EL PAíS
› DESIGNO A DUPONT Y ESPECHE GIL, DOS CASTIGADOS POR ELLOS
Bielsa irrita a Caselli y Ruckauf
Gregorio Dupont, un discriminado primero por la dictadura y después por el ruckaufismo, será cónsul en Miami. A Suiza irá Seward y no Stock Capella. Y Espeche Gil conducirá América del Norte. El vuelco puede incluir Personal.
Por M. G.
Por recomendación del canciller Rafael Bielsa, el presidente Néstor Kirchner enviará a uno de los destinos más importantes del servicio exterior a uno de los pocos diplomáticos que en plena dictadura se enfrentó a los marinos que controlaban la Cancillería: Gregorio Dupont será cónsul en Miami.
Tras la revelación de este diario sobre los contactos del embajador Juan Carlos Vignaud con una empresa familiar de plomería que tenía domicilio en la residencia pagada por dinero del Estado y teléfono en el celular del consulado en Nueva York.
Bielsa y Kirchner removieron a Vignaud, que ahora afronta un sumario, y designaron a cambio al periodista Héctor Timerman. Funcionarios del Gobierno explicaron que quieren aprovechar los contactos amplios de Timerman de cuando vivió en Nueva York 10 años luego de exiliarse forzado por presiones debido a su campaña por liberar a su padre, el editor Jacobo Timerman.
El Presidente también revocó por decreto la convocatoria que había beneficiado al embajador Federico Barttfeld, que según documentación italiana integró la logia fascista Propaganda Dos.
Barttfeld revistaba bajo el mando del ex vicecanciller de Carlos Ruckauf y actual secretario de Relaciones Económicas, Martín Redrado, que sin embargo esta vez eligió no apoyar su permanencia.
El vértice del poder en la Cancillería, en tiempos de Ruckauf, remataba en Esteban “Cacho” Caselli, alias “El Obispo”, llamado así por su estrecha relación con el secretario de Estado del Vaticano Angelo Sodano, una relación tejida cuando Carlos Menem era presidente.
Dupont fue castigado por Ruckauf cuando, siendo embajador en Israel, lo criticó por frenar los ascensos para beneficiar a un grupo de diplomáticos más permeables y alineados con las relaciones carnales. A comienzos de la dictadura, Dupont cuestionó al entonces vicecanciller, Gualter Allara, por buscar una aproximación del régimen militar con el gobierno racista de Sudáfrica. Después, en 1978, investigó el asesinato de una amiga, la diplomática Elena Holmberg, muerta luego de haber dicho que había habido contactos entre el almirante Emilio Massera y la conducción montonera. La dictadura asesinó a Marcelo Dupont, su hermano.
Al entierro de Holmberg fueron pocos diplomáticos. Con riesgo de vida habló uno, Vicente Espeche Gil. Es el mismo que, siendo ya embajador en el Vaticano, fue sumariado en la Cancillería por orden de Caselli presuntamente por haber sido fuente de un libro de la periodista Olga Wornat sobre la Iglesia católica.
Página/12 pudo saber que Bielsa nombrará a Espeche Gil como director del área de América del Norte.
Otro diplomático de carrera, Antonio Seward, experto en temas económicos, será embajador en Suiza. De ese modo quedó cerrado el camino para otro protegido de Caselli, el todavía director de Ceremonial Eduardo Stock Capella.
Miami es un centro neurálgico. Se cruzan la política norteamericana hacia América latina, los anticastristas cubanos, los circuitos de lavado de dinero, la comunidad de argentinos emigrados y el mundo universitario. De los cónsules anteriores, quien entrevió la importancia de Miami fue Guillermo Jacovella, otro castigado de Ruckauf que viajará a Bélgica como embajador de Kirchner.
La política de barrido, limpieza y designación de diplomáticos de carrera en sintonía con la conducción política actual del Estado podría dar otro paso en los próximos días con un cambio en la estratégica Dirección de Personal. La Nación del viernes informó que sería designado Julio Miller. La noticia, aún no oficializada por la Cancillería, fue recibida de manera excelente por los diplomáticos profesionales, que definen a Miller como un experto sin placer por la intriga y con buen conocimiento de política internacional, pero puso alegres especialmente a quienes fueron postergados, castigados o discriminados durante las gestiones de Guido Di Tella y Carlos Ruckauf.
En su primer año de gestión, Bielsa no se apoyó con fuerza en los diplomáticos de carrera más jóvenes y menos ligados a las trenzas armadas por Caselli, Ruckauf y el menemismo.
Diplomáticos con experiencia que no quisieron revelar su identidad interpretaron ante Página/12 que pudo haber jugado el desconocimiento, pero también el prejuicio de considerar que los diplomáticos son un cuerpo homogéneo.
Con el nombramiento de Dupont, de Seward, de Espeche Gil y, si se confirma, de Miller, Bielsa estará comenzando a invertir su resignación inicial y a marcar una línea que puede fortalecer su ministerio como instrumento del Estado justo cuando la Argentina deberá enfrentar los cimbronazos económicos de Brasil, la recomposición con Chile después del encontronazo energético y la búsqueda de aliados en la negociación de la deuda defaulteada con los acreedores externos.