Durante décadas, los futbolistas argentinos viajaron rumbo a Europa con la ilusión de asegurarse un porvenir económico. Sin embargo, los tiempos cambian y también los destinos. En los últimos años, los clubes mexicanos se convirtieron en fuertes demandantes de los jugadores que se desempeñan en el medio local. Los buenos contratos que se pagan y un nivel competitivo cada vez más exigente son las principales causas que explican la atracción que ejerce el campeonato azteca ya no sólo sobre los jugadores, sino también sobre entrenadores argentinos. En la actualidad, son más de 37 los futbolistas argentinos que se desempeñan en la Primera División del fútbol mexicano. Cruz Azul, Veracruz y Monterrey son los equipos que mayor cantidad congregan en sus planteles: cuatro cada uno.
El Pachuca, último campeón del torneo Apertura 2003, tiene fichado a Gabriel Cavallero, jugador argentino nacionalizado mexicano. La gran mayoría de los equipos incorporó durante la presente temporada a algún jugador argentino. La más reciente contratación fue la de Luciano Figueroa, que pasó a préstamo del Birminghan inglés al Cruz Azul. Allí también juegan César Delgado y Daniel Díaz, quienes lo acompañaron a aquél en Central, durante el Clausura 2003.
La operación de Figueroa estuvo a punto de fracasar a raíz de la convocatoria del jugador al seleccionado Sub-23, que buscará la clasificación para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. La dirigencia del equipo cementero mostró sus reparos ante la cesión de Figueroa, y casi imita a los clubes europeos, que impidieron que sus jugadores integraran el seleccionado argentino que participará del Torneo Preolímpico que se jugará en Chile. Finalmente, el futbolista fue autorizado.
Roberto Marcos Saporiti, actual entrenador de Olimpo, quien trabajó durante 11 años en distintos equipos mexicanos, señaló en diálogo con Página/12 que los jugadores argentinos son requeridos por “sus condiciones y temperamento”, pero remarcó que la adaptación al medio “es muy difícil” y que algunos futbolistas no consiguen superarla. “Hay muchos que llegan a México pensando que se van a comer a los chicos crudos, pero la cosa no es tan fácil. Los primeros seis meses son claves, en esa etapa se supera el problema de la altura y es cuando el jugador se muestra en su verdadero nivel”, explicó Saporiti.
Además, el entrenador vaticinó que en el torneo mexicano crecerá todavía más la tendencia de contratar futbolistas argentinos, debido a las diferencias cambiarias que existen entre los dos países. “Los jugadores argentinos son buenos y baratos para los mexicanos. En algunos casos pagan más que muchos clubes de Italia y España. Creo que con el correr de los años se pueden ir a México muchos futbolistas más”, estimó el director técnico. Y subrayó además que la presencia de argentinos en los clubes aztecas “no es nueva”, pero que antes de la devaluación del 2001 viajaban a México “jugadores que estaban cerca de los 30 años y ahora los vienen a buscar cada vez más jóvenes”, consignó. La presencia en México de César Delgado, Daniel Díaz, Figueroa, Lucchetti, Sixto Peralta, Vuoso o Walter Gaitán, todos ellos menores de 25 años, parecen convalidar los dichos del conductor.
Los equipos mexicanos están manejados por empresas y grandes corporaciones económicas, que administran a los equipos como franquicias. El grupo Televisa es propietario del América y el Necaxa, los dos equipos más grandes del Distrito Federal. Recientemente, el grupo decidió mudar al Necaxa a la norteña ciudad de Aguas Calientes, tras determinar que el estadio Azteca le quedaba grande al equipo albirrojo. En la nueva sede, Televisa ordenó la construcción de un nuevo escenario con capacidad para 30 mil personas.
Cristian Luchetti, ex arquero de Banfield que fue transferido a principios de 2003 al Santos Laguna, admitió que en México gana una suma “muy superior” a la que percibía cuando integraba el club del sur del Gran Buenos Aires. “Acá gané en tranquilidad y en dinero. Los 14 de cada mes cobro puntualmente mi sueldo y eso es fundamental. Por ahora no pienso en volver”, aseveró desde la ciudad de Laguna durante una charla telefónica. El Santos es propiedad del grupo cervecero Modelo, que también administra a Las Chivas, de Guadalajara, y al Toluca. La corporación acaba de vender el Santos Laguna a un empresario, que podría mudarlo de ciudad.
La participación de los equipos mexicanos en la Copa Libertadores de América, a partir de 2000, resultó fundamental para aumentar el nivel de competencia de sus equipos, a nivel local como en el plano internacional. Así lo indica Walter Silvani, que a lo largo de un año y medio jugó en el Pachuca: “La falta de una competición fuerte con equipos de otros países siempre perjudicó al fútbol mexicano. Pero demostraron en estos últimos tres años que están a la altura de los grandes equipos de Brasil y Argentina”. Las estadísticas parecen confirmar los dichos de Silvani. En el año 2000, el América arribó a las semifinales de la Libertadores y el Cruz Azul estuvo muy cerca de coronarse campeón. Perdió en la final ante Boca en una definición por penales en la Bombonera.
En los Angeles, Estados Unidos, comenzará hoy una liguilla que clasificará a dos equipos para la Copa Libertadores de 2004. Toluca, Morelia, Chivas, Santos Laguna, América, Atlante, Tigres y Atlas formarán parte de esta competencia que concluirá el 14 de enero próximo.
El mercado mexicano también es un gran atractivo para los entrenadores, que durante un año de trabajo pueden ganar entre 600 mil y un millón de dólares, según reveló Saporiti. Hasta el año pasado, Daniel Passarella dirigió al Monterrey, donde salió campeón, y se desvinculó del club en diciembre de 2003. En la actualidad se desempeñan los argentinos Nery Pumpido en Tigres, Rubén Romano en Morelia y Ricardo Lavolpe en la Selección Mexicana. También Antonio Mohamed, que durante varias temporadas jugó en el Toros Meza, debutó como técnico del Zacapetec, en segunda división.
Producción: Leonardo Castillo.