Un conflicto institucional se desató en Misiones cuando dos legisladores radicales renunciaron al bloque para integrarse al oficialista Frente Renovador. La decisión llevó a la UCR a pedir la expulsión de esos hombres de la Cámara y el tema intentó tratarse ayer en la Comisión de Asuntos Constitucionales. Pero el debate debió suspenderse a raíz de los incidentes generados primero en las inmediaciones y luego en la propia sede parlamentaria entre partidarios y opositores del gobernador Carlos Rovira.
Los diputados en cuestión son Néstor Ortega y Estela Urbina de Ferreira, quienes renunciaron al radicalismo y se pasaron al partido que tiene como referencia a Rovira. Es por eso que el Frente Renovador denunció que esta maniobra del radicalismo de intentar expulsar a los legisladores obedece a la estrategia pergeñada por el senador Ramón Puerta, quien busca alcanzar los dos tercios de las bancas –reemplazando a los rebeldes por tropa propia– para, posteriormente, iniciar un juicio político contra Rovira.
Desde el radicalismo la explicación que se ofrece es eminentemente técnica: “La renuncia es a la banca de diputado y no solamente al bloque”, expresaron, en una vieja polémica que incluyó a políticos de talla nacional como Chacho Alvarez, a quien Carlos Menem siempre le reclamó sin éxito que dejara su banca cuando se separó del bloque justicialista.
Puerta y Rovira, se sabe, son históricos contrincantes. En las últimas elecciones, el primero buscó la gobernación con el guiño de Eduardo Duhalde, mientras que Rovira contó con el apoyo explícito del presidente Néstor Kirchner. Uno y otro, ex y actual presidente, pusieron el cuerpo en la provincia mesopotámica para inclinar los votos a favor de su preferido.
La presión de la UCR para despojar de sus bancas a Ortega y Ferreira hizo involucrarse en el conflicto al propio Rovira, quien consideró que la Cámara de Representantes se convirtió en una trinchera política “que se ha robado impunemente una banca... y ahora van por más”, señaló. De esta manera, Rovira hizo referencia al caso de la ex diputada Elsa Garayo, que pertenecía al justicialismo y al pasar al Frente Renovador tuvo que dejar su banca dado que, misteriosamente, apareció una renuncia suya.
Sin embargo, la ex diputada denunció en su momento que la firma era falsa, hecho que después fue avalado por un perito del partido y ahora espera la resolución del Superior Tribunal de Justicia. Esta grave irregularidad, a la que se suma el intento de expulsar a Ortega y Ferreira, fue el disparador de la protesta de ayer que los renovadores realizaron frente a la Legislatura.
“Hoy asistimos asombrados al intento de expulsar de la Cámara Legislativa a diputados que han preferido escuchar la voz de sus conciencias y ser fieles al mandato del pueblo misionero. Esta conducta de las bancadas del PJ y la UCR apunta claramente a provocar un golpe institucional que posibilite el retorno de la vieja política”, es la gacetilla que circula por estas horas en la provincia y que lleva la firma de intendentes y concejales renovadores de Misiones.
El vicegobernador Palo Ischirschi también se sumó a las críticas y acusó a Puerta de maniobrar para promover una “crisis de gobernabilidad” en la provincia. “Se encuentra en marcha una deliberada acción destinada a propiciar un golpe institucional de espaldas al pueblo, con el desprecio total de las libertades individuales, que derivaría en una crisis de gobernabilidad en la provincia”, dijo.
En este marco de tensión, militantes de Rovira rompieron el vallado frente a la Legislatura, atravesaron el cordón policial e ingresaron al recinto. El episodio tuvo su correlato puertas adentro, donde algunos legisladores llegaron a tomarse a golpes de puño.
A raíz de los incidentes, el presidente de la Legislatura, el justicialista Luis Alberto Viana suspendió todas las actividades del cuerpo y denunció haber recibido un golpe en la espalda cuando en medio de los enfrentamientos una piedra atravesó la ventana de su despacho, que da a la calle. El conflicto, por supuesto, recién empieza.