EL PAíS
› EL JEFE DE LA BANDA ADMITIO EL SECUESTRO DE AXEL, PERO DIJO QUE LO MATO UN COMPLICE
Una confesión pesada como un Oso
Martín “El Oso” Peralta admitió ante el fiscal Jorge Sica su participación en el secuestro de Blumberg. Dijo que el joven fue asesinado por intentar escaparse. Pero aseguró que fue “El Negro” Díaz el autor del disparo.
De todos modos, sigue habiendo contradicciones y muchos puntos oscuros.
Martín “El Oso” Peralta ya no camina tranquilo. Además de seguir preso, sindicado como cabecilla de la banda que secuestró y asesinó a Axel Blumberg, ayer confesó su participación en el hecho, pero según su versión –que está siendo chequeada por los investigadores– fue uno de sus cómplices, José “El Negro” Díaz, el que disparó el balazo que mató al joven estudiante de ingeniería. Tal como había adelantado Página/12 en su edición de ayer, “El Oso” contó que el trágico desenlace se produjo porque el joven intentó escapar luego de verles el rostro a los secuestradores. Peralta habría negado que se trató de una fría ejecución, que es lo que aparenta haber sido, sino que se trató “de un accidente”, durante un forcejeo entre víctima y victimarios. Más allá del testimonio del principal implicado, hay una serie de detalles que no terminan de cerrar y el fiscal Jorge Sica, que ayer trabajó todo el día en el caso, podría disponer careos entre los tres detenidos en Córdoba, “El Oso” Peralta, “El Negro” Díaz y Ramón Ricardo Bazán. El fiscal está analizando coincidencias y diferencias en las indagatorias de los tres, con la finalidad de armar lo que todavía es un rompecabezas: es poco creíble que lo hayan matado porque quiso escapar, cuando lo habían recapturado, podían retenerlo y estaban todavía en condiciones de cobrar el rescate, objetivo primordial cuando se trata de un secuestro extorsivo.
Al mismo tiempo se supo que dos escuchas telefónicas, entre otras pruebas, habrían servido para involucrar en el hecho a otro de los nueve detenidos, Gustavo Arroyo. Son dos las frases grabadas las que llamaron la atención del fiscal federal Sica. “No te hagas problemas que ahora te mandamos otro”, es una de ellas, y la segunda podría tener una connotación fundamental, además de trágica: “Fuimos a ‘trabajar’ al campo”. En el primer caso se supone que otros miembros de la banda enviaban un mensaje en clave que confirmaría el intento de fuga de la víctima. En el segundo, lo que se desprendería es que se dirigían hacia el descampado de La Reja, cerca del barrio Santa Paula, donde estuvo cautivo Axel. En ese basural fue asesinado el joven de un disparo en la sien que no parecería fruto de un “accidente”, como afirmó “El Oso” en su indagatoria.
Fuentes de la fiscalía confirmaron anoche que Peralta “admitió su participación e hizo un relato sobre cómo comenzó el secuestro y cómo se llegó al asesinato de Axel”. La justificación del detenido fue que el chico “quiso escaparse de su lugar de cautiverio” y como había visto el rostro de algunos de los captores, “El Negro” Díaz le pegó un tiro en la cabeza al joven. Para suavizar su acusación, “El Oso” habría señalado que fue “un accidente”, que no hubo intención de matar. Peralta quiere eludir una acusación por privación de la libertad seguida de muerte y quiere atenuar, si es posible, los cargos contra su compañero Díaz. De todos modos, si las pruebas concluyen que al menos los tres, incluyendo a Bazán, estuvieron en el lugar del hecho, difícilmente puedan escapar a una acusación por los dos hechos consecutivos y es casi imposible que eludan la cadena perpetua.
