Para no arruinarle el día a Néstor Kirchner, los gobernadores justicialistas desistieron de participar en masa del acto de mañana, donde el Presidente anunciará la creación de un Museo de la Memoria en la ESMA. La reacción adversa que los mandatarios generaron entre los organismos de derechos humanos obligó a último momento un cambio de planes, y sólo un puñado de ellos terminaría fotografiándose con el Presidente.
El rechazo era hasta ahora un secreto a voces. Pero ayer terminó corporizándose en la figura de Felipe Solá.
–Si va Solá, no vamos nosotros –lanzó Hebe de Bonafini.
La titular de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo justificó la decisión. “En las cárceles de las provincias y en las comisarías se tortura”, dijo, remarcando el plural, como para que no hubiera dudas de que la acusación tenía muchos más destinatarios que el gobernador bonaerense.
De hecho, minutos después ofreció algunos otros nombres de mandatarios objetados: Juan Carlos Romero, de Salta –“tiene un olor a Menem que no se soporta”–, el puntano Alberto Rodríguez Saá, y la santiagueña Nina Aragonés de Juárez.
En rigor, Solá fue el promotor de la presencia justicialista en el acto donde Kirchner anunciará la creación del Museo de la Memoria.
“Hay que apoyar lo de la ESMA”, mocionó la semana pasada ante sus pares. En aquella reunión, celebrada en la residencia del gobernador cordobés, nadie puso reparos. Más aún, José Manuel de la Sota, en su papel de anfitrión, anunció públicamente la decisión sin ningún tipo de cabildeos.
Las especulaciones sobrevinieron después.
Hubo temor por lo que pudiera suceder arriba del escenario. ¿Se animarían gobernadores como el propio Romero, o Angel Maza, de La Rioja, a prestarse para una foto en la ESMA luego de haber reivindicado la política de “pacificación” de Carlos Menem?
El temor después se trasladó hacia lo que pudiera suceder debajo del escenario. ¿Aceptarían sin chistar los organismos de derechos humanos a referentes políticos que hace apenas unos años reivindicaban las prácticas menemistas, aunque ahora el líder sea Kirchner? Las palabras de Bonafini demostraron que no.
Al fin de cuentas, el gesto político de Solá para reivindicar al Presidente terminó creando un problema donde no lo había. No por casualidad Eduardo Fellner, después de una visita a la Casa Rosada, anunció su decisión de no participar del acto del 24 de marzo.
El gobernador jujeño, que el viernes será ungido titular del PJ, respondió a una orden del Gobierno. El objetivo: generar un efecto en cadena para desactivar la presencia masiva de los mandatarios justicialistas. En ese sentido se entendieron las palabras con las que el ministro de Defensa, José Pampuro, avaló el paso al costado de Fellner para no confundir lo “partidario” con lo “individual”.
–Nosotros no cursamos invitación a nadie, el que quiere ir irá –dijo ayer Kirchner, reforzando la idea de que no estuvo en mente del Gobierno una convocatoria orgánica del PJ.
La mayoría de los mandatarios entendieron el mensaje, y para no poner en aprietos al Presidente decidieron pegar el faltazo, amén de que muchos no hubieran ido de todos modos, ante la posibilidad de ser eventuales blancos del repudio. El entrerriano Jorge Busti quiso quedar a salvo de esas especulaciones al anunciar su “imposibilidad material” de concurrir: “Yo no tengo que rendir examen ante nadie”, dijo.
No obstante eso, se volvía imposible detener el debate sobre quién se puede arrogar el derecho de vetar presencias en la ESMA. “La mayoría de los desaparecidos son justicialistas, ¿por qué ahora debemos aceptar estar en listas negras para ir a un acto?”, exageró otro mandatario ante Página/12, aunque pidiendo reserva de su nombre. Lo cierto es que, fuera y dentro del Gobierno, los justicialistas evaluaban anoche que la mejor salida hubiese sido expresar la “adhesión” a la creación del Museo de la Memoria, ya que eso no comprometía la presencia de nadie.
Aun así, hay algunos gobernadores que se consideran a salvo de las críticas y que, por lo tanto, darán el presente para fotografiarse con Kirchner. Uno de ellos es el santacruceño Sergio Acevedo; el otro, el chubutense Mario Das Neves.
En cambio, son muchos los que están buscando un argumento para no estar, como los nombrados De la Sota, Rodríguez Saá, Juárez, Romero y Maza, y también José Alperovich (Tucumán), Carlos Rovira (Misiones), Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa) y José Luis Gioja (San Juan). En esa tarea también debe estar Solá, sobre todo después de las fuertes palabras de Bonafini. Sin embargo, anoche el gobernador hizo trascender que recién hoy definirá si participará o no del acto en la ESMA.