EL PAíS
› LA SECRETARIA DE SANTIBAÑES DESDIJO LA VERSION DE PONTAQUARTO
Gladys negó hasta que sea Gladys
Gladys Mota, secretaria de quien fuera jefe de la SIDE cuando se pagaron los sobornos en el Senado, negó todo lo que se podría negar. Incluso llegó a desconocer que se haya entrevistado con el ex secretario parlamentario en la SIDE, tal como consta y está corroborado en un informe reservado de la Secretaría que posee el juzgado. Nadie le creyó. Próximos procesamientos.
› Por Victoria Ginzberg
La secretaria del ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes, Gladys Mota, afirmó que ella estuvo al tanto de todas las reuniones –y por ende de quienes participaron en ellas– que mantuvo a su jefe mientras ambos eran funcionarios del gobierno de Fernando de la Rúa. Pero luego negó ser la “Gladys” que, según consta en un informe de la Secretaría de Inteligencia, atendió al ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto el 22 de agosto de 2000, cuando se entrevistó con De Santibañes. Esta fue una de las contradicciones que surgen de la declaración de la mujer ante el juez Rodolfo Canicoba Corral. Pontaquarto sostuvo que fue ella quien le entregó los cinco millones de pesos destinados al pago de sobornos para los senadores. Mota, en cambio, aseguró que mientras era empleada de la SIDE nunca vio al “arrepentido”. Ninguno de los investigadores de la causa le creyó.
Mota llegó a los tribunales federales de Comodoro Py poco después de las diez de la mañana, la hora prevista para su declaración testimonial. Entró al despacho del secretario Marcelo Sonvico en su silla de ruedas ya que no puede mover sus piernas debido a una lesión que sufrió hace unos meses en un accidente automovilístico en el que murió su esposo. “Han mezclado a mi marido, que no tiene nada que ver, con los sobornos en el Senado”, se quejó angustiada –y la voz se le quebró– porque Martín Lanusse había sido mencionado por los medios.
“¿Cómo se llamaban las otras personas que trabajaban con usted en el mismo sector de la SIDE?”, le preguntaron los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado. “No me acuerdo”, contestó. “¿Había otra empleada de nombre Gladys?”, insistieron. “Puede ser que hubiera una telefonista”, arriesgó. Fue entonces cuando Delgado le acercó un papel en el que figuraba su nombre. Se trata de un informe interno que la SIDE entregó al juzgado y que confirma las entradas al organismo de varios imputados en la causa. Allí consta, por ejemplo, que Pontaquarto estuvo en 25 de Mayo el 18 de abril de 2000, el día en el que, según afirmó, recibió de manos de Gladys la valija, el maletín y la caja de cartón envuelta en cinta adhesiva con el dinero que luego dio a los senadores Emilio Cantarero y José Genoud. El registro de la SIDE no dice a través de quién atendió ese día De Santibañes a Pontaquarto. Pero el 22 de agosto de ese año –el día que se inició la causa por los sobornos– Pontaquarto también se entrevistó con De Santibañes. Y en el informe figura específicamente que en esa oportunidad el ex secretario parlamentario fue recibido en el sector cinco por Gladys. La secretaria negó que se tratara de ella, aunque no convenció a quienes la estaban interrogando.
Según la declaración de Mota, ella conoció a Pontaquarto recién después de haber dejado la SIDE, cuando el ex secretario parlamentario fue a entrevistarse con De Santibañes en las oficinas que el banquero tiene en la calle Maipú. Reconoció que luego de esa reunión el ahora arrepentido siguió llamando a su jefe porque tenía “problemas laborales” y aunque muchas veces el banquero no lo atendía, ella “le prestaba la oreja”.
Ese fragmento del testimonio coincide con la declaración de Pontaquarto, quien señaló que luego de que De Santibañes dejara la SIDE siguió negociando con él y con su sucesor, Carlos Becerra, un puesto como representante del organismo de inteligencia en París. “Mota acredita que había una relación entre De Santibañes y Pontaquarto y, por otro lado, no se explica cómo la mujer le ‘prestaba la oreja’ a alguien que no conocía o que sólo había visto una vez en su vida”, explicó uno de los investigadores. El mismo informante destacó que Mota señaló que su horario de trabajo en la SIDE podía extenderse hasta “las diez de la noche” y que por lo tanto, es verosímil que hubiese estado allí la noche de la supuesta entrega del dinero.
Para investigadores de la causa, las contradicciones en el testimonio fueron “evidentes” pero, además, allí hay datos que son fácil de corroborar. El juzgado deberá establecer, por ejemplo, cómo era elmecanismo de registro de quienes entraban a la SIDE. La secretaria aseguró que la forma de controlar las entradas y salidas se cambió porque el método no era satisfactorio.
Mota sorprendió a los presentes en la audiencia al sugerir que el ex jefe de la SIDE no manejaba la plata del organismo. “¿Quién tenía acceso a la bóveda?”, le preguntaron. La secretaria sólo mencionó al ex director de finanzas, Juan José Gallea. Sin embargo, en el expediente está acreditado que cuando se trata de retirar grandes sumas de dinero, el señor Cinco debe autorizarlo.
La impresión de quienes estuvieron en el interrogatorio es que a pesar de los recurrentes “no me acuerdo”, la mujer no tenía problemas de memoria. El accidente que sufrió la afectó físicamente. De hecho, un sobrino que la acompañó durante la audiencia le calmó los dolores de sus piernas y le alcanzó una pastilla. Para poder presentarse ante el juez, además, fue necesario que le retiraran de a poco la medicación. Pero Mota no se amparó en esa situación sino que justificó sus lagunas porque “ya pasaron tres años” y porque era una persona que da “vuelta la página” y mira “para delante”. También admitió que no quedaban registros escritos (como agendas) o datos en computadora sobre sus días como secretaria del jefe de la SIDE.
“Es una testigo paga”, deslizaban irónicamente y no tanto en los pasillos de Comodoro Py. No acusaban a Mota de haber recibido plata para desmentir a Pontaquarto. Pero sí hacían alusión a que todavía hoy cobra 4200 pesos (más la obra social) como empleada de De Santibañes. Ni los fiscales ni Canicoba Corral tienen intención de denunciar de inmediato a Mota por falso testimonio pero es probable que en el transcurso de la investigación alguno de los investigadores del caso reclame esa medida. “Por ahora no es lo más importante. Hay que esperar que se completen las indagatorias que ya están previstas y que se resuelvan las situaciones procesales de esos imputados. Puede ser que el juez pida que le extraigan testimonio cuando dé a conocer la resolución, si no lo hace, alguno de los interesados la va a denunciar”, explicó un funcionario judicial.
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