EL PAíS › ENTREVISTA A NORA VEIRAS, CYNTHIA GARCíA, MARIANA MOYANO Y CARLOS BARRAGáN, PERIODISTAS DESPEDIDOS DE RADIO NACIONAL
Tras la decisión del PRO de apartarlos de la programación, los periodistas denunciaron una campaña de “disciplinamiento”.
› Por Sebastian Abrevaya
En el centro de una fuerte disputa mediática y política desde hace años, un grupo de periodistas de Radio Nacional no pudieron retomar esta semana sus programas por orden de las autoridades designadas por del gobierno de Mauricio Macri. En diálogo con Página/12, Nora Veiras, Cynthia García, Mariana Moyano y Carlos Barragán defendieron la legalidad de los contratos que determinan su continuidad en la emisora y denunciaron una persecución ideológica que involucra a los ex integrantes de 678, entre otras voces críticas del oficialismo. “Quieren erosionarnos desde la criminalización de nuestro trabajo como si no fuéramos trabajadores sino ladrones”, aseguró García. Los cuatro coincidieron en que no se trata de un problema simplemente laboral, sino que hay un intento de acallar voces críticas y “disciplinar a la sociedad”.
–¿Qué análisis hacen de lo que pasó el lunes con la directora de Radio Nacional, Ana Gerschenson, y que finalmente hayan sido despedidos de la emisora?
Mariana Moyano: –Me parece que Gerschenson dijo lo que nosotros sabemos que ocurre y que es que hay un gobierno que vigila a los trabajadores del Estado. Desde leer un tuit que es algo público, hasta las escuchas por las que fue procesado Macri. Hay una cosa de control muy fuerte bajo los ropajes de una supuesta República. Los que estamos afuera de la programación somos las caras más visibles de lo que sería ahora una mirada crítica del gobierno macrista. Y a mí, más allá de nuestros casos puntuales, lo que me preocupa es que vamos hacia un vaciamiento de los medios públicos. Tiene todos los medios comerciales hegemónicos a favor, las voces críticas las tapó.
Cynthia García: –A mí lo que dijo Gerschenson (sobre la revisión del Twitter) me parece gravísismo. En La Nación miente descaradamente. Dice: “Yo no dije que revisamos el Twitter, dije: si revisamos el Twitter...”. Y no fue así. Ella dijo “a vos, Jorge, te revisamos el Twitter”. Ese plural marca lo que nosotros sabíamos que venía pasando en las distintas reparticiones públicas. Una periodista que reconoce que revisa el Twitter de otro periodista a mí me parece inédito, impensado, que es grave para la democracia, grave para la libertad de expresión pero grave para ella.
Carlos Barragán: –Además, eso lo dice en respuesta a la cuarta vez que Roberto Caballero le pregunta: “¿Vos pensás igual que Lombardi, que nosotros somos fanáticos, violentos, ladrones?”. Ella jamás respondió. Fue muy fiel con Lombardi para dejar bien en claro que sí piensa igual que él.
C.G.: –O sea, ante nuestra interpelación sobre censuras, listas negras, discriminación y persecución ideológica ella responde: “Te revisamos el Twitter”.
–Gerschenson planteó que no se les había informado sobre el despido porque sus contratos no habían sido “perfeccionados”, es decir, que no contaban con la firma de las autoridades de RTA.
Nora Veiras: –Vuelve a mentir. El domingo a la noche Lombardi dijo en un canal de televisión que nos habían notificado personalmente. Entonces, lo que hacen sistemáticamente es mentir. Ese es el problema básico con el cual uno se enfrenta. Es muy difícil desarmar ese cinismo con el que se manejan.
C.G.: –Rompen las reglas básicas de la seguridad jurídica que tanto exigieron porque la regla primera de los contratos es que son para ser cumplidos. Y ellos los están incumpliendo. Como dice Nora, si Lombardi dice que nos notificaron uno por uno, entonces nuestros contratos existen. Nunca dicen que nuestros contratos son ilegales, dice que son ilegítimos, inmorales, que no son éticos, pero no ilegales.
