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Guadalajara, sin Kirchner
Por Diego Schurman y Fernando Cibeira
Néstor Kirchner decidió suspender su viaje a Guadalajara, donde tenía previsto participar de la Cumbre de Jefes de Estado de Latinoamérica, el Caribe y la Unión Europea. Amén de las especulaciones que suscitará la decisión, el Gobierno explicó que la deserción fue producto del estado de salud del Presidente, quien se está recuperando de un fuerte estado gripal. De todos modos, el Tango 01 aterrizará hoy en México con una representación argentina integrada por los ministros Roberto Lavagna, de Economía; Rafael Bielsa, de Relaciones Exteriores, y también el presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, Eduardo Duhalde.
La explicación oficial corrió por cuenta del médico personal de Kirchner, Luis Buonomo, una cara conocida por la gente gracias a aquellas ruedas de prensa que ofreció en Río Gallegos cuando el Presidente estuvo internado por una gastroduodenitis.
“Yo le aconsejé que no fuera a Guadalajara y que hiciera reposo porque siempre está el riesgo de que la gripe avanzada se transforme en una sinusitis o bronquitis”, detalló el especialista ante una consulta de Página/12.
Buonomo hizo hincapié en el brusco cambio de clima que se producirá, ya que en Guadalajara por estos días se registran temperaturas de hasta 38 grados, lo que terminaría complicando el cuadro gripal que arrastra el Presidente desde el último fin de semana. El sistema de presurización del avión también podría incidir negativamente en la salud de Kirchner.
El vocero presidencial, Miguel Núñez, minimizó el faltazo. Esgrimió que se trata de una “cumbre netamente económica” y aseguró que las reuniones bilaterales que quedarán sin efecto podrán concertarse para un tiempo no muy lejano.
No se trata de fotos desechables: estaban previstos encuentros con el presidente de Francia, Jacques Chirac, con el jefe de gobierno español, José Luis Zapatero, y con el canciller alemán, Gerhard Schroeder. Semejante desplante no parecía tener explicación ayer, sobre todo porque Kirchner mantuvo una agenda completa y hasta se dio el gusto de reinaugurar un hogar de ancianos en San Martín.
“Lo lógico es que guarde reposo. Pero, a pesar de la fiebre, tenía compromisos que no quiso dejar de lado, como el Tedéum del martes y la inauguración del hogar, en donde prometió personalmente que lo restauraría. Pero ya un viaje a México es otra cosa. Son 10 horas de vuelo, con el desgaste que eso conlleva, sumado al cambio brusco de temperatura que podría empeorar su salud”, explicó Núñez.
En la noche del lunes, Buonomo había revisado al Presidente. Tenía 39,7 de fiebre. Le reclamó que el trayecto de la Casa Rosada a la Catedral lo hiciera en auto. Pero Kirchner mostró su costado más rebelde. Le costó caro: por la tarde tuvo una recaída. Por eso mientras su mujer se encontraba en la Plaza de Mayo, él siguió los festejos patrios desde la residencia de Olivos y no desde la Rosada, como tenía previsto.
Ayer siguió sin hacer caso a las recomendaciones de su médico. Hasta su mujer le pidió que desacelerara. Aunque la decisión de suspender el viaje recién la tomó bien entrada la tarde. Por eso, anoche Bielsa desembarcó en la Casa Rosada para ajustar detalles del viaje, que lo tendrá como uno de los protagonistas principales.
“Es obvio que si no va Kirchner no se harán los siete encuentros bilaterales previstos. Pero participaremos con Lavagna de la cena en la que estarán Lula, Lagos y Fox”, en alusión a los mandatarios brasileño, chileno y mexicano. De todos modos, reconoció que las negociaciones que lo esperan junto a Lavagna, con la Unión Europea, no serán nada sencillas. “Estamos en negociación con 9 mil posiciones arancelarias que están divididas en canastas que van de la ‘a’ a la ‘f’. Es muy pero muy técnica y sobre todo estamos dispuestos a preservar el 10 por ciento de ofertas que no hicimos y a mejorar las ofertas que ellos no hicieron”, dijo.