Algunas versiones indicaron que Peralta eludió referirse al tiroteo que mantuvieron con efectivos de la Policía Bonaerense y de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Las fuentes de la fiscalía eludieron dar precisiones sobre ese punto. Si bien algunas versiones indicaron ayer que el tiroteo fue posterior a la muerte del joven, fuentes de la investigación reiteraron que fue exactamente al revés, como ya dijo este diario. El intento por interceptar el Volkswagen Passat blindado ocurrió cerca de las diez de la noche del lunes 22 de marzo, en el barrio Santa Paula, mientras que el homicidio, según las pericias, habrían determinado que se produjo a la 1 de la madrugada del martes, en La Reja, donde se encontró es proyectil utilizado, que atravesó la cabeza de la víctima.
De confirmarse la versión de Peralta, podrían desvanecerse las imputaciones contra el fiscal Sica, a quien el padre de la víctima, Juan Carlos Blumberg, señaló como uno de los principales responsables del fallido pago del rescate. Ayer, una vez conocidas las novedades del día, Blumberg se mostró disconforme. “Todavía quedan muchos puntos oscuros y no queda claro cuál fue la actuación del fiscal ni de la policía”, insistió en diálogo con la prensa. En principio, la versión de “El Oso” podría encajar con la recogida en el barrio, que indicaría que efectivamente Axel pudo escapar de la casilla donde estaba encerrado y trató de escapar, pero igual hay zonas oscuras que siguen siendo analizadas y que dependerán de lo que digan los tres detenidos principales y de los eventuales careos.
“El Oso” Peralta confesó durante las indagatorias realizadas en la madrugada de ayer, que se extendieron hasta las 8, aunque luego los acusados fueron llevados nuevamente a declarar para tratar de unir unos cuantos cabos sueltos. En Córdoba circuló la versión de que se esperaba la detención de una cuarta persona, que sería hermano de uno de los detenidos. Peralta, Díaz y Bazán fueron apresados en La Falda, luego de compartir los tres una cena y cuando estaban por ingresar al cabaret Emir, ubicado sobre la ruta provincial 38. Todo indicaría que las detenciones fueron posibles gracias al testimonio de un “arrepentido”. En el mundo del hampa, al “Oso” se lo conocía con el falso nombre de José Soloaga, mientras que a Díaz lo llamaban “José Sosa”.
Al parecer, Bazán actuaría como testaferro de Peralta, quien tendría una cuenta bancaria por 300 mil pesos y varias propiedades. La información era manejada ayer por la policía cordobesa, pero todavía no había sido confirmada oficialmente. Hasta anoche, era intensa la labor en la fiscalía de San Isidro, en Rolón 109. La Justicia quiere profundizar la investigación sobre las llamadas del celular del subcomisario de la Federal Daniel Graviña, detenido en el caso y acusado de encubrimiento agravado reiterado por sus vínculos con otro de los presos, el reducidor de autos Jorge Sagorsky. Expertos en comunicaciones de Contrainteligencia de la Side analizan las llamadas entrantes y salientes al celular del ex miembro de la cúpula de la comisaría 23 de la Policía Federal.
Los nueve detenidos son el subcomisario Graviña, Peralta, “El Negro” Díaz, Bazán, Elena “La Turca” Barroca, Sagorsky, Arroyo, Juan Carlos González y Pablo Díaz. Sobre la escuchas telefónicas que comprometería a Arroyo, su abogado defensor Rubén Jones refutó la interpretación que hace el fiscal Sica. “Son arbitrarias”, dijo Jones, quien anticipó que su cliente “dará todas las explicaciones del caso, porque es inocente”. Según su versión, “primero hay que establecer que su voz aparece en las escuchas y si es así, explicará el contexto en que hizo las afirmaciones”. Anoche, entre los abogados de los tres principales detenidos se advertía una gran mesura, dado que estaban aguardan que finalizaran las ampliaciones de las indagatorias y los eventuales careos, para saber cuál es en definitiva la gravedad y las pruebas de las imputaciones.
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