El retroceso que sufrió el socialismo por sus malos resultados en las últimas elecciones y la falta de una estrategia clara frente al escenario que planteó la llegada de Mauricio Macri al Gobierno desató un pase de facturas entre dirigentes de ese espacio. Los reproches se dieron hasta ahora a media voz y entre bambalinas, pero hoy quedarán expuestos en el congreso que los socialistas tendrán en Rosario para empezar a definir la sucesión de Hermes Binner al frente del partido.

Los críticos a la conducción del partido destacan que en las presidenciales, sin candidato propio, los socialistas terminaron apoyando –sin mayor convicción– a Margarita Stolbizer y vieron esfumarse los más de tres millones y medio de votos que Binner había conseguido en 2011. Remarcan también la pérdida de representación parlamentaria: en el Senado se quedaron sin la banca que tenían y de las once que tenían hace ocho años en Diputados ahora tienen cuatro.

En Santa Fe Binner se despegó de Stolbizer –a la que nominó en su reemplazo cuando se bajó de la candidatura presidencial– e hizo campaña para el Senado promoviendo el corte de boleta. Salió cuarto. En esa misma provincia el socialismo sí consiguió retener la gobernación aunque Miguel Lifschitz superó al macrista Miguel Del Sel por menos de 2000 votos.

“El socialismo no puede ser Santa Fe dependiente. Muchos dirigentes deberían dar un paso al costado después de las grandes equivocaciones y el retroceso electoral que tuvimos”, planteó el referente del socialista porteño Roy Cortina, quien en la ciudad de Buenos Aires sumó al socialismo a ECO, la alianza que con Martín Lousteau a la cabeza estuvo casi le arrebata la jefatura de gobierno al PRO. Cortina sostiene que “hay que volver a darle representación a una franja muy importante de argentinos que no se encuentra representada ni por Cambiemos ni por el Frente para la Victoria y eso sólo lo puede hacer el Partido Socialista”. En el congreso de hoy anunciará el lanzamiento una corriente nacional de opinión interna.