EL PAíS
› REUNION DE ALTO NIVEL ENTRE CHILENOS Y ARGENTINOS
Binacional y “estratégica”
Estuvo medio gabinete, la senadora Kirchner y el presidente del socialismo chileno. Se compararon las experiencias de gobierno y las vías para un acercamiento entre los dos países.
› Por Martín Piqué
Todo depende del cristal con que se mire, y el mundo se ve más agradable desde los ventanales del Sheraton Park Tower. La postal que se observa desde el piso 24 del hotel de Retiro muestra una ciudad idílica, bañada por el sol, llena de espacios verdes y con un río que empieza a brillar por la luz del atardecer. Rodeados por esa panorámica, varios miembros del gabinete y la senadora Cristina Fernández de Kirchner se reunieron ayer con miembros del Partido Socialista de Chile para comparar las experiencias de gobierno en ambos países. Hablaron del “modelo chileno”, de cómo la alianza entre socialistas y democristianos logró gobernar Chile durante quince años, y también de la “movilización popular” que los trasandinos dicen ver en la Argentina.
“Recién, cuando entrábamos, recordábamos los viejos cánticos”, contó el ministro de Educación, Daniel Filmus, uno de los asistentes argentinos del encuentro. Se refería a una de las consignas más populares de los ‘70, cuando los jóvenes peronistas cantaban “qué lindo que va a ser/ el Hospital de Niños en el Sheraton Hotel”. Pero no habían niños en el hotel sino turistas extranjeros, estadounidenses y latinoamericanos, que consumían con la autoridad que dan los dólares. Eso no impidió que tanto anfitriones como visitantes recordaran viejas anécdotas de la militancia. Aunque a la hora de las coincidencias uno de los puntos destacados fue el orden fiscal, una virtud ortodoxa más propia de estos tiempos.
La reunión se realizó en el salón Aguila, en el último piso del Sheraton, y comenzó con un almuerzo entre las dos comitivas. Por el lado argentino estaban Cristina Kirchner, el jefe de Gabinete Alberto Fernández, los ministros Filmus y Julio De Vido, el gobernador de Santa Cruz Sergio Acevedo, la titular del Banco Nación Felisa Miceli, el jefe de la SIDE Héctor Icazuriaga, y el subsecretario de Relaciones Institucionales de la Cancillería, Marcelo Fuentes. Entre los visitantes estaban el presidente del Partido Socialista chileno, Gonzalo Martner, el embajador de Chile, Juan Gabriel Valdés, y el senador Jaime Gazmuri, uno de los hombres más influyentes de la Concertación, entre otros.
La idea de reunirse había surgido de una cena en la embajada de Chile a la que habían asistido Cristina Kirchner y Alberto Fernández. Según los funcionarios argentinos, el chileno Ricardo Lagos se mostró muy interesado por la propuesta porque, dicen, quiere “dar una señal de acercamiento hacia Kirchner”. “A Lagos le cuesta mucho la relación con Lula”, argumentó un ministro muy cercano al Presidente para explicar los necesidades del otro lado de la cordillera. “Queremos una relación estratégica con Argentina, tener un vínculo más fuerte a nivel político y cierto tipo de complicidad en los objetivos”, aseguró a Página/12 el embajador de Chile confirmando de alguna forma las interpretaciones locales. Pero la decisión de estrechar lazos tiene también explicaciones económicas.
Sentados en torno de una larga mesa, argentinos y chilenos analizaron la situación económica de ambos países, compartiendo la experiencia de los ‘90 en Argentina con el período de los ‘70 y ‘80 en Chile, cuando el dictador Augusto Pinochet subordinó todos los derechos –hasta los más esenciales– al desarrollo de la economía. Los socialistas chilenos se defendieron de las críticas de continuismo en materia económica, argumentando que ellos le pusieron “un condimento de más solidaridad” al modelo iniciado por el pinochetismo. Los presentes también destacaron que en Chile no se privatizó el cobre, uno de los recursos esenciales de la economía, mientras que aquí el proceso de privatizaciones no tuvo límites.
También se habló de las “dificultades para la integración de los dos países”, una cuestión que preocupa tanto a chilenos como a argentinos. En este tema, la firma del acuerdo bilateral de comercio entre Chile y Estados Unidos supone un gran obstáculo para la consolidación del Mercosur. Sin embargo, los argentinos coincidían con sus invitados en que la relación de Chile con Washington es muy diferente porque casi no tiene deuda externa: en relación con el PBI su deuda es la más baja de América latina. “Es un acuerdo comercial, no excluyente. Por las características de su economía, Chile no puede casarse con uno”, repetía un funcionario argentino tras escuchar a los socialistas trasandinos.
Convocada bajo el título “encuentro en Buenos Aires para la democracia y el progreso de nuestros pueblos”, la reunión mostró las diferencias entre el kirchnerismo y el PJ en sus afinidades internacionales. Mientras que el justicialismo, tradicionalmente, se sintió aliado de la Democracia Cristiana, las filas kirchneristas están mucho más cerca del socialismo, el otro socio mayor de la Concertación chilena. De hecho, en el Sheraton, uno de los funcionarios del gabinete contó que los chilenos no quisieron reunirse con el PJ y pidieron un encuentro con los principales cuadros de la administración Kirchner. Para explicar esas preferencias, el ministro ya citado ponía como ejemplo la relación con el PT brasileño: “Una cosa es José Dirceu y el ala política, y otra muy distinta Palocci y el titular del Banco Central”.
El encuentro seguirá hoy a partir del mediodía, con la discusión de la política internacional –Irak, Estados Unidos, Bolivia– y el análisis de alguna acción concreta para que la buena onda no quede en palabras. La intención es evitar que la relación entre chilenos y argentinos quede restringida en la discusión de límites fronterizos. Paradojas del destino, así fue como Cristina Kirchner conoció a Jaime Gazmuri, uno de los líderes del partido de Salvador Allende.