EL PAíS
Solá no descarta “para nada” una candidatura de Cristina en Provincia
El gobernador bonaerense se diferenció del duhaldismo al confesar que le parece lógico que la esposa del Presidente, “nacida en La Plata”, pueda postularse. Duhalde había descartado esa posibilidad.
Por M. P.
“No lo descarto para nada”, respondió ayer Felipe Solá cuando le preguntaron por la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner aterrizara en la provincia de Buenos Aires. “Es nacida en La Plata y me parece que siempre está abierta a distintas posibilidades”, argumentó, dándole crédito a la propuesta. Con esa declaración, el gobernador se diferenció del resto de los dirigentes del PJ bonaerense, con Eduardo Duhalde a la cabeza, que habían minimizado la idea. El propio Duhalde, unas horas antes, había descartado otra vez la posibilidad de que la senadora fuera candidata en la provincia. También había atribuido las especulaciones a “los viudos de la Alianza” (ver aparte). Sin embargo, pese a esas opiniones, Solá no mostró ningún reparo en que la “primera ciudadana” ingrese a la política bonaerense. Y terminó el día con una reunión a solas con Néstor Kirchner en la Casa Rosada.
La diferencia puede ser de matices, pero expresa una situación bastante descriptiva de las relaciones de fuerza en la provincia. Todos los dirigentes del PJ bonaerense, incluido Solá, criticaron la propuesta de que Cristina Kirchner desembarque en la provincia porque “no es el momento de hablar de candidaturas”. “Se salió a hablar demasiado temprano”, admitió ayer Solá durante una visita a Chascomús con el Presidente. Argumentos similares utilizaron Duhalde, la vicegobernadora Graciela Giannettasio y otros dirigentes. El argumento para no hablar tan pronto de candidaturas es que, supuestamente, podría debilitar la autoridad del gobernador en ejercicio, que asumió hace apenas 20 días.
Pero lo curioso es que el gobernador en ejercicio es Solá. Y Solá, precisamente, es el único miembro del PJ bonaerense que se mostró permeable a la idea de que la mujer del Presidente aterrice en la provincia. La razón es simple. Como explicaba un ministro del gabinete bonaerense, “la mención de Cristina nos sirve para acotar la posibilidad de que en el 2005 el duhaldismo arme las listas”. En el entorno de Solá todavía recuerdan cómo Duhalde armó la lista de diputados nacionales sin dejarles un mínimo resquicio para poner un hombre propio. Y creen que si en 2005 apareciera en escena una línea kirchnerista, Duhalde se vería obligado a compartir espacios. “El Gobierno está haciendo lo suyo. Tienen claro que tienen que armar en la provincia y, de paso, ponen algunas cosas en discusión”, analizó el funcionario felipista.
Si ése es el análisis que predomina en la gobernación, no sorprendería a nadie que Solá y Kirchner hayan hablado de ese tema en la reunión privada que tuvieron anoche en la Rosada. El encuentro se lo pidió el propio Presidente a Solá durante la visita a Chascomús, y se concretó pasadas las nueve de la noche. “Es para despedir el año”, decían anoche cerca del gobernador sobre la reunión fuera de agenda. Con ese encuentro, Solá se entrevistó en apenas dos días con los dos vértices de la sociedad que garantizan la gobernabilidad, Kirchner y Duhalde. El lunes a la noche, el gobernador había estado reunido con toda la dirigencia del PJ bonaerense en su residencia de La Plata. Fue una cena de despedida del año, organizada por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño. Duhalde y su esposa, Chiche, estuvieron allí (ver nota aparte).
Lejos de la disposición de Solá a aceptar el desembarco de Cristina Kirchner, en el duhaldismo la propuesta de Carlos Kunkel no agradó a nadie. En público, todos dijeron que aceptarían con agrado la llegada de la senadora: Duhalde, por ejemplo, dijo que lo tomaría como una “jerarquización del peronismo”, mientras que Giannettasio reconoció que la llegada de la primera dama mejoraría la escena política local. El argumento es que la competencia daría mejores candidaturas al partido, y ayudaría a modificar las prácticas políticas que Duhalde se propone cambiar. Por eso, lo que el duhaldismo se muestra dispuesto a aceptar es que una línea kirchnerista (con la senadora a la cabeza o no) se presente a las internas o se integre después en las listas electorales. Pero otro será el panorama si el desembarco se presentara como confrontación.
En ese caso no habría armonía posible. Y la pelea sería ineludible. “¿Por qué inventar un problema –se preguntaba ante Página/12 un miembro del Consejo provincial del PJ, hombre de confianza de Duhalde– y transformar a Cristina en Graciela Fernández Meijide? Es como dice Duhalde, que los viudos de la Alianza quieren transformar a Cristina en Graciela Fernández Meijide. Están buscando la esperanza blanca contra los negros. Y creen que, como Graciela ganó en el ‘97, se nos puede ganar ahora.” Sin embargo, los duhaldistas están seguros de que la estrategia de Kirchner no es competir directamente con Chiche o con el propio Duhalde. Y que la idea de “mover a la dama” es una jugada destinada a consolidar una línea interna dentro del PJ bonaerense, que hasta ahora se ha manejado con listas únicas o con oposiciones artificiales armadas por Duhalde.