EL PAíS › EL CONSEJO DEL PARTIDO JUSTICIALISTA APROBó SU CRONOGRAMA ELECTORAL
El peronismo elegirá sus autoridades el 8 de mayo con el voto directo de los afiliados, en caso de no haber acuerdo para una lista única. Hubo mucha concurrencia y algunos cruces por la postura frente al gobierno de Macri.
› Por Nicolás Lantos
Más de cien consejeros del Partido Justicialista aprobaron ayer la convocatoria a elecciones internas para dirimir autoridades el próximo 8 de mayo en la reunión más numerosa de la mesa chica del partido que se recuerde en años. En ausencia del grupo de diputados díscolos que horas antes habían anunciado la ruptura del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara baja, y del gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, uno de los padrinos de esa disidencia, los presentes aprobaron a mano alzada un cronograma electoral que tiene como punto fuerte el Congreso Nacional Justicialista, a celebrarse el 24 de febrero en Parque Norte, y las internas por voto directo para el 8 de mayo. También se coincidió en dar un fuerte respaldo a los gobernadores que reclaman al Gobierno nacional por la coparticipación y en repudiar los despidos, la represión de la protesta social y la persecución ideológica que ejerce el oficialismo.
Los rostros de Cristina Fernández de Kirchner, Eva Perón, Juan Domingo Perón y Néstor Kirchner observaban, desde cuadros colgados en una de las paredes, a la multitud que se codeaba para entrar en el quincho que hay en el tercer piso del edificio de la calle Matheu, sede del encuentro del Consejo Nacional Justicialista. “Nunca vi tanta gente junta en una reunión así”, se sorprendía un veterano de muchas batallas. Gobernadores, intendentes, diputados y senadores se acercaron a la sede nacional del PJ para ser parte del cabildeo.
El orden del día era conciso y respondía a la necesidad de renovar la cúpula del partido a más tardar el 8 de mayo, cuando vence el mandato de las actuales autoridades, para evitar un resquicio legal que permita una intervención judicial. Sin embargo, las turbulencias políticas internas y externas al peronismo, se colaron en una reunión que se extendió por casi tres horas y en la que se escucharon voces disidentes, y se plantearon debates cuya resolución quedó pendiente para futuros encuentros menos publicitados.
Respecto a lo formal, tal como había anticipado Página/12, se decidió la convocatoria a elecciones mediante el voto directo de los afiliados tomando a todo el país como distrito único, aunque eso podría modificarse eventualmente en el Congreso que quedó convocado para antes de fin de mes en Obras Sanitarias y que designará a los seis miembros de la Junta Electoral que supervisará el proceso. También se estableció el 4 de marzo como fecha límite para la presentación de nuevas afiliaciones de forma tal de llegar a cumplir con los pasos previos de publicación de padrones e impugnaciones a tiempo para el segundo domingo de mayo.
Este pliego fue aprobado a mano alzada sin mayores objeciones, sacando al ubicuo intendente de José C. Paz, Mario Ishii, que acusó a las actuales autoridades de “cerrar el partido” y propuso establecer una conducción colegiada de transición durante un año y convocar a elecciones recién el año que viene. Por su parte, el ex jefe de la AFI, Oscar Parrilli, sugirió extender el plazo de recepción de afiliaciones y llevar el Congreso partidario al interior, pero tampoco tuvo respaldo.
Encabezaban la ceremonia el presidente del PJ, Eduardo Fellner; el apoderado Jorge Landau; los vicepresidentes Jorge Capitanich y Eduardo De Pedro; el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán; el titular de la CGT, Antonio Caló; y el diputado José Luis Gioja. Distribuidos entre los asientos o acomodándose como podían en los pasillos se podía completar el álbum de figuritas del peronismo: desde el ex candidato presidencial Daniel Scioli al ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, pasando por Aníbal Fernández y Julián Domínguez, Agustín Rossi y Miguel Angel Pichetto, Juan Manuel Abal Medina y Carlos Tomada, entre tantos otros.
Tras la lectura de un documento en apoyo al reclamo de las provincias por un nuevo régimen de coparticipación, se abrió el debate. Rossi propuso, con éxito, incluir en la declaración un repudio a los despidos públicos y privados, a la persecución ideológica y a la represión de la protesta social, además de un reconocimiento a Scioli y a CFK por el rol que cumplieron los últimos años. Caló pidió respaldo y prometió mayor combatividad del movimiento obrero en las próximas semanas, cuando comiencen a discutirse las paritarias (ver página 5).
El cruce más fuerte de la noche fue entre Capitanich, que planteó la necesidad de posicionarse claramente en la oposición, y Pichetto, que pidió responsabilidad y darle tiempo al Gobierno nacional para que sus políticas muestren resultados. “Algunos hablan como si este gobierno tuviera dos años de ejercicio. Hay que pensar en los que tienen responsabilidad electoral”, dijo el jefe de la bancada de senadores, que deslizó, además: “No todos pusieron lo que tenían que poner para ganar” las elecciones del año pasado.
Por su parte, Capitanich habló de un intento del oficialismo de “dividir” a la oposición “para aprobar la Ley Cerrojo, permitir un endeudamiento masivo y aplicar una política económica de pobreza”. El chaqueño señaló que si bien “la salida” a ese problema “es la política”, en caso de no tener respuesta acudirá a la Corte Suprema para que reconozca ese derecho de las provincias. Más allá de los debates, condimentados con alguna chicana, y las ausencias notorias de los diputados díscolos, el PJ envió ayer un mensaje de unidad que buscará plasmar en una interna fuerte en las próximas semanas.
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