EL PAíS
› JOAN MANUEL SERRAT
“La verdad duele”
› Por Mariano Blejman
–¿Cómo fue estar en la ESMA?
–Uno se prepara siempre para estas cosas. Pero uno no sabe hasta qué punto el recuerdo, la memoria, las caras, van a volver a aparecer de nuevo. Y sí, es difícil porque todo vuelve. Ha sido un día muy hermoso, pero es también un día que espero que sea un punto de partida, que el símbolo que representa la entrega a los organismos de Derechos Humanos de un lugar de tortura, represión y dolor para tantos y tantos argentinos y no argentinos, sea un lugar desde el cual podamos pasar a la esperanza y a un tiempo más justo.
–Fue otro día donde no se sintió extranjero...
–Hoy me siento especialmente ciudadano de esta tierra. Me siento especialmente unido, porque mi relación con Argentina pasa precisamente, no todo por lo que Argentina me ha dado, sino también por todo lo que en la Argentina me han quitado.
–Además, es un momento especial que vive España, ¿fue también un homenaje para las víctimas del 11-M?
–Me gustaría que cada una de las cosas que hago a lo largo de cada día no fuera un mero recordatorio, sino que estuviera realmente conectado con lo que ocurre en España. Mi comportamiento es que siempre me enfrento a todo lo que el terror quiera enfrentarme.
–Fue fuerte ver a la gente caminar dentro de la ESMA.
–Desde el escenario alcancé a ver gente moverse por dentro del predio, pero pienso sobre todo lo terrible que debe haber sido para los que han vivido directamente la experiencia. Lo poco que nos pueden contar, los fantasmas por los que deben enfrentarse en cada paso de los que pasaron por ahí. Y sobre todo lo terrible que debe ser para las madres pisar los mismos lugares por donde saben que arrastraron a sus hijos. Esto sí que hay que superarlo, esto ya es por la verdad. Y cuando tenemos la verdad delante, la verdad duele, hay que superar esta verdad que duele porque es la única manera de ganar el futuro.
–A la vez es un reconocimiento para el arte...
–Ni León, ni Víctor, ni yo hemos esperado ningún tipo de reconocimientos en este sentido. Lo único que hicimos fue estar en el sitio que nos tocaba estar. Lo que ocurre es que la canción popular en este país ha estado y sigue estando del lado de la gente. Nuestra presencia no era sencillamente coyuntural, sino que ha sido una prórroga de lo que ha sido acompañar, incluso a uno de los músicos, no ha sido un músico más: Víctor es hermano de desaparecidos y por tanto para él ha sido una situación doblemente especial.
–¿El arte cura?
–Acompaña, ojalá yo fuera capaz de curar.