Las peleas entre los dos intendentes de la capital de San Luis parecen pasos de comedia. El lunes, simpatizantes de los dos jefes comunales se enfrentaron por la colocación de las luces navideñas en las calles. Ayer, los empujones y puñetazos llegaron cuando empleados leales al intendente opositor, Daniel Pérsico, se aparecieron en la plaza principal de la capital para impedir que los enviados por la intendente adolfista, María Angélica Torrontegui, la limpiaran. “Actuaron en resguardo de las tareas que le competen a la Municipalidad”, explicó luego Sebastián Quevedo, funcionario de la gestión Pérsico.
Los barrenderos eran beneficiarios del Plan de Inclusión Social, a quienes Torrontegui envió a la plaza Juan Pascual Pringles. Estaban limpiando cuando llegó un grupo de municipales del sector de Pérsico, que empezaron a insultarlos. De paso, también insultaron a los periodistas que tomaban nota de lo que sucedía. Les exigían “decir la verdad de lo que está pasando”.
La situación se trasladó luego a otras plazas, como la ubicada frente a la residencia del gobernador. Al fin, debió intervenir una comisión policial para mediar entre los dos bandos y así evitar que la ciudad se convierta en una batalla campal con escenarios en cada plaza.
Por otro lado, la Cámara del Crimen de San Luis dejó sin efecto lo dispuesto por el juez de Instrucción, Jorge Sabaini Zapata, quien había liberado los fondos y las cuentas bancarias municipales a favor de la intendente Torrontegui. La decisión, obviamente, fue tomada como un triunfo por la comuna opositora de Pérsico. En rigor, las cuentas bancarias siguen intactas y ninguno de los dos sectores puede disponer todavía de ese dinero.
En medio del fragor, Pérsico salió a denunciar un supuesto “espionaje” con micrófonos ocultos en su despacho en el Palacio Municipal.