EL PAíS
› LA REPRESION A DOCENTES EN SAN LUIS DEJO VEINTE HERIDOS Y MAS DE CINCUENTA DETENIDOS
“Una cacería, actuaban como si fuera el Proceso”
Fueron presos hasta los chicos que iban a un recital, y la policía corrió y gaseó a todo el mundo hasta la madrugada. Hubo escenas de brutalidad, balas y denuncias de tratos humillantes y robos en las comisarías. Rodríguez Saá habló por televisión y dio marcha atrás en la anulación del estatuto docente. La provincia vive en tensión y hay paro de los maestros.
› Por Eduardo Tagliaferro
Por las noches suelen aparecer los peores fantasmas. Al cierre de esta edición, unas setecientas personas reclamaban frente a la comisaría primera de la ciudad de San Luis por la libertad de cuatro detenidos acusados por la policía de daños al Estado provincial, lesiones y resistencia a la autoridad. Se trata de los últimos detenidos luego de una feroz represión que convirtió a la capital puntana en un nuevo infierno. “Fue una cacería, actuaban como si fuera el Proceso”, comentó a este diario una periodista local cuyo hijo fue víctima de la golpiza policial cuando se dirigía a escuchar el recital de un conjunto de rock. La carga de los uniformados comenzó a última hora del viernes, cuando finalizaba una asamblea de docentes. Se prolongó hasta cerca de las cuatro de la mañana del sábado. Hubo más de veinte heridos, algunos de gravedad. Cincuenta y cinco detenidos, de los cuales once fueron menores, algunos de trece y catorce años. La Multisectorial, que ayer marchó durante toda la jornada, convocó para hoy a una nueva concentración frente a la Casa de Gobierno y ratificó para el próximo martes una nueva manifestación frente a la sede del Ejecutivo provincial.
“Yo recepto las críticas y les ofrezco a los docentes, a los funcionarios y a la comunidad, que nos ayuden para destrabar esta situación mediante el único mecanismo racional posible y que se llama diálogo”, dijo ayer el gobernador Alberto Rodríguez Saá en un mensaje grabado que se difundió por las cámaras televisivas del Canal 13 local.
- Estatuto del docente. Palo y palo. La noche del jueves los docentes habían manifestado frente a la sede legislativa para protestar por la derogación a libro cerrado del Estatuto del docente. A pesar de que en un reportaje concedido a Página/12 dos semanas atrás Rodríguez Saá se comprometió a no derogarlo, el jueves, producto de un proceso iniciado el 1 de marzo, que suspendió la vigencia de todas las leyes que no fueran ratificadas o rectificadas por la Legislatura provincial antes del fin de abril, el estatuto quedó al margen de la legalidad. Como repudio, algunos docentes hicieron noche dentro del edificio. “Estuvimos como cinco días trabajando en un nuevo estatuto teniendo en cuenta los anteriores de la década del ‘60 y otro del ‘95. Incluso consultamos un digesto de leyes. Pero no los tomaron en cuenta. Los legisladores son unos levantamanos”, confía a este diario Graciela Murúa, dirigente gremial de los docentes puntanos. Murúa fue precisamente una de las sindicalistas que hizo noche el jueves en la Legislatura. “Me despertó una itakazo en la espalda y las puteadas de un policía. Nos sacaron y nos recibieron con fuego cruzado. A algunas compañeras que se habían encadenado al edificio las golpeaban con las mismas cadenas”, señaló.
- Furia del viernes. Apenas repuestos de esa represión, los docentes tuvieron que vérselas con otra. Cuando finalizaba una asamblea que se realizaba frente a la Casa de Gobierno, donde se encuentra la denominada Carpa de la Dignidad, la policía volvió a la carga con gases y balas de goma. En ese momento, había cerca de cinco mil personas. Durante cerca de seis horas tuvieron que soportar que los uniformados dispararan y golpearan a todo lo que caminaba. Los policías cerraban las esquinas y avanzaban contra quienes quedaban en la cuadra. “Nosotros abrimos la puerta de nuestra radio para que la gente entrara. Ahí vimos cómo desde una Renault Trafic blanca varios policías disparaban a mansalva”, comentó a Página/12 Eduardo Olivares, de FM Dimensión. En el centro puntano los vecinos reaccionaron de manera similar a la de Olivares. La mayoría abrió sus puertas para que los manifestantes pudieran refugiarse de las balas y los gases. A la productora de Olivares, Elisa Sosa, le tocó pasar una noche durísima. Su hijo, de 18 años, junto a dos amigos de 17, habían ido a escuchar un grupo musical local que tocaba en un pub de la avenida Illia. Cuando el joven vio que la policía cortaba la calle se quedó duro contra la pared. “Lo patearon, le dieron un culatazo en el pómulo. Lo trasladaron hasta la comisaría primera y en todo el trayecto un policía iba parado sobre su cabeza”, dice Sosa a este diario. “A esa altura yo no tenía idea de dónde podía estar mi hijo, dejé su nombre a los abogados que estaban presentado hábeas corpus y por suerte ellos me llamaron cuando se difundió un listado de detenidos. Fue terrible, fue una cacería, fue como durante el Proceso”, señaló. Cuando llegó a la comisaría primera, a los amigos de su hijo los estaban por trasladar a la comisaría de menores. A los detenidos allí no les fue mejor. Muchos denunciaron que fueron golpeados, humillados y robados.
