EL PAíS
› YA QUIERE SER PRESIDENTE DEL CLUB, AUNQUE FALTAN TRES AÑOS
Los sueños boquenses de Stornelli
No pudo ser candidato a diputado ni procurador de Macri, por lo que sueña sucederlo en el club de sus amores. Esta semana hubo carteles “En Boca: Stornelli”, que ya desaparecieron.
› Por Adriana Meyer
¿La tercera será la vencida? El fiscal federal Carlos Stornelli, quien cobró notoriedad durante su acusación contra Carlos Menem por la venta ilegal de armas, no pudo ser candidato a diputado ni tampoco procurador porteño de Mauricio Macri. Pero ahora se prepara para intentar sucederlo. “En Boca: Stornelli” rezan los carteles y pasacalles colocados en las coloridas callecitas cercanas a la Bombonera. “No me disgustaría cambiar de aire”, le confesó el propio Stornelli a Página/12, consultado sobre los motivos que lo impulsan a abandonar su despacho en los Tribunales Federales de Retiro. El funcionario parece haberse tomado muy en serio aquello de que “al que madruga Dios lo ayuda” porque las elecciones para la renovación de autoridades en el club de la Ribera son recién en... 2007.
Se define “hincha” pero no fanático xeneize. Y está armando una nueva línea interna con vistas a ocupar el sillón del ingeniero. Dice que lo hace con gente de “afuera” del club, pero adentro de Boca afirman que sin el guiño del oficialismo macrista es prácticamente imposible hacerlo. El estatuto establece que hace falta el 10 por ciento del padrón, es decir unas 3 mil firmas.
El fiscal del caso de las armas (a las que detesta) no se presentó a ningún concurso para ser juez federal porteño, fuero en el que sobraban vacantes, incluso una de camarista. Su destino parece ser la política o, al menos, la política deportiva. El año pasado se mostró en el bunker de Mauricio Macri durante las elecciones. Es que le había ofrecido un lugar en la lista de diputados nacionales por la agrupación Compromiso para el Cambio, pero su jefe, el entonces procurador Nicolás Becerra, no le concedió la licencia que solicitó para postularse e iniciar así su carrera política. También llegaron a ofrecerle la Procuración General de la Ciudad de Buenos Aires, si Macri ganaba las elecciones a jefe de Gobierno porteño de 2003, incluso con la yapa de fundar una Oficina Anticorrupción porteña. “Me honra el ofrecimiento, es una posibilidad de desarrollo profesional”, dijo el fiscal federal en aquel momento. Pero tampoco pudo ser porque el ingeniero perdió la contienda.
No se caracteriza por la sutileza, y menos cuando tiene que avanzar tras un objetivo. Sin embargo, llamado a la arena política Stornelli sabe medir sus palabras. Las relaciones con el “macrismo” quedaron intactas, y el fiscal aseguró que “siempre hay ofrecimientos” para tentarlo con el definitivo abandono de la Justicia. Pero ahora evalúa “más seriamente” cada propuesta, según le explicó a Página/12.
Quizás esta movida tan anticipada con vistas al comicio en Boca haya sido producto del reconocimiento que ya busca entre los votantes, para quienes aún es un desconocido. “Es descabellado, un paracaidista, nunca participó en el club”, opinaron fuentes boquenses de la oposición.
Stornelli nació en Flores hace 43 años, y cuando iba al colegio La Salle aún soñaba con ser relojero. Mientras cursaba en las aulas del Dámaso Centeno pensó en la carrera militar, para seguir los pasos de su padre. Pero se le “pasó enseguida”. Fue votante de UPAU, el brazo universitario de la UCeDé, de Alvaro Alsogaray y de Fernando de la Rúa, aunque se “arrepiente de todos sus votos”.
Su nombre apareció en letras de molde en 1994, cuando pidió el sobreseimiento provisorio de Amira Yoma en la causa por lavado de dinero. Llegó a su despacho del quinto piso de Comodoro Py por la intervención del ex ministro del Interior Carlos Corach, pero ese aval no lo condicionó al momento de enfrentarse con el menemismo en la causa por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. El caso lo marcó para siempre: se enfrentó con su ex amigo, el juez Jorge Urso, el gobierno de Menem quiso desplazarlo y pidió que fuera investigado, echaron sospechas sobre la forma en que adquirió sus bienes, le pincharon los teléfonos e incluso fue amenazado. En abril de 2001, Stornelli había pedido la declaración indagatoria de Menem como posible jefe de una asociación ilícita que tramó y gestionó la venta de armas. El Partido Justicialista había salido en pleno a atacarlo y el procurador Becerra se vio forzado a respaldarlo. “Goza de independencia y autonomía”, escribió en un escueto comunicado. Stornelli recuerda, además, el apoyo que le dieron sus pares, los demás representantes del Ministerio Público en federal penal de la Capital. Finalmente, Menem fue preso como pretendía Stornelli. “La escena del arresto fue conmovedora”, le dijo a este diario pocos días después de que el riojano marchara bajo prisión domiciliaria a la quinta de Armando Gostanian.
Su último enfrentamiento fue con el juez federal Norberto Oyarbide y lo ganó. El procurador Becerra desestimó una denuncia que le hizo el magistrado, que pedía que lo sancionaran por su actuación en la causa sobre la presunta omisión maliciosa de una cuenta en Suiza en la declaración de bienes de Menem. Becerra consideró que no había evidencias que acreditaran que Stornelli se había apartado de la normativa legal, sino todo lo contrario: “Los elementos incorporados demuestran cierto apasionamiento en su rol de acusador”.
Pisando el área
El 3 de diciembre de 1995 Mauricio Macri ganó las elecciones y así accedió a la presidencia de Boca. Cuatro años más tarde fue reelecto, con muchos más votos que en la primera apuesta, siempre respaldado en los logros futbolísticos de Carlos Bianchi. Sus opositores todavía le pelean en la Justicia la re-reelección que lo mantiene al frente de la institución. La agrupación La Bombonera impugnó los comicios del año pasado porque se iban a realizar en noviembre y no en la primera quincena de diciembre, como establece el estatuto. La Inspección General de Justicia (IGJ) desestimó el planteo. Por su parte, la línea liderada por ex vicepresidente del club y actual director del Bapro Roberto Digón hizo una presentación en la Justicia contra la re-reelección de Macri, cuya resolución aún sigue pendiente. Mientras tanto, el ingeniero modificó el estatuto para imponer los selectivos avales bancarios como condición para ser dirigente de la institución. Presentadas dos listas en las elecciones, una vez más la IGJ intervino a favor de Macri al rechazar a los postulantes de Digón porque sus avales eran “incompletos”. Pero como había una lista única, y para que el club no gaste dinero innecesariamente, la entidad proclamó a Macri presidente.
Pese a los fallidos intentos de acceder a un cargo de la mano de Macri, las relaciones con Stornelli habrían quedado intactas. El fiscal quiere “posicionarse”, empezando por hacer conocer su nombre en el barrio. “En vísperas de que Boca salga campeón de la Libertadores al hincha sólo le interesa el fútbol, no se anda fijando en carteles”, comentó un referente de la oposición. Sin embargo, cuando este diario le preguntó a Stornelli si no era muy pronto para lanzar su campaña, el fiscal respondió: “Cada uno tiene su estrategia”. Claro que, para lograr su objetivo, los tiempos políticos y/o deportivos serán los que determinen el éxito, y no los lentos plazos de la Justicia de la que proviene.
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