EL PAíS › TERMINO LA CONCILIACION OBLIGATORIA Y NO HUBO ACUERDO EN EL CONFLICTO EN LA CENTRAL NUCLEAR
Aunque las negociaciones no se cortaron, la mayoría de los 2400 trabajadores tercerizados en las centrales nucleares corre el riesgo de quedar en la calle porque el Gobierno propuso que dentro de un mes sólo sigan 700.
El conflicto por la continuidad de 2400 trabajadores tercerizados en las centrales Atucha I y II se encamina a terminar de la peor manera: “Hoy estamos todos en la calle”, describió a Página/12 Ariel Puebla, secretario adjunto de Uocra Zárate, ciudad cuya economía se mueve en buena parte a partir de los puestos de trabajo directos e indirectos que generan las centrales nucleares. Ayer concluyó la conciliación obligatoria de dos semanas dictada por el Ministerio de Trabajo y no hubo acuerdo. El Gobierno ofreció mantener apenas la mitad de los puestos de trabajo durante dos semanas, y de sólo 700 en el plazo de un mes, propuesta que fue rechazada por la Uocra. En paralelo, el Ministerio de Energía descartó nuevas inversiones para levantar Atucha III hasta 2017. Desde la Uocra acusan al Gobierno de “falta de voluntad política para resolver el conflicto”, y denuncian que ya se perdieron más de 50 mil puestos de trabajo en el sector durante este año. Según el gremio, su titular Gerardo Martínez mantenía ayer “diálogo directo” con el presidente Mauricio Macri, quien le pidió “tiempo” para resolver el conflicto.
La mayoría de los 2400 trabajadores cuyos contratos cayeron ayer desempeñaban tareas de mantenimiento de las plantas y realizaban obras complementarias en las piletas de desechos nucleares y en la extensión de las vías del ferrocarril Mitre, todos ellos contratados a través de convenios entre seis empresas contratistas y Nucleoeléctrica Argentina, que administra las centrales nucleares del país. Los 2400 en situación de riesgo se suman a otros 600 trabajadores por jornada anotados en las bolsas de trabajo de la Uocra, que ante la falta de inversión están sin empleo desde hace meses. También corren riesgo de caer los contratos del personal de maestranza, transporte, vigilancia y gastronomía.
“Tiran a los trabajadores a la calle, nos empujan fuera del sistema laboral, y no ofrecen ninguna alternativa”, definió Puebla sobre la actitud del Gobierno. El jueves, luego de tres meses de conflicto y en el filo del cierre de la conciliación obligatoria, el Ministerio de Trabajo acercó la última oferta: consistía en mantener apenas 700 puestos de trabajo dentro de un mes y fue rechazada por los trabajadores de la Uocra reunidos en asamblea. “No parece haber voluntad política de invertir en el proyecto nuclear, lo que termina perjudicándonos a los trabajadores, que somos siempre el fusible. Lo único que hace falta es generar obras para que el trabajador tenga la dignidad del trabajo, pero hasta ahora no hubo respuestas”, explicó Puebla.
Hacia fines de marzo, ante la incertidumbre por su futuro, los trabajadores de Atucha mantuvieron durante dos días un piquete sobre la ruta 9. Apelaron a instancias de negociación con el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, luego con la administración nacional, y acercaron proyectos al Concejo Deliberante local y a la Cámara de Diputados provinciales. En ningún caso obtuvieron respuesta.
Desde el cambio de Gobierno, los contratos con las empresas que terciarizan a los trabajadores quedaron en suspenso. A la par, el Ministerio de Energía, que conduce Juan José Aranguren, recortó fondos destinados a la obra pública en Zárate. El intendente, Osvaldo Cáffaro, se ofreció a tomar para el municipio a varios de los trabajadores, siempre y cuando los recursos para pagar los salarios provengan de Nación, pero la propuesta no llegó a concretarse. El anuncio de la “revisión” de los contratos con China, que aportan el 85 por ciento de los fondos para las centrales nucleares, terminó por dibujar el panorama negro para el sector. “Nosotros estábamos muy esperanzados en el arranque de este nueva etapa del proyecto de termoeléctrica nuclear, y esto ha quedado relegado por la no renovación de los contratos y en medio quedaron miles de trabajadores y sus familias en la calle”, sostuvo el secretario general de Uocra Zárate, Julio González, quien describió así la “cruda realidad” que afrontan los obreros de la zona.
Los despidos también afectan a trabajadores de ciudades aledañas a Zárate como Baradero, Exaltación de la Cruz y San Antonio de Areco. “Será muy difícil para los trabajadores seguir adelante y poder mantener a sus familias porque estamos hablando de una plaza chica para la búsqueda de trabajo”, explicó González. “Esto se debe al cambio de Gobierno; hubo una serie de cambios bruscos para los trabajadores y para los que estamos al frente del gremio en Zárate con la paralización de las obras”, definió.
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