“Hasta el momento no recibí ninguna denuncia por apremios ilegales. Eso no quiere decir que no se presenten con el correr de los días”, dijo a este diario el juez del crimen Jorge Sabaini Zapata, magistrado encargado de entender en las actuaciones realizadas por la policía. Al cierre de esta edición, el juez todavía no había recibido los sumarios con las acusaciones policiales contra los últimos cuatro detenidos. Durante la larga noche, la abogada Claudia Rocha, del Colegio de Abogados, se encargó de presentar recursos de amparo y de realizar un listado de detenidos. “Si bien los recursos no fueron aceptados, tuvieron el efecto querido, es decir, logramos la libertad de los detenidos”, concluye Rocha.
En su corrida, la movilización atacó los diarios La República y La Opinión, vinculados a los Rodríguez Saá; una parrilla ubicada cerca de la Plaza Independencia llamada El Arriero; algunas propiedades construidas a comienzos del siglo pasado y refaccionadas muy pintorescamente; el Casino New York City, que tiene en su puerta una réplica de la Estatua de la Libertad y la sede del Partido Unión y Libertad, que se encuentra a dos cuadras de la plaza principal. En su mensaje televisivo, el gobernador Rodríguez Saá adelantó que serán indemnizados los dueños de los edificios dañados. “Todas las propiedades que la gente atacó se las vincula a los Rodríguez Saá”, comentó a este diario una de las manifestantes que pidió no ser nombrada.
A la hora de señalar responsabilidades, Alberto Rodríguez Saá dijo que los incidentes se iniciaron por la participación de “provocadores que seguramente no tenían nada que ver con la Multisectorial, ni con los docentes”. “Yo vi cómo algunos policías de civil quisieron meterse dentro de la carpa de los docentes. Los corrieron y la mayoría logró escapar. Salvo uno al que un joven tumbó y que llevaba una bolsa con gases lacrimógenos. Cuando los manifestantes lo estaban reduciendo, apareció la policía montada que lo reconoció y cargó con más fuerza. Incluso vi cuando el provocador intentó sacar un arma”, comenta a Página/12 un testigo de los hechos que prefiere no dar a conocer su nombre.
La represión no se detuvo ante nada. El abogado Bustos Padovani, de la intendencia de Daniel Pérsico, recibió a corta distancia un tiro en el rostro. Ayer fue operado y aunque estaba fuera de peligro el pronóstico médico no descartaba la posibilidad de que quedara desfigurado. “Quisieron tomar la sede del Ejecutivo comunal”, declaró Pérsico ayer. Varios manifestantes fueron testigos de cómo personal policial intentaba descolgarse hacia el interior del edificio municipal desde los techos adyacentes del Casino Golden. Fueron precisamente los piedrazos de los vecinos los que lo impidieron.
- Sábados Circulares. Desde la primera hora del sábado unos 200 docentes se reunieron en la Carpa de la Dignidad. Marcharon desde la Plaza de la Independencia hasta la Plaza Pringles. Muchos vecinos fueron abandonando sus domicilios para sumarse a la manifestación. Así durante toda la jornada. En la plaza, la asamblea decidió realizar un paro por tiempo indeterminado y convocar a una nueva manifestación para hoy y otra para el martes. El lunes es feriado en San Luis. Se celebra la fiesta religiosa del Cristo de la Quebrada. El obispo local, Jorge Lona, adelantó que “pedirá por los docentes, por los desamparados, por los niños y jóvenes de los hogares religiosos”. En un reportaje concedido a este diario el gobernador había dicho que “la Iglesia quería controlar el Estado”. Ayer Lona dijo que eso era una ironía, ya que “el Estado provincial está controlado por una sola persona”, en referencia a Alberto Rodríguez Saá.
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