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El rector de la Universidad de Buenos Aires, Guillermo Jaim Etcheverry, volvió a pregonar el lema “gratuidad con responsabilidad”, esta vez como objetivo principal para concretar este año. Las exigencias serían tanto para estudiantes y graduados como para docentes. Aprobar una materia por año para conservar la regularidad de los alumnos, que los que ya terminaron sus estudios hagan aportes mensuales para solventar más becas y la implementación de exámenes para la revalidación de los títulos de los profesores son algunas de sus ideas. El sucesor de Oscar Shuberoff también disparó sus dardos contra quienes “pretenden convertir a la universidad en una empresa de servicios”.
Desde el primer día de su gestión, en mayo de 2002, el médico Jaim Etcheverry sostiene que la gratuidad de la universidad debe cumplirse sin dejar de lado ciertas exigencias. “Enseñar y estudiar en una facultad no son un pasatiempo para los momentos libres. El Estado y la sociedad están haciendo una inversión muy justificada para formarlos y no debemos seguir siendo tan permisivos con docentes y estudiantes”, sostuvo en un reportaje que dio a la agencia DyN.
Las exigencias, para el rector, están vinculadas con “responsabilidades” que hace extensivas a todos los sectores que participan de la educación universitaria. Con el objetivo de no hacer “más superficial y sencilla” su carrera, proyecta para los estudiantes que tengan que aprobar por lo menos una materia por año para mantener su regularidad. Actualmente, los 300 mil alumnos que asisten a la UBA deben cumplir con dos asignaturas cada dos años.
La conservación de la gratuidad tampoco debe conservarse a costa de “aliviar la tarea de sus docentes”, aseguró Jaim Etcheverry. Para ellos, propone concursos y exámenes de revalidación de sus títulos. Mientras que serían los graduados los que aportarían entre 10 y 20 pesos por mes para aumentar la cantidad de alumnos que reciben becas. “Hasta el momento –detalló– tenemos mil quinientos becados, que es un número irrisorio para los estudiantes que tiene la UBA.”
Entre sus planes para el 2004 también prevé reemplazar la actual Ley de Educación Superior sancionada durante el menemismo. “Antes de mi gestión hubo muchas apelaciones de autoridades universitarias a esta ley por invasión del Estado a la autonomía de las casas de altos estudios en diversas cuestiones internas, como lo son la distribución de los presupuestos, la evaluación y acreditación de carreras”, detalló y adelantó que ya hay un grupo de juristas trabajando.
El rector de la UBA también se expresó en contra de quienes “pretenden convertir a la universidad en una empresa de servicios”. En su búsqueda de la eficiencia, “la misión esencial de la universidad no debe transformarse en una empresa generadora de cualquier tipo de recursos, en una explotación de franquicias de la más diversa naturaleza o en un conjunto de mecanismos que permitan escapar al control social”, opinó.
Si bien admitió que las universidades deben “transparentar el origen y destino de sus fondos”, Jaim Etcheverry sostuvo que es “injusto” el hecho de que se quiera privilegiar el interés de los estudiantes por sobre el objetivo de generar conocimientos. “No somos gestores de negocios que responden a intereses de personas o de grupos, somos hombres y mujeres de la cultura”, concluyó.