EL PAíS
› SOLA ACEPTO LA RENUNCIA DE
RIVARA Y NOMBRO, INTERINAMENTE, A GIANNETTASIO
A la espera de encontrar el especialista
El gobernador recibió la dimisión de su hombre de confianza. Tras dialogar con Kirchner, designó a la vicegobernadora en Seguridad. Pero Giannettasio durará poco. Solá quiere en el cargo a un experto y sondea a Arslanian.
› Por Martín Piqué
Tras aceptar, en la mañana de ayer, la renuncia del ministro de Seguridad, Raúl Rivara, el gobernador Felipe Solá confirmó que la provincia creará, junto con la Nación, una fuerza de policía metropolitana que actuará en la ciudad y el conurbano bonaerense. Tal como anticipó el martes Página/12, la decisión forma parte de un plan más amplio que se ejecutará gradualmente hasta que se consolide “una nueva policía”. Solá reafirmó el anuncio tras analizar el tema con Néstor Kirchner, con quien compartió un acto en Berazategui y un viaje en el helicóptero marca Sikorsky que usa el Presidente. La sorpresa del día fue la designación interina de la vicegobernadora Graciela Giannettasio, una novel absoluta en esos temas, al frente del Ministerio de Seguridad. Anoche, Solá explicó el punto, mediante una lectura política. “Significa un compromiso político de la fórmula (bonaerense) con el tema de la seguridad”, dijo.
En La Plata sabían que ayer era un día clave para el gobernador y su flanco más expuesto: la política de seguridad. Como la renuncia de Rivara era un hecho –se la había ofrecido a Solá el martes a la noche–, el gobierno bonaerense debía encontrar un reemplazante para que el cargo no quedara acéfalo. En especial, Solá quería dar una señal política que mostrara que la provincia enfrentaba la situación del conurbano: ese gesto, también, era una forma de anticiparse a la marcha de hoy al Congreso convocada por el padre de Axel Blumberg.
El problema era que esa urgencia por hacer anuncios se le oponía la compleja negociación con el gobierno nacional. Aunque con la Casa Rosada ya habían acuerdos de base –crear una policía metropolitana que actúe en la ciudad y el conurbano, y avanzar con toda la vocación política para completar la reforma de la Bonaerense–, las dos administraciones no lograban convencer al sucesor deseado por ambas. Se trataba de León Carlos Arslanian, el impulsor de la reforma policial en la segunda gobernación de Eduardo Duhalde, reforma que trató de completar lo que había intentado hacer Luis Brunati en la gestión de Antonio Cafiero.
Pero, hasta anoche, Arslanian no aceptaba el cargo y como contrapropuesta ofrecía a un hombre de su equipo. La negociación aún no está terminada. Si el jurista llegara a aceptar, se recuperaría la política que había sido archivada por pedido de Carlos Ruckauf en plena campaña por la gobernación en 1999. Por todo esto, como la definición del nombre se postergaba, Solá tuvo que salir a buscar un reemplazante que ocupara la cartera de Seguridad en forma interina. El primer nombre que había sonado era el del ministro de Justicia, Edgardo Di Rocco. Pero tras hablarlo con el Presidente, Solá decidió ofrecerle el puesto a Giannettasio. Como Rivara –ingeniero agrónomo–, Giannettasio no tiene ningún antecedente en materia de seguridad: fue ministra de Educación del gobierno de Duhalde.
“Acá no hay nada de voluntarismo”, aseguró anoche Giannettasio ante los periodistas, con el rostro tan serio que llamaba la atención. Y prometió que consultaría a los especialistas en seguridad de las universidades públicas. En ese punto la designación de Giannettasio no mostraba mucha lógica, pero lo cierto es que el nombramiento respondía a otras causas. Como se presume que el verdadero experto asumirá en poco tiempo, el desembarco de la vicegobernadora en un área tan caliente respondía a la necesidad de comprometer a la Legislatura en el impulso a las reformas. Hasta hace poco fervientes defensores de la mano dura, en La Plata prevén que muchos legisladores bonaerenses no mostrarán mucho entusiasmo en crear una nueva policía que le quite más poder a la Bonaerense.
Solá ya pidió cambios en las leyes de tenencia de armas: que la posesión de armas de la policía, o armas comunes sin papeles deje de ser una simple contravención y pase a ser un delito grave. También solicitó que el narcotráfico pueda ser perseguido por la justicia común y no por la justicia federal, como sucede hasta ahora en la provincia. El gobernador cree que de esa forma se podrá acelerar la actuación de policía y también de la justicia. Pero esto no es todo: la decisión de crear una nueva policía metropolitana obligará a cambiar leyes provinciales y nacionales que regulan la cuestión de las jurisdicciones. Anoche, Giannettasio –una mujer de extrema confianza de Chiche Duhalde– pareció mostrar disposición en ese sentido: habló de “una nueva policía”.
El gobernador habló de estos temas con Kirchner cuando volvían de Berazategui en el helicóptero presidencial. El vuelo hasta el helipuerto de la Rosada duró quince minutos. Cuando el aparato tocó tierra, Solá no ingresó a la Rosada con el Presidente: se subió a un automóvil y regresó a La Plata donde lo esperaban los periodistas para que hiciera los anuncios en una conferencia de prensa. Aunque ya lo había conversado con Kirchner el martes en una conversación telefónica, Solá aprovechó el viaje para contarle que nombraría a Giannettasio. Un rato antes, en el acto en Berazategui, Kirchner había dicho que las reformas en la policía eran “responsabilidad del gobernador”. “La gente tiene que recuperar la credibilidad en las instituciones y nosotros proceder con el caiga quién caiga”, había destacado como si quisiera crear un eslogan.
La renuncia de Rivara –alimentada por sus propios errores y por las críticas cada vez más generalizadas a su gestión– venía barajándose desde hace varios días. Finalmente, se concretó un día antes de la marcha al Congreso convocada por el padre de Blumberg. Convertida en una silla eléctrica, la cartera de Seguridad es un lugar muy poco deseado por los dirigentes de la provincia de Buenos Aires. Lo pudo comprobar el propio gobernador, a quien le resultó muy difícil encontrar un reemplazante. La dificultad se debía no sólo a la poca (o nula) disposición de los bonaerenses para asumir en ese ministerio. También influía la negociación con el Gobierno de la que dependía el lanzamiento de una nueva política de seguridad para el conurbano y la ciudad de Buenos Aires.
Solá aprovechó el reemplazo de Rivara para anunciar más cambios en su gabinete. Su idea fue hacer un relanzamiento general de su gestión en momentos en que padece fuertes cuestionamientos principalmente en materia de seguridad. También fue una movida preventiva, porque algunos intendentes del conurbano advirtieron a Solá que se escuchan voces muy críticas a su gestión entre los duhaldistas más acérrimos.
Aunque apremiado por la crisis de seguridad, el gobernador sabe que ese escenario está en el horizonte. Una de sus primeras reacciones fue reorganizar el gabinete, dividiendo el ministerio de Trabajo y Desarrollo Humano. La última cartera quedará en manos de Juan Pablo Cafiero, mientras que Roberto Mouillerón asumirá la primera. En Asuntos Agrarios seguirá Indalesio Oroquita, mientras que en Producción asumirá el empresario Gustavo Lopetegui, de los supermercados Eki y muy allegado a Mauricio Macri, pero también amigo del propio Solá y del jefe de Gabinete, Alberto Fernández.