EL PAíS
› THONON, ABOGADA DE VICTIMAS FRANCESAS
“Me asombra que Astiz no esté en una cárcel”
A pesar de la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, Thonon mantiene la desconfianza sobre el avance concreto de la Justicia argentina. Por eso cree que “seguir pidiendo la extradición de Astiz tiene el mismo sentido que antes”, al menos hasta que aquí se produzca una condena firme.
› Por Victoria Ginzberg
La abogada Sophie Thonon, representante de las víctimas francesas de la última dictadura militar, vino a la Argentina para interiorizarse sobre el trámite de extradición del represor Alfredo Astiz y la reapertura de la causa en la que se investigan los crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde fueron vistas las monjas Alice Domon y Léonie Duquet. Dijo que mientras no haya una condena firme, el año próximo llegarán al país nuevos pedidos provenientes de París para encarcelar y juzgar allí a represores argentinos.
–¿Cómo percibió desde Francia el proceso de reapertura de las causas sobre violaciones a los derechos humanos, anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida y la derogación del decreto que impedía la extradición de los represores?
–Es evidente que son cosas positivas. El decreto de (el ex presidente Fernando) De la Rúa era inaceptable. Su anulación me pareció una medida más que natural, evidente. La anulación de las leyes es un buen primer paso, pero ahora da lugar a una discusión jurídica. Ahora hay que esperar hechos concretos más adelante.
–Ahora que en la Argentina hay una investigación abierta sobre la desaparición de las monjas francesas, ¿tiene sentido seguir pidiendo la extradición de Astiz?
–Por supuesto. Lo que se está pidiendo ahora es la extradición de Astiz y Astiz fue condenado hace más de diez años, el 16 de marzo de 1990, por la Corte Penal Suprema de París. Es la única condena en el mundo contra Astiz, así que seguir pidiendo la extradición tiene el mismo sentido que antes.
–Se supone que aquí se está en el camino hacia la condena.
–Como bien dice usted, se supone. Pero por ahora no hay condena ni ninguna decisión de encarcelamiento. Astiz no está ahora verdaderamente encarcelado, sino en una situación de privilegio. Además, es un encarcelamiento preventivo, no sobre una base de una decisión firme de la Justicia. También falta que se pronuncie la Corte Suprema, pero aun si la Corte argentina confirma mañana la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida esto no significa que al día siguiente salga una condena contra Astiz. Todavía el camino es largo. Lo único seguro hasta ahora es lo de Francia.
–Con el resto de los acusados por la desaparición de ciudadanos franceses, ¿también se pedirán extradiciones o se esperará a ver que ocurre en Argentina?
–El procedimiento francés es totalmente independiente. Nosotros juzgamos según nuestras reglas procesales. En el 2004 va a haber un gran avance, espero, ya que después de cuatro o cinco años de investigación saldrán nuevos pedidos de extradición de más marinos, gente del Ejército y de la Fuerza Aérea.
–¿Podrían avanzar paralelamente los dos juicios, uno en la Argentina y otro en Francia?
–Por ahora la Justicia francesa sigue su camino como siempre y como lo hizo hasta ahora. La determinación de las familias hacia el logro de ese objetivo sigue intacta. Aunque se considere que la Argentina, por ser el lugar del crimen, es el primer país que tiene jurisdicción, es evidente que no se hizo justicia durante 25 años, todavía no hay justicia y no sabemos si va a haber efectivamente una justicia mañana. Por eso todas las jurisdicciones europeas tienen que seguir su camino. Si nosotros podemos ayudar a respaldar a que acá se haga realmente justicia, eso también será un hecho importante. Lo que ocurrió en la Argentina fue un crimen mayor en la historia del país y en la historia mundial y todas las Justicias son necesarias.
–¿Le llamó la atención que el gobierno español decidiera no pedir las extradiciones de los militares acusados por el juez Baltasar Garzón?
–El gobierno español decidió suspender el pedido. En Francia no estamos para nada dentro de la misma lógica. El presidente (Jacques) Chirac mostró, cuando viajó el presidente Néstor Kirchner a París, su resolución de que se haga justicia por la desaparición de los franceses, y no sólo por Alice Domon y Léonie Duquet, sino también por los demás. El gobierno francés en ese sentido tiene una postura muy diferente a la del gobierno español. Y transmitirá los pedidos de extradición.
–¿Qué evaluación hicieron los organismos de derechos humanos de Francia de la visita que hizo Kirchner este año?
–Kirchner nos dedicó todo el tiempo que queríamos y cada organización y persona presentó su tema de preocupación. Los organismos de derechos humanos franceses se preocuparon por las violaciones de los derechos económicos y sociales en la Argentina. El Presidente lo sabe, no le vamos a enseñar absolutamente nada en ese sentido, pero tomó buena nota de la preocupación internacional, en ese caso francesa, por las violaciones de los derechos sociales y económicos de los argentinos. Respecto al tema de la impunidad, yo personalmente señalé que la impunidad de ayer es la impunidad de hoy y puede ser la impunidad de mañana. Por eso es muy importante que se dé una señal fuerte contra la impunidad de ayer para impulsar otra política en la Argentina en general. El Presidente explicó lo que se hacía respecto a la ayuda a la gente más necesitada, pero es cierto que entre las palabras y los hechos hay un precipicio. La situación social y económica sigue siendo muy difícil para millones de argentinos. Se necesitan reformas políticas y sociales orgánicas de fondo, no medidas superficiales de ayuda.
–Esta semana se entrevistó con el juez Sergio Torres, que tiene a cargo la causa ESMA. ¿Usted le hizo algún pedido específico?
–El juez mostró su preocupación por los pedidos de informes por el caso de las monjas que mandó a Francia hace dos meses. Quería saber cuál era la intención de la Justicia francesa al respecto. Yo le dije que no era un tema que me correspondía, sino que era una decisión del juez y le recordé que la Argentina no contestó durante años a los pedidos franceses y cuando contestó fue para rechazarlos. También hablamos de la situación de Astiz y me asombré de que no estuviera en una cárcel común, sino en una base naval en Zárate. De hecho, el primer asombro mío en relación a Astiz fue cuando llega el pedido de extradición y en lugar de quedarse en Buenos Aires se va a Bahía Blanca, cuando no había ninguna razón para que se produjera eso. Lo único que justificaba eso era que el pedido fuera a manos de un juez favorable. No había ninguna otra explicación. El juez de Bahía Blanca Alcides Alvarez Canale, que falló a favor de Astiz, fue recusado y ahora esa presentación está apelada, lo mismo que el fondo del asunto.
–Respecto del lugar de detención de Astiz, que está en una base naval aunque fue echado de la Marina, ¿quedó satisfecha con la respuesta del juez?
–El juez dio una explicación según la cual la seguridad de Astiz no estaba garantizada si se lo ponía en una cárcel común, y entonces había que ponerlo en un lugar diferente para no convertirlo en una víctima. Pero lo que pasó con Astiz hasta ahora es lo que pasó antes: un tratamiento de favor.
–¿Hizo un pedido formal para que cambie esta situación?
–No me corresponde a mí, sino a los abogados de la causa aquí. Sé que ellos, por ejemplo Horacio Méndez Carreras, lo subrayaron. En Francia, por comparar, las personas condenadas por matufias importantes de plata o lo que podríamos llamar los “presos diferentes” están en una cárcel común, aunque en un lugar especial. Maurice Papon estuvo hasta hace poco tiempo en esa dependencia especial de una cárcel común. Que no se lo ponga conpresos comunes que podrían tener una actitud de venganza o de represalia no significa que no estén en una cárcel.