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› ARSLANIAN Y GIANNETTASIO AJUSTARON AYER EL PLAN DE SEGURIDAD
A ver si alcanza el presupuesto
El dinero para ejecutar el plan fue uno de los temas que consultaron y un asunto que separa a la Rosada de Solá.
Ayer, Duhalde pidió que Nación y provincia trabajen en conjunto.
Cautela, silencio, bajo perfil. Todo ha cambiado en sólo unos días, el tiempo que lleva León Arslanian en su nuevo cargo: tras un lapso de desconcierto y de críticas cruzadas, la Nación y la provincia ya no se reprochan en público por la inseguridad. Lo demuestra el mutismo de Arslanian, quien ayer se reunió en La Plata con la vicegobernadora Graciela Giannettasio para analizar temas administrativos y presupuestarios de la cartera, y las declaraciones de Eduardo Duhalde desde Francia, que lo mostraron otra vez en su aficionado rol de componedor. “Lo primero que hay que hacer es abordar en conjunto, el presidente Kirchner y el ingeniero Solá, el problema es muy serio”, exhortó ayer Duhalde en referencia a los delitos cometidos en el conurbano, un día después de que un comerciante fuera asesinado en Castelar.
Tras dos días de reuniones reservadas con funcionarios nacionales y provinciales –el jueves se había reunido con Solá en su estudio jurídico del centro–, Arslanian viajó ayer a La Plata para entrevistarse con Giannettasio. No se trató de un primer acercamiento: desde que aceptó el cargo, Arslanian viene hablando en forma diaria con la vicegobernadora bonaerense. La relación entre ambos es excelente desde la primera gestión del ministro, en 1998, cuando el jurista impulsaba la reforma policial y la entonces directora general de Escuelas lo acompañaba como una de sus más fervientes defensoras en el gabinete de Duhalde. “Giannettasio mantiene un contacto permanente con Arslanian para brindarle toda la información que el ministro requiere”, confirmaron desde el entorno de la vicegobernadora.
La reunión entre Arslanian y Giannettasio duró dos horas, y aunque ninguno de los dos hizo declaraciones, trascendió que hablaron del presupuesto del Ministerio de Seguridad. Ese es, justamente, uno de los puntos de desacuerdo entre el gobierno nacional y la administración bonaerense: Solá pidió un aumento de 800 millones de pesos en la coparticipación que recibe Buenos Aires para destinarlos a la lucha contra el delito. Ese pedido generó cortocircuitos en la relación, que ya venía complicada, porque el gobernador exteriorizó sus argumentos en dos reportajes publicados el fin de semana pasado. En referencia a ese tema, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, dijo que “esas cosas no se discuten por los diarios”. No hacía falta agregar que, a pesar del mandato de guardar silencio, ese mensaje iba dirigido al gobernador.
Duhalde es consciente de los tironeos que afectan la relación entre Nación y provincia. Por eso, desde Francia, instó a Kirchner y a Solá a “trabajar en conjunto” para solucionar el problema de la seguridad. Pese a la distancia, el ex presidente estuvo muy activo durante toda la semana: habló con Arslanian dos días antes de que éste aceptara el cargo y le dijo que estaba arrepentido de haber interrumpido la reforma policial a instancias de Carlos Ru-ckauf. Luego movió sus piezas para cumplir con otra de las exigencias de Arslanian, quien quería pruebas de que no había una brecha entre la Casa Rosada y la provincia de Buenos Aires. Finalmente, cuando Arslanian aceptó el puesto, Duhalde ocupó su tiempo en tratar de mediar entre Solá y el Gobierno para aliviar la bronca del kirchnerismo por los reclamos de dinero del gobernador.
“Lo que él quería hacer ya lo hizo”, exponía anoche un ex ministro que suele colaborar con Duhalde. Quería mostrar el agrado del titular de la comisión de delegados permanentes del Mercosur por la asunción de Arslanian. Ese agrado quedó expuesto en el elogio que le dedicó al ex camarista que juzgó a los comandantes de la dictadura. “Es un patriota”, dijo Duhalde cuando se enteró de la noticia. Pero entre tantos éxitos, el bonaerense se hizo tiempo para otras preocupaciones menos urgentes, tal vez, pero más clásicas. Preguntó cómo había salido Banfield contra Racing –un partido que, casualmente, implicaba una competencia con Kirchner–. El partido terminó con el triunfo de Banfield, 3 a 1.
Además de afinar el plan para el conurbano, Arslanian tiene la tarea colateral, y no menor, de sintonizarlo con el plan nacional contra la inseguridad que está pergeñando el ministro de Justicia de la Nación, Gustavo Beliz, con quien mantiene conversaciones telefónicas diarias. El secretario de Seguridad Interior, Norberto Quantín, suele ser otro de los interlocutores habituales del ex camarista.
En cuanto a Duhalde, su nueva preocupación pasa por brindarle un apoyo blindado a Solá y por aliviar la relación de éste con la Rosada.
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