M. M.: –Como las mentiras se van cayendo necesitan ir reubicando el discurso y ahí se contradicen. Primero el problema era que los sueldos eran altos. Después se vio que no era como ellos decían. Después pusieron un tope y nuestros sueldos estaban por debajo de ese tope. Después dicen que no es por persecusión ideológica pero sacan a los más críticos. Después, que los contratos caducaron por lo tanto... Todo el tiempo corren el arco para ir a la mentira.
C. B.: –Somos el testimonio de la persecución política, de la estigmatización, de la gran campaña de difamación que hay en contra de nosotros. Hasta Macri se encargó él de estigmatizarnos y después la siguió Lombardi, con todo el aparato que tienen.
C. G.: –Es una dinámica de cacería de brujas dirigida a un sector de la sociedad permeable a lo peor del sentido común. Ellos quieren seguir con aquella estigmatización de “con la plata de todos”... Están criminalizándonos, nos están persiguiendo. Quieren que nuestro trabajo sea una nueva tipificación de delito. Quieren erosionarnos desde la criminalización de nuestro trabajo como si no fuéramos trabajadores sino ladrones.
C. B.: –Ellos quieren deskirchnerizar a la sociedad. Quieren silenciarnos. Quieren al kirchnerismo fuera de la legalidad. Por eso dicen que las plazas son de fanáticos.
N. V.: –Claro, porque los que pensamos distinto somos fanáticos. Hay dos cosas que tienen que quedar en claro. Nosotros reconocemos el triunfo de Cambiemos y la legitimidad de Macri. Reconocemos esa legitimidad por el voto popular que le ha dado el triunfo, pero hay una mitad del país que no lo votó y somos todos ciudadanos argentinos. Y todos tenemos derecho a pensar como pensamos. No somos fanáticos porque discrepamos con la concepción de Cambiemos. Pensamos distinto y lo decimos. Si ellos se han llenado la boca hablando de la falta de pluralidad de los medios durante el kirchnerismo, lo que tienen que hacer es garantizar esa pluralidad y no estigmatizar, demonizar, denostar y criminalizarnos de la forma en que lo están haciendo.
–Las autoridades de la radio sostienen que son plurales ya que han dejado en la programación a periodistas de la gestión anterior...
C. G.: –Está perfecto. Nosotros pedimos que se cumplan nuestros contratos y eso no se superpone con los periodistas de la gestión anterior que continúan. Gerschenson también tiene derecho a armar una programación, cuando se venzan nuestros contratos. Nosotros los firmamos de acuerdo a las autoridades de RTA vigentes. Además, yo cuestiono la legitimidad de Gerschenson porque uno de los directores de RTA fue despedido por decreto. ¿Se puede despedir a un director de RTA por decreto? Entonces este gobierno, que excede a Cambiemos porque es un cogobierno con el Grupo Clarín y un sector corporativo del poder judicial, pisotea su propia legitimidad.
C. B.: –Eso certifica que hay listas negras. Que haya gente que quedó y gente que no quedó, esa es la prueba de que hay listas negras. Y este mecanismo que usan para criminalizarte es el motivo por el que nosotros estamos sin laburo. Estamos sin laburo porque somos criminales, chorros, ñoquis, fanáticos o somos una amenaza. Lo más preocupante es que eso lo pueden hacer extensivo a cualquiera que tiene una idea política. Estamos siendo usados como ejemplo para disciplinar una sociedad, en un Estado donde los derechos que valen son los que el gobierno macrista quiere. Y los que no le sirven los perdemos automáticamente.
