El ex diputado Pablo Fernández (Frepaso) acusó a Ricardo Gil Lavedra, que era ministro de Justicia cuando se desató el escándalo de los sobornos, de haber presionado para evitar el juicio político al ex juez Carlos Liporaci, que instruía la causa penal. Fernández presidía entonces la Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura. El abogado refutó ayer las acusaciones. “Yo señalé, como comentario circunstancial, que Liporaci andaba diciendo que lo enjuiciaban para frenar el avance del expediente y que no era buena idea alimentar ese argumento”, sostuvo ante Página/12.
–Fernández dice que usted lo convocó y le pidió “que levante el pie del acelerador con Liporaci”.
–No es cierto, tuve sólo un contacto circunstancial con él, en el despacho de Graciela Fernández Meijide, donde conversamos sobre lo que se hablaba en ese momento. Ahí se habló de que Liporaci había ordenado varias medidas de prueba al mismo tiempo que el Consejo iba a acusarlo.
–¿Liporaci investigaba a fondo?
–No sé, era una tragedia que le tocara la causa, estaba deslegitimado. Y con lo que se conoció por entonces sobre la mansión que había comprado era evidente que lo enjuiciarían. Insisto, es delirante pensar que había una operación para frenar la investigación. A quien le pidió la renuncia (Fernando) de la Rúa fue a mí, y me reemplazó su hermano.
–¿Por qué?
–No lo sé, todo este episodio me parece terrible.
–¿Usted había recibido instrucciones de De la Rúa?
–Tuve una charla personal con él, en la que me negó que pudiera a haber algo de cierto y me dijo que estaba dispuesto a que se investigara. Al (ex) jefe de la Oficina Anticorrupción, José Massoni, y su segundo, Manuel Garrido, les pedí que buscaran por todos lados la procedencia del dinero.
–Mucho no encontraron.
–Son cosas difíciles de probar a menos que aparezca un arrepentido. Que yo sepa nadie presionó a la OA, y tampoco son personas muy presionables.
–¿Por qué usted no dejó el gabinete apenas se supo sobre las coimas?
–Creí que formaba parte de un gobierno de gente honorable, creí o quise creer las explicaciones. Traté de establecer la verdad a través de la OA.
–Pero era evidente que no había voluntad esclarecedora. A la Sigen, por ejemplo, le pusieron trabas ¿Usted le creía a De la Rúa?
–No sabía, admito que tenía algunas dudas.
–¿Ahora que piensa?
–Lo que veo es una alta dosis de oportunismo, pero me parece que el episodio es gravísimo y hay que esclarecerlo.
–¿Participó en las decisiones de transferir millones extra a la SIDE y/o en la de bloquear información a la Sindicatura?
–Supe de esas medidas después de dejar el cargo, fueron posteriores.
–Usted era ministro cuando se aprobó la reforma laboral y participaba en reuniones con los actores implicados. ¿Aportará algo al expediente?
–Con De Santibañes sólo hablé del tema cuando se dictó el decreto para aportar las cuentas de la SIDE a tribunales. Tuve contacto con los actores pero nunca hablé de eso, no tuve nada que ver con la reforma laboral.