EL PAíS › HUBO PROTESTAS AYER DENTRO DE LOS MINISTERIOS DE TRABAJO Y ECONOMIA
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, prácticamente militarizó el decimotercer piso del edificio de su cartera. Al ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, le tomaron su oficina de ceremonial y los trabajadores hicieron un “ruidazo”.
Las sedes de los principales ministerios y organismos del Estado fueron ayer un infierno de cantos y bombos, multitudes en protesta, asambleas y banderazos. Los estatales, en plan de lucha contra los nueve mil despidos decretados por el Gobierno, resolvieron cesar en sus tareas, realizar vigilias permanentes en las puertas de ingreso y copar el hall y los pasillos de los edificios de Cultura, Justicia, Trabajo, Lotería Nacional, Afsca, Hacienda y Educación, entre otros. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, prácticamente militarizó el decimotercer piso del edificio que su cartera tiene en Alem al 600, donde funciona su despacho. Al ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, literalmente le tomaron su oficina de ceremonial, que debió desalojar con la policía.
Fue la respuesta que encontraron delegados y trabajadores organizados en ATE ante la culminación del proceso de tres meses que se tomó el Gobierno para llevar adelante los despidos, que llamó “Modernización del Estado”, en una jornada en la cual, tal como se preveía, centenares de trabajadores recibieron el temido telegrama.
El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, hasta ayer, era uno de las pocas áreas en las que el estado nacional no había barrido con buena parte de su planta. Pero en las últimas semanas, comenzaron los rumores. “Esta área es competencia desleal para los estudios privados”, le dijo a Emilio, delegado de ATE-Trabajo, quien es su nuevo jefe desde el 10 de diciembre. Cuando escuchó que habría “dos tandas de despidos”, una ayer y otra a fines de abril, Emilio convocó a su compañeros del Programa Asistir, que brinda(ba) asistencia gratuita a trabajadores en litigio con sus patrones, a sumarse a las vigilias y el nuevo paro que ATE convocó para hoy. Ayer, al llegar a las siete y media de la mañana a Alem al 600, se encontró con la noticia de 230 despedidos, siete de los cuales eran parte de su área.
En el programa original de ATE, detallado en los afiches pegados en los muros de todo el ministerio, figuraba para ayer un “sanguchazo” para el mediodía. El plan original era discutir, almuerzo de por medio, las medidas a tomar frente a la “amenaza” de despidos, que se calcula llegarán a 500. Pero los planes cambiaron desde temprano. Junto a Emilio, un centenar de trabajadores se encontró con un despliegue policial sobre Alem, con una de las entradas al edificio bloqueada. La respuesta fue contundente: cerca de las 10 de la mañana, “hubo una entrada masiva, para que los compañeros que tuvieran problemas para fichar pudieran entrar igual”, contó Emilio. Una vez adentro, el hall se inundó de cantos contra el presidente, banderas verdes y blancas de ATE, bombos, y ruido. Los ascensores no paraban en el piso trece, donde atiende el ministro y policías de civil custodiaban los pasillos. A la una de la tarde cortaron Alem, medida que se extendió hasta pasadas las siete de la tarde.
A las tres, sobre las ventanas del ministerio comenzó a retumbar el sonido de los bombos de la Uocra y Uecara, que por unos minutos coincidieron con los bombos de ATE. La razón de la protesta: 2400 trabajadores de la construcción, ligados a Atucha 1 y 2, corren riesgo de quedar en la calle el viernes. “Venimos a defender nuestra dignidad, nuestro trabajo. Atucha está en marcha con manos argentinas, con gente que está acá. Si no tenemos respuesta, el viernes llegamos a casa y aparecen las deudas, como las del auto que un obrero se pudo comprar porque le prometieron trabajo por dos años y ahora no lo puede pagar. Es un proyecto de vida que nos están cortando”, resumió, tejiendo un puente entre épocas pasadas y futuras José Aráoz, soldador, delegado de base.
En Hacienda, donde se esperan al menos 100 despidos a partir de hoy, la actividad de fue titulada “ruidazo”. Así lo resolvió la asamblea que se juntó en el hall de planta baja entrada la mañana. Ayer, inesperadamente, fue notificada del despido una trabajadora del área de ceremonial. Inmediatamente la asamblea resolvió llevar su ruidazo al quinto piso, donde Prat-Gay se reúne con sus asesores, y tomar las oficinas de ceremonial. Durante horas, los trabajadores cantaron, gritaron e insultaron, hasta que llegó el desalojo de la federal. Hoy, de confirmarse los despidos, seguirán con los “ruidazos”.
Con 700 despidos, el ministerio de Justicia encabeza la cacería. La cartera de Garavano fue, además, una de las primeras en comenzar a aplicar el “plan”. Por eso, los trabajadores confiesan que el tiempo sin trabajar es otro enemigo a combatir. A pesar del “desgaste” de tres meses, ayer confluyeron en la sede central, de Sarmiento al 200, trabajadores de la IGJ (60 bajas), de la Secretaría de DDHH (50 inicialmente, con varios reincorporados) y del CAJ (80 despidos), entre otras áreas. Desde Cultura, donde hubo 500 despidos (con 120 reincorporados), se organizaba anoche un festival musical frente al Cabildo. Todos serán parte hoy de la columna que marchará a Modernización.
Informe: Matías Ferrari.
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