner, donde se anunció un próximo decreto destinado a conservar toda la documentación oficial que pueda contener datos sobre desaparecidos.
“La reunión estuvo bien, pero ahora vamos a ver qué pasa”, decían en HIJOS. Los miembros de esta agrupación que estuvieron con el Presidente le mencionaron específicamente la persecución que sufrió Eduardo Toniolli, un militante de Rosario, que fue amenazado en varias oportunidades. Por su probable participación en esos hechos, fue arrestado un integrante del Segundo Cuerpo del Ejército. “Cuando sepan de esas cosas de gente en actividad, avísenme”, les dijo Kirchner. “Bueno, acá tenemos uno”, aprovechó Carlitos y le entregó un volante del próximo escrache, que se realizará el 27 de este mes contra Jorge Vidal, un médico torturador del Pozo de Banfield y la Brigada de San Justo. “Nunca fue echado de la policía”, le explicó a Kirchner. Y lo invitó a participar.
Para graficar el clima informal que hubo durante la reunión, se narraba que, cuando al leer el petitorio que habían llevado se llegó a la parte en la que se pedía “que no se hipoteque la economía de nuestro país atándola a las políticas de organizaciones internacionales de crédito y comercio”, el Presidente interrumpió y dijo: “Qué nos van a hipotecar si ya nos vendieron todo”.
El miércoles por la noche el Presidente acababa de recibir la confirmación de la destitución de Eduardo Moliné O’Connor como miembro de la Corte y fue tema obligado en la entrevista. “Ahora, una mujer”, pidió Nora Cortiñas, de Madres. “¿Por qué no más de una? Hay que acabar con los porcentajes”, aseguró Kirchner. Durante el discurso de cierre de la marcha se mencionó que este año se produjeron dos hechos significativos: “El aniversario de 20 años sin dictaduras militares y la reapertura de los juicios que abren el camino para empezar a destejer la impunidad”. “Por primera vez desde 1930 –se señaló– hemos vivido 20 años consecutivos sin golpes de Estado. Pero el solo hecho de votar no significa de ninguna manera que los gobiernos consagrados por las urnas hayan gobernado en representación ni por los intereses de quienes los eligieron.”
El documento cuestionó la judicialización de la protesta social y los hechos de torturas y asesinatos que siguen ocurriendo bajo la órbita de las fuerzas de seguridad. “Este es el hecho que nuestra sociedad ha pagado y sigue pagando como fruto de la impunidad”, señalaron Aráoz, Silly y Liliana Daunes al leer el discurso. También destacaron la reapertura de los juicios contra los militares de la última dictadura: “Ninguno de los responsables, ejecutores y cómplices debe quedar en libertad. Todos deben ser juzgados y castigados. No podemos seguir caminando por nuestras calles pensando si el que camina a nuestro lado no será un represor. Sabemos que en esta empresa nos acompaña el pueblo argentino. Porque las víctimas del terrorismo de Estado somos todos. Hemos logrado un paso sustancial. De todos nosotros depende que la justicia sea justicia y que la impunidad sea una lacra del pasado”.