N. V.: –Eligieron al grupo de los “irrecuperables”. Nosotros, los que pasamos por 678 y algunos más, somos los “irrecuperables”. Después hay otras voces a las que no les dan los horarios centrales, que pueden ser tolerables. Desde ese lugar construyen el supuesto pluralismo. Hay mucha hipocresía. Lo que ha hecho el gobierno de Cambiemos es asumir la gestión pública como si viniera de una dictadura. Es decir toda la legalidad, que le preexiste y con la cual no están de acuerdo, la avasallan. Por un DNU, ¿qué urgencia puede haber en modificar la ley más que darle al grupo Clarín todo lo que quiere y sacar del medio a las voces que le molestan? porque la garantía legal de esa continuidad estaba dada en la continuidad de los directorios del sistema de medios públicos, que tenían los mandatos descompasados con los mandatos presidenciales.
–¿No hay un planteo razonable en que las nuevas autoridades puedan decidir la programación de la emisora?
M. M.: –Cada gestión pública que cambia puede modificar su programación, por supuesto. Puede optar por tenernos o no. Puede rescindir nuestros contratos. Lo mínimo que sí tiene que hacer es explicarnos por qué, dar una razón, como en cualquier vínculo laboral. No se puede separar nuestros casos de lo que está pasando en general, sino parece que lo único que nos importa es nuestro lugar en la radio. El primer día que asume Macri sale la nota editorial de La Nación, diciendo ‘basta de juicios’. Después desmantelan de todos los ministerios todas las áreas vinculadas al avance de los juicios por crímenes de lesa humanidad. No se cuenta lo que están haciendo las fuerzas de seguridad, que si no se les da la orden clara de no pegar, las fuerzas de seguridad pegan. Sumado a eso, tenés la represión de la protesta social. ¿Qué necesitás?, silencio en los medios. Tenés que tener los medios privados a favor, que los tienen y silenciar a las personas que van a levantar la voz ante casos como el de la villa 1-11-14. En ese esquema, el desempleo se puede llevar adelante, la protesta se puede reprimir y nadie se va a enterar. El problema es que silencian todas las voces que pueden denunciarlos, que advierten toda esa masacre de acontecimientos que se vienen llevando adelante.
C. G.: –A mí me preocupa el rol de los medios públicos. ¿Qué quieren hacer con los medios públicos? Levantaron toda la programación de nacional rock. Les cuesta dar explicaciones. Una de las políticas públicas, por un lado las primeras medidas económicas, la megadevaluación y la transferencia de recursos a los sectores más concentrados, por otro lado poner en riesgo, las miles y miles de empleo público que se van a terminar de ver el 31 de marzo con la revisión de todos los contratos por el decreto de Macri, por otro lado la hiperconcentración mediática, el disciplinamiento hacia los periodistas y una lista macartista, es la única manera que les cierra la ecuación del plan de gobierno de esta derecha pura y dura. Si alguna vez pensamos que era una derecha democrática nos equivocamos.
C. B.: –Entre otros derechos que están aplastando está el derecho a la información. La mitad del país no es macrista. Y la cantidad de medios no macristas no se condice con esa cantidad de gente. Hay un montón de gente que no tiene qué escuchar, que se quedó sin sus referencias...
M. M.: –Están llamando por teléfono para hablar de la pauta pública y dicen: “Con éstos no”.
C. G.: –Por eso decimos que es una medida disciplinadora. Porque no queda en el límite estricto de Radio Nacional. Si los empresarios mediáticos se están intentando acomodar a la pauta y nosotros parte de esta evidente lista negra. La lista negra excede los medios públicos. Yo tenía tres trabajos, me echaron de los tres. Y nosotros sí respetamos la institucionalidad. Si respetamos las leyes. Porque ellos entraron aquí con una idea de República y de institucionalidad y seguridad jurídica que están pisoteando. Nosotros nos ajustamos a derecho y creemos en el Estado de Derecho. Pensaba en los cuestionamientos de las relatorías de libertad de expresión a la implementación de la ley de servicios de comunicación audiovisual. Frente a la derogación por decreto de esa ley, ¿cómo va a reaccionar?
–¿Van a iniciar alguna acción legal?
N. V.: –Lo estamos analizando. Por ahora nos parece importante llamar a la reflexión y poner en conocimiento esto que se está haciendo a través de la defensoría del público.
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