En el Senado el oficialismo tiene mayoría propia. Esto permitiría suponer que las iniciativas gubernamentales no tendrían que sufrir más de la cuenta. Sin embargo, el apuro con el que se pretende lograr el voto para algunos proyectos demuestra que hasta lo sencillo se vuelve complicado. De esta tendencia no podía salvarse el proyecto del Ejecutivo para enviar tropas de paz a Haití en una misión de Naciones Unidas. A pedido del radicalismo, que presentó varias dudas sobre el carácter pacífico de la misión, los senadores del PJ comprometieron para la semana que viene la presencia de los ministros: José Pampuro, de Defensa, y Rafael Bielsa, de Relaciones Exteriores. El gesto pretende lograr el aval de la UCR para que el tema pueda ser tratado sobre tablas el próximo 2 de junio. “No puedo garantizar que mi bloque dé los dos tercios para tratar el envío de tropas”, adelantó el jefe de la bancada radical, el misionero Mario Losada.
La indecisión de Losada se comprende, en parte, porque recién el próximo martes la bancada del radicalismo discutirá el tema y tomará partido. No tan en voz baja, el misionero se quejó de las urgencias que les imprime el Gobierno a sus proyectos. Incluso se le escuchó decir que pedirá que los temas sean debatidos, aprobados en comisión, y respetados los tiempos reglamentarios para que éstos bajen al recinto. Esto en respuesta a la reiterada exhortación presidencial a la calidad institucional de la Argentina.
“Tengo la certeza de que una misión conjunta con Brasil fortalece una mirada estratégica y también la confianza. Es una oportunidad que permitirá que la voluntad hegemónica no convierta a los Estados de América Latina en democracias vaciadas de contenido”, dijo a este diario la titular de la Comisión de Defensa, la mendocina María Cristina Perceval.
Durante la hora y media que duró el plenario de las comisiones de Defensa y de Relaciones Exteriores, que preside el misionero Ramón Puerta, los legisladores del PJ no lograron convencer a sus pares sobre las dudas que deja la lectura del proyecto oficial. Además de la presencia de los dos ministros, el oficialismo esbozó también que podrían concurrir los responsables del Estado Mayor. La principal duda de los parlamentarios es si la misión de paz tendrá como tarea el mantenimiento de la paz o bien su imposición. Una diferencia que excede largamente lo semántico. El socialista Rubén Giustiniani adelantó su oposición al envío de tropas. Dijo que la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU se encuadra en el artículo 7 de la Carta Orgánica y en él se contempla “eventualmente la imposición de la paz más que el mantenimiento de la paz”.
La duhaldista Mabel Müller también puso reparos al proyecto oficial. Además de mostrar sus dudas sobre si la misión era pacífica o podía tener un perfil más agresivo, la bonaerense cuestionó que el proyecto oficial no establecía término de la misión. Puso el acento en que el plazo original de seis meses es prorrogable sin fecha de finalización. “La misión no supone riesgo para los argentinos”, replicó Perceval. La justicialista mendocina insistió con que se trata de “una operación de mantenimiento de la paz y no de imposición de la paz. No está destinada a realizar operaciones militares ofensivas”. En este tema el riojano Eduardo Menem se alineó con el oficialismo. Se mostró a favor de la misión de paz y calificó a Haití como “una sociedad anarquizada”. Incluso tuvo conceptos elogiosos para las tropas nacionales cuando subrayó que “de todas maneras las fuerzas argentinas han dado muestras de idoneidad en misiones de paz”. El neuquino Pedro Salvatori anticipó su respaldo al proyecto pero objetó la demora con que fue enviado. El senador provincial preguntó “si la premura que se le imprime a la misión dará tiempo, por ejemplo, para la vacunación de los efectivos”. La chicana no hizo carrera. Perceval le respondió que el requisito ya fue cumplido. Es decir que los 500integrantes del Ejército y de la Marina que partirán hacia Haití están vacunados.