EL PAíS
El PJ entroniza a Fellner y hace fintas con la coima
El peronismo decidió convocar a un congreso para elegir a las nuevas autoridades. Fellner comandará la CAP. Apoyo a la investigación de las coimas en el Senado sin nombrar el affaire.
› Por Sergio Moreno
El peronismo, ese partido laxo, difuso, extenso e increíblemente maleable según el signo de los tiempos, volvió a moldearse en la materia con la que están hechos sus sueños: el poder. Ayer, la mayoría de los gobernadores peronistas aprobaron la convocatoria a un congreso nacional, a realizarse la primera quincena del año entrante, donde se modificará la carta orgánica, y se elegirá a Eduardo Fellner como titular de la Comisión de Acción Política (CAP), organismo que será cabeza del PJ. Los capitostes del peronismo decidieron, además, apoyar las investigaciones sobre los sobornos en el Senado, aunque no hicieron referencia directa al affaire en el documento que emitieron al final de la reunión. Los términos del texto fueron consensuados, grosso modo, antenoche, en un encuentro reservado del cual además de los gobernadores participaron legisladores y varios ministros, y donde no faltó una que otra queja por cierta cerrazón que, creen, les dispensa Néstor Kirchner.
Los gobernadores justicialistas se reunieron ayer a la tarde en la Cámara de Diputados. Allí estuvieron el presidente de la cámara y del congreso nacional partidario, Eduardo Camaño, el gobernador jujeño Fellner y sus pares de Buenos Aires, Felipe Solá; de La Rioja, Angel Maza; de Formosa, Gildo Insfrán; de Entre Ríos, Jorge Busti, y de Chubut, Mario Das Neves; el vicegobernador de Corrientes, Eduardo Galantini; el jefe de la Unidad Presidencial y operador de Kirchner para cuestiones electorales y partidarias, Juan Carlos Mazzón, y el apoderado del PJ, Jorge Landau.
Concretamente, Fellner y Camaño quedaron facultados ayer para convocar a un congreso extraordinario, que se realizará la primera quincena de marzo de 2004, donde se reformulará la carta orgánica para que sea la CAP la cabeza del partido. Dicho organismo estará compuesto por 24 representantes provinciales, los gobernadores o jefes distritales, y de las cámaras legislativas nacionales. El titular de la CAP será Fellner, tal como reveló Página/12 hace cuatro meses, producto del consenso al que llegaron Kirchner y Eduardo Duhalde. Fellner fue jefe de campaña de Kirchner y tiene una buena química con el ex presidente. Su nombramiento al frente del PJ en marzo venidero será, si no media un terremoto, tan solo un trámite.
Sobornos
El otro asunto no menor que definieron los popes del PJ fue fijar posición sobre el affaire de las coimas en el Senado, que involucra a varios ex senadores de ese partido y a dos actuales gobernadores, José Luis Gioja, de San Juan, y Carlos Verna, de La Pampa. Sin nombrar explícitamente el escándalo, el PJ decidió “respaldar la acción de la Justicia en cualquier ilícito que pueda afectar la vida institucional argentina, coincidiendo con el pensamiento del presidente Néstor Kirchner y convencidos de la necesidad de su esclarecimiento como única forma de reconciliar la política y las instituciones con la sociedad”.
La decisión causó un debate no menor intramuros, habida cuenta de que tanto Gioja cuanto Verna están directamente involucrados en el affaire, aunque aún no se haya demostrado su culpabilidad. “Acá es al revés –dijo un mandatario que solicitó mantener su anonimato a Página/12–, somos todos culpables hasta que se demuestre la inocencia.”
“No hay margen con la sociedad para hacer una defensa corporativa”, reconoció otro gobernador a este diario. Así, aunque hiperbólicamente, salió en el documento.
Disconformes
La rápida factura de ayer tuvo una precocción antenoche, en una quinta del norte del Gran Buenos Aires. Ahí estuvieron Gioja, que ayer faltó a la reunión en la Cámara, Mazzón, el gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota, Obeid, Fellner, Das Neves, los ministros de Interior, Aníbal Fernández; de Salud, Ginés González García, y de Defensa, José Pampuro, los diputados Daniel Gallo, de Tierra del Fuego; Carlos Ruckauf, y la senadora Mabel Müller, entre otros. Fue una noche catártica.
Las quejas comenzaron con el gobernador cordobés. De la Sota se enteró ahí que el Presidente viajaría el día siguiente (por ayer) a Córdoba, su provincia. “El Gallego estaba en llamas, colorado, no lo podía creer”, contó a Página/12 uno de los contertulios de la noche. La cantinela no se hizo esperar y fueron varios los quejosos. “El lamento principal tenía que ver con un cierto maltrato de Kirchner hacia todos los que no sean los de su círculo áulico. Incluso con algunos gobernadores que han demostrado lealtad y que quieren ayudar: todos se cansan de enterarse las cosas por los diarios. Lo mismo les pasa a algunos ministros”, se extendió ante este diario un mandatario provincial que participó de la tenida.
Otro de ellos se lamentaba: “¿Cómo hacés para convencer de que cambie a un tipo al que le va bien con su política comunicacional, que tiene un romance increíble con la gente?”, dijo, retórico.
Sin embargo, hubo otras voces, de las que en la noche del martes bebieron malbec y comieron colita de cuadril, que sonaron disruptivas a tanto quejido. Una de ellas sonó a los oídos de este cronista. Dijo: “Mire, es cierto que hubo algunos lamentos porque el Presidente no les da bola. Son los que no entienden que la política no solo se basa en la intuición sino en algo certero, que es que estás o no estás, no podés estar a medias. Los que se quejan deben dejar los lamentos y dar señales claras de que están, si quieren atención personalizada del Presidente; si no, que se conformen con los ministros. Hubo quejidos de bandoneón y de quena, de esos que quieren guardarse un as en la manga y aún no se dan cuenta de que el Presidente tiene la sartén por el mango”.
Fue noche de catarsis, cruces, discusión y hubo acuerdo final para ser expeditivos. Por si fuera poco, Carlos Menem quedó, definitivamente, fuera de todo.