EL PAíS
› PANORAMA POLITICO
PORVENIR
› Por J. M. Pasquini Durán
Las estadísticas brasileñas son para la perplejidad. “Mientras en 2002 el trabajo representaba el 50 por ciento de la renta nacional, en 2003 bajó al 36 por ciento” [...] “Existen seis millones de niños/as que viven bajo la línea de la miseria y el déficit de vivienda es de ocho millones.” El año pasado la economía brasileña tuvo un superávit de 66 mil millones de reales y pagó por intereses y servicio de la deuda pública 138 mil millones. “En cambio los gastos en los 16 sectores que conforman el área social fueron de 70 mil millones de reales”, la mitad de lo que se llevaron los acreedores ricos del país y del extranjero. Las cifras fueron expuestas por las organizaciones no gubernamentales que participaron de la Semana Social brasileña en el cuarto año consecutivo que se realiza. También allí señalaron que el presidente Lula da Silva es “rehén de los acreedores” del país.
Vaya uno a saber si es por prevención o para mantener las expectativas populares en alto, el presidente Néstor Kirchner repite a menudo que no se dejará extorsionar por las corporaciones ni por los acreedores. En consonancia con ese compromiso, el ministro Lavagna aclaró que el excedente fiscal del corriente año no saldrá de Argentina. Falta saber cómo será dentro de un año, cuando se cumpla la mitad del mandato presidencial, la distribución de la renta nacional ya que por ahora, agotado el primer año de gestión, todavía es peor que las muestras estadísticas de Brasil. Dado que el próximo martes 25 es la fecha exacta del primer cumpleaños del actual gobierno, en estos días muchos cumplen con el ritual del balance respectivo y, según el cristal con que se mire, constarán méritos y defectos en diversas proporciones. En todas esas conclusiones, sin embargo, hay otra preocupación que emerge al final: el futuro inmediato.
De ese porvenir se ocupó el II Encuentro Nacional Pyme (mayo 2004), donde se revisaron las expectativas de 211 empresarios de esas categorías, los mayores dadores de empleos en la economía nacional, entre las que destacan las siguientes:
- “Durante el próximo semestre la economía nacional mantendrá un crecimiento moderado.
- “Son algo más optimistas en relación con el desarrollo que estiman para su propio sector.
- “El mejoramiento se basaría en la rentabilidad.”
Entre las pyme tradicionales (63 por ciento del total) las opiniones predominantes subrayan:
- “Su progreso está fuertemente condicionado por aspectos externos: bancos, gobierno.
- “Hacen especial hincapié en la necesidad de crédito y en que el Estado promueva la actividad interna y destrabe los procesos de exportación.”
Entre las pyme innovadoras (37 por ciento del total encuestado), las expectativas se apoyan en:
- “Visión del crecimiento más estratégica y a mediano plazo.
- “Importante contribución de la cultura gerencial al desarrollo de la organización: alianzas, exportación, actividades de promoción, apertura de nuevos canales como Internet.”
De cada apartado podrían deducirse variadas especulaciones, pero a los efectos de las predicciones posibles para el segundo año de gestión gubernamental vale subrayar que las opiniones dominantes son de moderado optimismo para el primer semestre de 2005. Contrastan, por cierto, con las opiniones de los publicistas de los conservadores que, de a poco, vuelven a los medios de difusión para pronosticar toda clase de colapsos y declinaciones que hacen poco y nada para conformar una coalición de derecha, ya que lo único que les importa son los negocios en los términos de los años 90. Representan a cabalidad a ciertos concesionarios de servicios públicos que no hacen ningún caso a las advertencias de la realidad y de los usuarios.
El Gobierno, igual que cualquier otro, carece del sentido de humor cuando es objeto de críticas, ya que desde su percepción el maratón del primer año tiene un signo positivo que no pueden mellar los errores y las falencias en el registro de su trayectoria. En opiniones de círculos más íntimos, en sintonía fina, pocos disimulan las opiniones discordantes en el gabinete y la muy escasa recuperación de la eficacia del Estado. Todavía un trámite urgente de solidaridad tiene que pasar al menos por seis instancias administrativas, al cabo de las cuales la emergencia ya dejó de serlo pero no por las respuestas adecuadas sino por el simple paso del tiempo. La organización del Estado inteligente y eficaz, así como la deuda social interna, son rubros que esperan la acción del Gobierno a la vuelta de la esquina, durante su segundo año de mandato.
Los hombres que secundan al Presidente, hombre de temperamento vivo, deberían guardar la cautela debida frente a las críticas y, sobre todo, distinguir con la mayor precisión posible entre enemigos y adversarios para actuar en consecuencia. A propósito, la acción judicial anunciada en contra de Elisa Carrió, titular del ARI, es un buen ejemplo de esa gesticulación inadecuada y confusa que, por un lado, pone al Gobierno en manos de jueces federales de dudosa prosapia y por el otro envía a la sociedad un mensaje de autoritarismo político que no condice con la afirmación presidencial sobre su convicción sobre los derechos humanos y la democracia. Con su trayectoria en el Congreso, la señora Carrió ganó una posición destacada por mérito propio y merece que sus opiniones sean escuchadas con respeto, se las comparta o no, porque provienen de su compromiso con idénticos valores que los reivindicados por Néstor Kirchner.
Con más lentitud que los deseos oficiales, va abriéndose paso la idea de la transversalidad, aunque todavía sin organicidad definida. A manera de referencia de esas aperturas, podría citarse la reciente editorial en su prensa partidaria firmada por Humberto Tumini, cabeza de la Corriente Patria Libre: “Los que poseemos peso y representación en el terreno social, en particular en los barrios humildes, las organizaciones de desocupados y el movimiento obrero, tenemos entonces la responsabilidad de dar todos los pasos necesarios para aportar a la construcción de la fuerza política que el presidente Kirchner necesita para vencer obstáculos y avanzar. Debemos dar cuanto antes –los tiempos corren y se aceleran– pasos en la unidad que potencie nuestro accionar en apoyo y defensa del gobierno nacional; y que paralelamente convoque junto a nosotros a todos aquellos sectores del campo popular con los que compartimos una visión común del presente y del futuro”.
Hay que tener en cuenta que para dirimir la interna peronista que estallará tarde o temprano si se avanza en serio en la reforma política, la eliminación de las cajas negras, la movilización comunitaria, en las batallas contra la corrupción y la impunidad, esa acumulación de fuerzas será determinante para confrontar con el arcaico pero poderoso aparato partidario. Eduardo Duhalde logra excitar el temperamento presidencial cada vez que opina, como hizo en un reportaje de este diario, que las intendencias, en lugar de los sindicatos, son la columna vertebral del peronismo, cuando es sabido que un número no determinado de esos niveles de gobierno están vinculados a actividades delictivas que los conectan en línea recta con la corrupción policial. Una efectiva remoción de los elementos indeseables en las bases institucionales, sin falsas solidaridades de camiseta, será ineludible para consolidar nuevas prácticas políticas en el país. Como se ve, por más que haga el Gobierno siempre hay asuntos de importancia que están apurando la agenda diaria de trabajo. Un año después de la asunción, el maratón recién comienza.